La presidenta de la Reserva Federal de los Estados Unidos, Janet Yellen presentó recientemente el informe actualizado de sus previsiones económicas, en carácter de conclusiones personales, las que debemos entender no comprometen al resto de los miembros de la FED, pero siguen siendo opiniones indivisibles del cargo que representa, por consiguiente, implica un mensaje que no puede ser minimizado ni soslayado.
Entre los argumentos mencionados está el siguiente, “los indicadores recientes tanto el gasto de los hogares y la inversión empresarial han desacelerado y la producción industrial ha disminuido… mi suposición es que esta aparente desaceleración fue en gran parte el resultado de una variedad de factores transitorios que se produjeron al mismo tiempo, incluyendo el invierno inusualmente frío, nevado y los conflictos laborales en los puertos de la costa oeste, los cuales probablemente interrumpieron alguna actividad económica”.
La mención a factores de desaceleración debido al frio y el nevado invierno, o los problemas en los puertos de la costa oeste, etc., es una falta de prolijidad inexcusable para una de las mayores autoridades responsables del manejo monetario, y como tal, de las graves distorsiones financieras que afectan a la economía global.
La mención de este hecho nos pone en alerta respecto a las noticias que provienen de fuentes oficiales sobre la crisis económica y financiera, debido a que en los últimos cinco años hemos venido escuchando una variedad de explicaciones. Antes fue la meta del desempleo, el cual una vez logrado, perdió relevancia y hoy se habla de ver la recuperación de Estados Unidos de la desaceleración “transitoria” del primer trimestre 2015, antes de subir las tasas para “normalizar” la política monetaria. Lo que aún se desconoce es que harán si los malos datos económicos se repiten en el segundo trimestre, porque la FED con tasas cercanas a “0”, tiene un escaso margen de maniobra. Ahora, si la FED tiene luces de alarmas encendidas que la obligarían a controlar una potencial inflación, subiendo las tasas a tiempo, se trata entonces de controlar el desequilibrio financiero, lo que tendría prioridad por sobre los efectos negativos, como sería un aumento del precio del dólar, las caída de las exportaciones, etc.
Constantemente se recurre a la fraseología vana y sin sentido, como si la gente viviera en Marte. Recientemente el Ministro de Economía español habló de hacer un reconocimiento europeo a la política económica del Gobierno, lo cual supone desconocer el 25 % de cesantes que tiene el país y que son parte de casi un tercio de la población que vive en el limbo, sin ingresos para sobrevivir y en riesgo de pobreza. España ha seguido las directrices emanadas desde Frankfort, Bruselas y el BCE, es decir, desde “los mercados” que mandan. Un economista español se preguntó, “¿Qué otra cosa puede hacer un Gobierno, cualquier Gobierno de cualquier color, que no sea más que seguir las directrices de los mercados?”. El inversionistas G. Soros, dice, “son los mercados los que votan cada día”. En eso tiene razón, Grecia es un ejemplo preciso para citar. ¿De qué ha servido la voluntad del pueblo griego para cambiar la política, cambiando sus autoridades, si hoy su destino lo deciden los alemanes, Bruselas y el BCE?
El economista Emmanuel Sáez ha señalado que las 160.000 familias más ricas de Estados Unidos acumulan tanto dinero como los 145 millones de familias más pobres, un mazazo para quienes aún se aferran al sueño americano. Torsten Slok de Deutsche Bank dice que el 47 % de los hogares estadounidenses no ahorran nada lo que es casi la mitad de los hogares. Un caso estremecedor lo publicó recientemente un artículo de Ángel García V., de un hecho ocurrido en New Jersey. María Fernández de 32 años, cada día trabajaba en tres Dunkin’ Donuts distintos por el salario mínimo US$ 8,25 dólares la hora. Sin apenas descanso, dormía en su coche, donde guardaba las latas de combustible en el maletero. Una mañana, vencida por el sueño y el cansancio no advirtió los gases que se desprendieron del combustible y a las 5.56 de la tarde fue declarada muerta. Aún llevaba puesto su uniforme de trabajo. Su muerte fue clasificada como accidente, uno más entre los miles que ocurren en las calles.
Este relato me recordó los tiempos de la dictadura en Chile. Una gran parte de los funerales que transitaban en ésa época por la Av. La Paz, eran de gente sencilla que tenían el mismo sello. Gente común y corriente con mucha vida por delante, moría por enfermedades sin atender, por la pobreza, la falta de alimentos o por las balas, daba lo mismo, siempre son considerados como muertes naturales, jamás como casos de injusticias sociales.
Las nuevas cifras y los últimos análisis que han surgido en todo el mundo no han variado lo comentado en notas anteriores sobre la crisis sistémica de la economía global, excepto por dos factores. El primero es por la tendencia de la economía mundial que se encamina lentamente a detenerse. Lo avala el reciente recorte en la previsión del crecimiento mundial a 2,8 % que ha formulado la ONU. Por debajo del 2,5 % se considera que el sistema económico mundial entra en recesión. El segundo factor está centrado en Grecia en caso de no llegarse a un acuerdo en los próximos días. Al respecto, el premio Nobel de Economía norteamericano, Robert Shiller ya advirtió que, aunque no cree en una falta de acuerdo con Grecia, la ausencia del mismo podría provocar una crisis financiera global.
La política de empobrecer al vecino, mediante la devaluación de la moneda, o mediante la reducción de las tasas lleva implícito un golpe deflacionario que repercute en la economía mundial y eso nos lleva a poner atención en China. Si se descuelga China del dólar, devaluando su moneda para mejorar su competitividad, el shock se sentirá en todo el orbe como un nuevo frenazo económico. El factor financiero se ha convertido en un arma muy poderosa que ingresa dinero recién impreso a costo casi cero para financiar la banca y a las grandes transnacionales, las que a su vez compran empresas de la competencia, aumentando la concentración del PIB en menos manos, lo que no debe entenderse como un efecto colateral más, sino la consecuencia de una política diseñada para tal objetivo.
En el caso de China, los datos refieren que el gigante asiático está teniendo serios problemas para ajustar su economía. Ajustar casi un 4 % del PIB repercute en la deuda, los precios, la producción, la construcción, etc., lo que dio motivo hoy al desplome del mercado bursátil chino en más de 6%, arrastrando a las bolsas europeas y a Wall Street. El mundo depende mucho más de lo que se acepta, respecto a lo que ocurre en China, donde la economía está empezando a frenarse y a lucir como la economía japonesa. Darío Perkins de Lombard Street Research dice que la economía china está en una recesión mucho más profunda de lo que han admitido las autoridades hasta ahora. La perspectiva de la economía China es clave para saber si habrá una espiral deflacionaria por el exceso de capacidad productiva, caída de los precios y una inflación de 4.6 %, que incide en el costo del endeudamiento.
La clave sigue siendo China y por eso es muy importante lo que dice Andrew Roberts de RBS. China representó el 85 % de todo el crecimiento global en 2012, el 54 % en 2013, y el 30 % en 2014. Es probable que caiga a 24 % este año, dato que revela a donde se inclinará la balanza. Nadie quiere aceptar que el mundo podría estar derrumbándose, menos Estados Unidos que siguen pensando en un crecimiento eterno considerando que ellos son un “país excepcional”.
JP Morgan estima que la economía de Estados Unidos se contrajo en un 1.1 % en el primer trimestre, lo cual es mucho peor a lo esperado. Para la FED de Atlanta, el crecimiento anualizado fue 0,7 % a mediados de Mayo, lo que se contrapone con la versión de un invierno duro. Estos datos son consistentes con los más de 100.000 despidos del sector petróleo y gas por la caída del precio del barril de petróleo. Si los datos a Junio no logran compensar los malos datos del trimestre anterior, estaremos en presencia de un segundo trimestre con visos recesivos.
Stephen King de HSBC también advierte que las autoridades mundiales tienen alarmantemente pocas herramientas para combatir la próxima crisis, dado que las tasas de interés ya están cercanas a cero en la mayor parte del mundo desarrollado y los niveles de deudas están en, o cerca de los máximos históricos, con escaso margen para el estímulo fiscal. Cada una de las últimas cuatro recuperaciones de Estados Unidos ha sido más débil que la anterior. La tasa de crecimiento promedio ha caído de 4.5 % a principios de 1980 y más cerca del 2 % en este momento. El déficit fiscal de Estados Unidos se ha reducido a 2.8 % pero está subiendo y se espera que suba más con los mayores costos en pensiones y en salud que serán deficitarios, aún si la economía mejora.
En Latinoamérica se están contrayendo Brasil, Argentina, Venezuela, lo cual también se refleja en Perú, Chile y otros países, pese a los esfuerzos contra-cíclicos adoptados. En Asia, Japón sigue empeñado en una expansión monetaria que no da resultados con exportaciones a China que han caído un 15 % el último año. Europa está actualmente en la fiesta de la expansión del dinero barato con una contribución muy marginal en la demanda global. Chile, quinta economía Latinoamérica, fue el tercer país receptor de inversión extranjera. Captó 20.231 millones, casi tanto como México, según informe reciente de la CEPAL, cifra que desmiente el terror difundido por la derecha chilena.
Finalmente, los analistas bancarios advierten que detrás de la banca formal, obligada a cumplir ciertas exigencias en sus colocaciones, ha surgido una banca en la sombra que se extiende hasta Europa (donde existen más € 900.000 millones en créditos dudosos), prestados por compañías no bancarias que consiguen los fondos directamente de Wall Street, lo que nos lleva a pensar, a cuanto ascenderán los créditos de la banca en la sobra en Estados Unidos.
La política seguida para resolver los problemas económicos de la economía, no tienen nada que ver con el mundo de la economía real. Estamos en presencia de una política que implica un riesgo de caos total, porque lo que viene según el programa de la FED es subir las tasas, lo que revalorizará el capital financiero colocado a tasas cercanas a cero y recaudar con creces la inversión en la banca. Los que reclaman de cierta iliquidez, están atrapados con inversiones bursátiles de alto precio, (burbujas), y salir de dichas posiciones les significa pérdidas un 30%, lo que motiva a seguir subiendo los valores bursátiles, aumentando las burbujas. Los índices de Wall Street mantienen sus ratios de valoración claramente por encima de su media histórica. En el caso del PER Shiller del S&P 500 cotiza en estos momentos a 27,42 frente une media de 16x. Todos son datos claros de una crisis que sigue agravándose.
Mario Briones R.