“Yo creo que la palabra acuerdo nacional nos queda grande” fueron las declaraciones del nuevo vocero de la Concertación, el presidente de la Democracia Cristiana, Ignacio Walker, al finalizar el almuerzo en el Palacio de la Moneda.
Si bien ambas partes valoraron la disposición de dialogar, los roces fueron evidentes. En la instancia, el conglomerado opositor reiteró, a través de la voz de Walker, su crítica central a la conducción política del gobierno y su gabinete.
“El principal problema que ha provocado esta situación, que el Presidente ha llamado un clima enrarecido, es la falta de conducción política gubernamental. El Gobierno tiene que gobernar. Como oposición, le hemos dicho al Gobierno que se ponga de acuerdo consigo mismo porque hemos visto muchas voces disonantes entre ministros y de los propios partidos políticos de la Coalición por el Cambio”, dijo Walker.
Una opinión que no compartió el Presidente de Renovación Nacional, Carlos Larraín, para quien las críticas de la Concertación no son coherentes y carecen de sustento.
“Se ha dicho que falta conducción del Gobierno y acto seguido se dice que quiere pasar a llevar al Parlamento, entonces, hay algunas aseveraciones que son contradictorias, si no hay dirección cómo vamos a atropellar. Hay muchas situaciones en las que hemos coincido con la Concertación cuando era Gobierno y nosotros pedimos la recíproca porque tenemos cosas que nos interesan a todos”, afirmó Larraín.
Y si bien la reunión buscaba generar una política de acuerdos para superar el descontento ciudadano que se evidencia no sólo en las encuestas sino también en una serie de protestas y movilizaciones, la principal crítica fue la falta de una agenda clara de los temas a discutir.
“El requisito que tenemos es que se escuche y se permita que se debatan los temas y no se criminalice cada vez que hay un punto de vista distinto. Y que el Gobierno aclare su propuesta porque encontramos valioso querer dialogar, pero no vemos una agenda clara, una propuesta nítida, estamos dispuestos a escucharla, pero todavía no está, tanto en su problema propio como en la manera que quiere escuchar este malestar ciudadano”, indicó la presidenta del Partido por la Democracia, Carolina Tohá.
Tohá agregó que esta forma de gobernar “está haciendo agua” y que hay temas que requieren un fuerte cambio en su tratamiento, orientándose a escuchar a la ciudadanía. Entre ellos, destacó el amplio rechazo al proyecto HidroAysén, la falta de transparencia en la reforma de la educación y la deuda con los pueblos originarios.
Sin embargo, la ministra vocera de Gobierno, Ena Von Baer, no estuvo de acuerdo con estas afirmaciones, asegurando que el Presidente planteó una agenda clara, pero que ésta difiere con los intereses de los líderes concertacionistas.
“Mientras la Concertación está más interesada en avanzar en las reformas políticas, como por ejemplo en el financiamiento de los partidos, nosotros como Gobierno pensamos que la prioridad está en aquellos temas que son más urgentes para mejorarle la calidad de vida a los chilenos, es por eso que nosotros pensamos que es más importante priorizar la agenda social, la reforma a la educación y a la salud”, sentenció la vocera.
Y pese a que ambas partes reiteraron su disposición a seguir dialogando, está claro que las diferencias son sustanciales y que estos conglomerados políticos se escuchan, pero no se entienden.