Diciembre 26, 2024

Critica de teatro: “Trabajo Sucio”

Es el consumo lo que me tiene cagao”, refuerza constantemente el asesino, el trabajador resentido al que le tocó hacer el trabajo más sucio de todos: matar a la hija del dueño del mall para el cual trabaja limpiando baños.

 

 

 

Una reescritura bastante libre de “Los Negros” de Jean Genet (realizada por Nona Fernández), pone en escena a un grupo de trabajadores del aseo de un mall -incluyendo inmigrantes haitianos- que cansados del abuso, deciden cobrar venganza mediante un homicidio perpetrado en el baño del Costanera Center.

 

Este ícono del consumo -torre de suicidios y símbolo falocéntrico del poder capitalista- está escenificado magistralmente gracias a un dispositivo giratorio creado por Cristián Reyes, y se transforma en la pieza fundamental de la obra, generando un sin fin de imágenes que multisignifican la mentada cita al consumo: desde la dependencia del drogarse hasta la dependencia del comprar.

 

La pieza se presenta a sí misma como una protesta, corriendo el riesgo de caer en una simple y un tanto estereotipada presentación de la realidad. “Los negros” trabajadores de lo sucio aparecen más obsesionados con los detalles del crimen con el que fantasean que con el sentido que éste tiene; mientras los negros, esos de piel negra y lengua creole, inmigrantes en un país “cagao por el consumo” y el abuso de poder (y que podrían dar una lectura más critica del Chile actual) sólo se instalan como el decorado negro que se camufla con la enredadera bajo el logo de Almacenes Paris.

 

Con un ritmo inalterable y poco matiz emotivo para el espectador, la obra protagonizada por Alfredo Castro y dirigida por Marcos Guzmán no alcanza a constituirse en esa protesta; se queda en un lugar un tanto apolítico y burgués, donde el resentimiento social se justifica desde el estereotipo de un marginal oprimido, movilizando solamente más inmundicia y crueldad.

 

La riqueza de la forma (tanto en estética como en las actuaciones levemente expresionistas) agota, y uno agradece cuando aparece con fuerza el diálogo y la acción tras casi la mitad de la obra. En este aspecto debo rescatar el trabajo de Francisco Medina en su rol de travesti, principalmente por la calidad y elegancia de su interpretación, y el trabajo de Mariana Loyola por la creación de un personaje que transita en otro tono y que es fundamental para entender la acumulación de resentimientos de estos “negros”, aunque como ya dije, no es suficiente para entender profundamente la protesta de los trabajadores y las demandas de justicia social, quedándose sólo en una expresión macabra de su dolor.

 

Por mi parte me voy del teatro con la imagen de un Alfredo Castro cabezón (hay cabezudos en la obra), vestido por Basement, pensando en que el consumo sí nos tiene cagaos y en que le tengo más fe a los trabajadores de mi patria.

 

 

 

Hasta fines de abril.

Teatro La Memoria, av. Bellavista 0503 Providencia.

Funciones / Miércoles a Sábado 21.00 horas

Duración: 1.30 horas.

Entrada General:$6.000

Estudiantes y Tercera Edad: $3.000

 

Texto Original : Nona Fernández / Adaptación y Puesta en Escena: Marcos Guzmán / elenco: Alfredo Castro, Mariana Loyola, Francisca Márquez, Francisco Medina, Fernanda Ramírez, Steevens Benjamin / Linda Cáceres, Kelvin Delvard, Walner Emildor y Guillermo Gutierrez. / Diseño Integral y Realización: Cristián Reyes.

 

 

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