El Papa Francisco se apresta a publicar la semana próxima la encíclica más esperada en décadas, un texto clave en el que se espera que aborde los efectos del cambio climático y llame a todas las personas ser “colaboradores de la creación”.
Al convertir en un imperativo moral la protección del medioambiente, la intervención de Francisco podría llevar a los 1.200 millones de católicos del mundo a hacer presión ante los líderes de sus países por temas ecológicos.
Francisco ya ha empleado su papado de dos años para referirse a asuntos como la reanudación de los lazos diplomáticos entre Cuba y Estados Unidos, un acercamiento impulsado por el Vaticano.
El Papa ha dicho que quiere que el documento, que se divulgará el jueves bajo el título “Laudato Si (Alabado sea), Sobre el Cuidado de Nuestro Hogar Compartido”, sea parte del debate que se desarrollará en una cumbre de Naciones Unidas sobre el cambio climático este año.
Francisco tomó su nombre de San Francisco de Asís, patrono de la ecología, y el título de la encíclica proviene del “Cántico de las Criaturas”, una de las oraciones del santo en alabanza a la naturaleza.
El domingo, ante decenas de miles de personas en la Plaza de San Pedro, Francisco dijo que el texto iba “dirigido a todos” y que esperaba que pudiera generar una “renovada atención a situaciones de degradación ambiental y su recuperación” y conducir a una ” mayor responsabilidad por el hogar compartido que Dios nos ha confiado”.
“Yo no sé si es todo (culpa del hombre) pero la mayor parte sí lo es (…)”, dijo el Papa. “Creo que el hombre ha ido demasiado lejos ( …), gracias a Dios que hoy hay voces que lo están denunciado”, declaró.
Fuentes con acceso a la encíclica dicen que aborda el impacto del cambio climático sobre las personas más pobres y que discute las desigualdades de la riqueza, un tema que ya es una de las prioridades para el primer pontífice de América Latina, región donde la pobreza está muy extendida.
El documento pedirá a las naciones ricas que revisen sus estilos de vida basados en el “desperdicio” de recursos.
Si bien el mundo político reconoce el rol de la religión en el debate ambiental, algunos conservadores en materia religiosa y escépticos sobre el cambio climático, en particular en Estados Unidos, han criticado al Papa por inmiscuirse en temas de ciencia.
“Si a uno le importa Dios, (que es) un creador, y su creación, entonces le tiene que importar que su creación no sea destruida”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Laurent Fabius, quien será el anfitrión de la cumbre, que se desarrollará en París entre el 30 de noviembre y el 11 de diciembre.
Se espera que la primera encíclica papal dedicada al ambiente tenga una influencia particular en las naciones de América Latina, cuyos votos podrían ser decisivos en la cumbre.
Buena parte del interés previo a la publicación de la encíclica se concentra en lo que podría decir sobre el cambio climático.
Personas con conocimiento del texto dicen que tácitamente le da crédito al consenso científico de que gran parte del calentamiento global es causado por la actividad humana.