Noviembre 19, 2024

Presidenta, ¿Revolución o reforma?

 

 

A las puertas de un pronunciamiento de la Pitonisa que nos gobierna  desde la Moneda, esperando recibir la noticia de que  renunciará porque es el superior acto de  nobleza y desprendimiento de alguien que sabe que ha fracasado en su  quehacer y  gestión, y que el oprobio que la mancilla es indeleble, hago disquisiciones al filo de la cordura o la ilegalidad.   

 

    No es mi intención plantear en términos simplones una dicotomía o encrucijada como único punto de vista, como única lectura de esta  crisis. Sin embargo,  me arriesgo a  plantear ideas: Chile se encuentra  subsumido en una crisis de tal envergadura, que si los sectores  dominantes salen fortalecidos  de esta  orfandad de que adolecen en cuanto a legitimidad y representatividad, nos infligirán un golpe del cual será demasiado duro y difícil reponerse. Será demasiado tarde…

    Por lo menos para mí generación derrotada caería el telón, para aquellos y aquellas entre los cuarenta y los cincuenta aproximadamente- aunque yo no participé en la lucha armada contra la  dictadura-  que sostuvimos la pugna por y  del regreso a la democracia. Aunque el fallecido Galeano nos recuerda que  la utopía nos sirve  para caminar, para levantarnos una vez que hayamos caído, y retomar  la marcha hacia el horizonte. Por  tanto, no debo flaquear antes de tiempo; al menos, no debería…

    Así,  se esfumaría la idea de    observar  y vivir la implementación de cambios que den al traste  con el modelo neoliberal, que es la herencia de la tiranía pinochetista-guzmaniana, introyectada en la conciencia de los opresores y de los oprimidos como un perfecto mecanismo de relojería.

    Como un predicador demente, que  no  se arroga la verdad absoluta, al que nadie  escucha porque todo el mundo está medio ensordecido por la vocinglería estéril que satura y enloquece, medio embrutecido por las jornadas laborales de servidumbre y  esclavitud en los peores casos, medio alienado por la  demencial miríada de  sobreexcitación de la postmodernidad, en medio del pandemónium  en que se ha convertido la ciudad moderna  versión chilena 2015…

    En y desde su corazón  lleno de llagas de pobreza y miseria, y desde su panza y entrañas, por donde  transitan sus aguas servidas, de excremento y orines y toda clase de detritus- como en el “Informe Sobre Ciegos”- fiel correlato de la  bazofia y escoria externas, que manan a raudales y que se desbordan por doquier,  sobre todo cuando la naturaleza  vuelve  por sus fueros: ¡Me atrevo a llamar  a una revolución, una revolución  de las conciencias, los espíritus,  las voluntades, los cuerpos, a ser irreductibles  como los guerrilleros de antaño!.

      Y parto por emplazar a la presidenta, de tal  manera  ineluctable que es imposible hacerse  la sorda:¡Hago un llamamiento directo y expreso a la Señora Bachelet,  en cuanto a que debe  renunciar por cuanto el régimen y el sistema han entrado en un colapso político- ideológico, ético y moral, que  hace  insostenible la permanencia de su  gobierno!.

      Si ella conserva  un vago recuerdo de su padre, que fue asesinado por  quienes  conspiraron contra la democracia, y dieron origen al  feroz y sangriento neoliberalismo en  Chile, y si algo  subsiste del presunto compromiso político que ella tuvo alguna vez, ha de tomar la decisión que es mejor, para  imaginar la  construcción de una  nueva coyuntura histórica, donde inicie  la lucha del pueblo por recuperar su soberanía; partiendo por la convocatoria a una asamblea a constituyente.

    Empero,  a  esta altura ya  hay pie para  poner en duda  todo y a todos los  que parasitan del sistema y sus  bondades. De suerte que la sintomatología que son los casos-escándalos Penta, Soquimich y Caval, sólo ha permitido dimensionar  la red  de corrupción sobre la base de la cual se ha hecho política durante los “últimos seis años”, el período que legalmente se puede investigar… ¿Esperar algo de  la presidenta,  la misma que  ofició y oficia de  missi dominici del Imperio?…De suyo, es algo ingenuo. 

      ¡Por favor! Está bien  que aceptemos la cruda realidad que es este país, sólo el 25%  lea por gusto y en forma  habitual, pero basta un mínimo de  perspicacia para intuir que  esta  banda de rufianes ha  hecho lo mismo durante los años de  la cacareada transición,  con los padrinos que empalidecen a Don Corleone, que a pesar de ser  un asesino cruel sí tenía ética, a diferencia de estos otros sátrapas.

    Cabe  desmenuzar la  sarta de criminales, porque ora traicionaron  su propia conciencia, ora vendieron al país y se enriquecieron en  siniestras circunstancias, ora permitieron que conglomerados económicos advenedizos se asentaran en él, y se enseñorearan de todas nuestras riquezas; entre ellos Ricardo Lagos, Eduardo Frei, el  golpista Aylwin; los lobistas Correa,  Tironi; mención aparte  merecen los zares Luksic, Matte, Cuneo, Falabella, Saieh, Angelini,  Paulman, Piñera, esos que  igualmente se pudrirán cuando mueran, aunque se les entierre en ataúdes de oro; y de la ominosa  y aviesa  presencia de las transnacionales, que se han apoderado de todo.  El resultado de todo ello, es palmario y elocuente: una amalgama de  feudo,  holding,  emporio, supermercado,  mall, bolsa de comercio, mercado negro, en que los caciques, capos, señores feudales, capitanes de la industria,  señores  de horca y cuchillo y sus  innumerables familiares han pulverizado  la meritocracia, si alguna  vez  cosa semejante existió, uno de los mitos de nuestra  “ historia republicana”.

    Al mismo tiempo, los diputados y senadores, que  preserven igualmente  una pizca de decencia y de sentido común, deben hacer exactamente lo mismo, para dar paso al advenimiento  de un  proceso de gestación de una  nueva constitución, y ulteriores  etapas  que permitirán acabar  con la oligarquía y la plutocracia que estrangulan al país “desde el regreso a la democracia”; restituyendo el poder efectivo al pueblo, el cual fue expoliado a través del espejismo aséptico del ejercicio  acrítico, maquinal,  robótico del sufragio universal.

    No tengo la clarividencia  como Tiresias, ni soy un profeta para anticiparme al porvenir; tampoco, quisiera  una guerra civil como única forma de asaltar las fortalezas inexpugnables hasta  ahora, desde donde controlan todo el flujo y  la  circulación del poder, y acabar con los que explotan a sus prójimos como si fueran bestias, aunque ahora bajo la lógica de la tecnología y sus gadgets, el hiperconsumismo,  el nihilismo que  corroe todo, la globalización que  avanza  sobre el mundo devorando cualquier bastión de resistencia.

    Y,  si bien no podemos  copiar ni recrear siquiera otras revoluciones que, mal que mal resisten y progresan en América del Sur, con sus pro y contra, con  defectos e imperfecciones pero también virtudes y valores  como la bolivariana, acosada por el imperialismo yanqui y sus    agentes, testaferros,  mass media; o la revolución ciudadana de Ecuador; o la revolución indígena de Bolivia-¡A nadie le llama la atención que jamás hayamos escuchado ninguna noticia positiva o sobre  logros y conquistas de  estas revoluciones!: albergo la certeza de que la bifurcación  radical y diametralmente opuesta se mantiene en pie: Bachelet, y toda la cáfila tenebrosa que la acompañan,  deben renunciar, para que el pueblo pueda recobrar su libertad, independencia, autonomía, dignidad, soberanía.

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