Desde hace algún tiempo se están conociendo infinidad de pillerías para el financiamiento de la política, lacra que ha indignado a la ciudadanía, motivo por el cual la presidenta Bachelet creó un Consejo Asesor contra la corrupción y contra todas las bribonadas cometidas en el mercado. Este Consejo fue presidido por el reconocido economista Eduardo Engel y sus interesantes recomendaciones ya fueron entregadas a su destinataria en una reciente ceremonia llevada a cabo en el Palacio de La Moneda.
Inicialmente los malos de la película eran de la derecha y después se supo que los de la Concertación también se tentaron con las viciadas prácticas de solicitar dineros a los empresarios para acceder al poder, con el agravante de que fueron pedigüeños en mayor medida con la empresa SQM, privatizada por la férrea dictadura de Pinochet, ex suegro de Ponce Lerou, su permanente controlador hasta estos días.
Debemos tener presente que la afamada lista Martelli, en honor del recaudador de fondos en la precampaña y campaña de la actual mandataria, se va engrosando semana a semana y por ello la tarea de indagación de la Fiscalía del Ministerio Público es creciente. Muchos han dicho que por ser las emisiones de boletas un problema político, la solución debería ser política, con lo cual ellos buscan sibilinamente una especie de borrón y cuenta nueva. Esperamos que no prospere ese impúdico arreglín.
Pues bien, el reciente sábado 30 de mayo se publicó en El Mercurio una nota periodística titulada “Gerente de Eurocorp reconoce pago para campaña de Pablo Zalaquett” en la cual se informa que, dentro del caso Penta, esa empresa inmobiliaria le entregó al ex alcalde de Santiago 5 millones de pesos, suma solicitada por el interesado a su generoso donante en el período que intentaba ser senador por Santiago.
Precisamos que esta noticia salió a la luz pública sólo porque así lo reconoció el 26 de mayo en la Fiscalía el representante legal de Eurocorp, quien en todo caso, como blanca y santa paloma, deslindó toda responsabilidad personal en la operación trucha de las dos facturas “ideológicamente” falsas por el monto indicado y en el pago de las mismas, aunque reconoció que, al decidir cómo superior autoridad ejecutiva el aporte empresarial al candidato UDI, procedió con negligencia. A la fiscal le dijo que la tramitación administrativa de la colaboración voluntaria estuvo a cargo de un gerente de menor rango.
Este asunto fue resuelto con una rectificación (sic) de su declaración del año 2014 que hizo Eurocorp ante el Servicio de Impuestos Internos, por la cual pagó al fisco unos 2 millones de pesos, según lo consigna ese diario de circulación nacional.
Curiosamente el mismo día sábado 30 de mayo se publicó, por cuenta de Eurocorp, un destacado y colorido aviso publicitario a página completa en el diario de la familia Edwards, propaganda que en todo caso tiene un precio de mercado muy superior a los 5 millones proporcionados por esa empresa a Zalaquett. En esta difusión comercial Eurocorcp habla maravillas de sí misma, informándole a los lectores que a la fecha ha construidos más de 20.000 departamentos de óptima calidad porque sus desarrollos inmobiliarios, aparte de ser innovadores, responden satisfactoriamente a las necesidades de miles de chilenos de la región metropolitana de Santiago y de las cuarta y quinta región del país.
Buscamos en internet para saber quiénes son los dueños de esta espectacular y bienhechora empresa, pero de la información disponible no resulta fácil conocer los nombres de tan egregios empresarios de la construcción, pero sí queda en evidencia que la noticia de sus aportes irregulares al ex candidato Zalaquett perdió toda importancia si la comparamos con el fuerte impacto positivo del aviso propagandístico aludido.
Esta movida, algunos le llaman lavado de imagen, es el resultado de la iniciativa de aquellos que se devuelven en el campo de las comunicaciones estratégicas empresariales y por ello reconocemos el genial talento desplegado por esos profesionales del marketing, pues así Eurocorp queda como una supuesta constructora e inmobiliaria que se rige por los altos estándares de lo que se llama pomposamente, en las páginas de negocios de los medios ad hoc, Responsabilidad Social Empresarial.
El fenómeno chileno, quizás con otras variantes, se repite en casi todas partes y por ello decimos que lo que está en entredicho a nivel mundial, es el sistema del libertinaje económico en el cual los inmoderados más poderosos, mediante las capturas de los Estados, hacen y deshacen en sus países, siendo las grandes cándidas mayorías las únicas perdedoras en este perverso juego de transacciones.