Noviembre 18, 2024

Dos años después de las revelaciones, Snowden tiene “más esperanzas que nunca”

“Me va bien, me despierto cada mañana con una sonrisa”, aseguró recientemente Edward Snowden en un evento organizado por Amnistía Internacional (AI), dos años después de las revelaciones que cambiaron su vida.

 

 

    Para el ex técnico de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA), actualmente exiliado en Moscú, ya nada es como era.

 

 Pocos días después de sus primeras revelaciones sobre el programa masivo de espionaje desplegado por los servicios secretos de Estados Unidos hizo su primera aparición pública. En aquel video se lo veía visiblemente nervioso y pálido. A esa grabación, le siguió una fuga de película que terminó en finalmente en la capital rusa.

 

    Entretanto, Snowden se ha convertido en un trotamundos virtual. Mantiene videoconferencias en seminarios y universidades. El joven de 31 años apareció en el festival de Internet SXSW en Texas, en la honorable Universidad de Princeton o en la mayor feria de informática del mundo, la CeBI de Alemania.

 

    También desde el punto de vista político se ha movido algo. En su país natal, Estados Unidos, el ánimo contra Snowden ya no es tan hostil como al principio, cuando fue inmediatamente declarado un traidor.

 

    Tras una serie de disputas, el Congreso en Washington le impuso nuevas barreras a la NSA y limitó la intercepción de comunicaciones telefónicas por parte de los servicios secretos.

 

    “Me preocupaba que hubiésemos puesto en juego nuestra vida por nada o que la opinión pública reaccionara con indiferencia o cinismo a las revelaciones”, escribió Snowden en el “New York Times” y a la revista alemana “Der Spiegel”. “Pero nunca estuve tan agradecido de haberme equivocado tanto”, aseguró.

 

    Hubo un cambio en las relaciones de poder. El temor a los ataques terroristas ya no es aceptado tan fácilmente como una justificación para la vigilancia. Es sabido cómo los servicios secretos vigilaban el tráfico de Internet.

 

    La reforma de programas de la NSA se convirtió en una pequeña victoria para Snowden. Después de todo, él fue el primero que reveló los documentos. “Nada de esto hubiese sido posible sin Snowden”, escribió la revista “New Yorker”. El autor del artículo pidió que se posibilite el regreso de Snowden a Estados Unidos sin que tenga que cumplir una larga condena por traición de secretos de Estado.

 

    El defensor de Snowden y periodista Jacob Appelbaum también espera un cambio de dirección. “El está seguro y vive una vida plena en el exilio, en la medida de las posibilidades,” señala Appelbaum.

 

    “Por otro lado creo que está cambiando el estado de ánimo y que mucha gente está haciendo fuerza para pueda volver a casa”, añade.

 

    El visado de asilo de Snowden en Rusia aún rige dos años más y por el momento está aprendiendo ruso.

 

    El impacto de sus revelaciones se sintió con mayor claridad en el mundo de la informática. Varias compañías endurecieron sus medidas de seguridad y encriptación, incluyendo las estadounidenses Google y Apple. Incluso Facebook ofrece entretanto mayores medidas de protección a sus usuarios a través de PGP, un programa poco conocido hace dos años.

 

    A pesar de todo muchas personas aún siguen reaccionando con indiferencia a las revelaciones y aseguran que no tienen nada que ocultar, un argumento que Snowden no acepta.

 

    “Esto es como decir que a uno no le interesa la libertad de expresión porque no se tiene nada que decir”, señala el ex empleado de la NSA.

 

    Snowden espera que se avance en nuevas reformas, según enfatizó en el evento de Amnistía Internacional. “Tengo más esperanza ahora que nunca”, afirma satisfecho

 

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