Todos en el mundo conocemos a Hitler. Sabemos de su luctuoso ascenso al poder, de la destrucción de la democracia alemana, de su tiranía, de las persecuciones a sus adversarios, de sus asesinatos, sus campos de concentración, sus crímenes fuera de su país. También de la vida secreta suntuosa que se daba, de sus más inmediatos seguidores – la mayoría colgados por los tribunales después de su derrota y de su muerte- pero sólo ahora se sabe más de su yerno.
El yerno de Hitler, sin otra gracia que haberse casado con una de sus hijas poco antes del acceso de Hitler al poder, recibió del tirano honores de interventor, una gran empresa estatal y muchas tierras en uno de las regiones más verdes de Baviera, en Bad Worishofen y en Wolfschanze, que recuerdan El Bosque de Hitler, y no es broma.
Todos los demócratas alemanes, de lo que se llama aquí el centro izquierda germano, pusieron como ejemplo de la sinvergüenzura de Hitler, de sus abusos, de las conductas impropias, la vida y el enriquecimiento de su yerno. Y a su yerno, como el paradigma de la frescura y del atropello sobre el pueblo germano. Mientras el pueblo germano sufría la tiranía, el yerno se enriquecía.
Uno de los más cínicos antihitlerianos ha reclamado que él no ha recibido plata del yerno, que quienes han recibido han sido sus hijos mayores, que sólo asesoraron a la empresa del yerno y al yerno para que mejorara sus comunicaciones y pudiera defenderse mejor y atacar mejor a los demócratas germanos y al Estado Alemán.
Pasado el reino de Hitler el enriquecimiento del yerno ha continuado, y eso solo es una vergüenza para Alemania. El yerno controla hoy monopólicamente uno de los yacimientos no mineros más grandes del mundo y ha estado a punto de hacerse de otro, y se está haciendo nuevamente famoso por no pagar sus impuestos, como Al Capone en los EEUU, al Estado Alemán. Observadores creen que es posible, pero no seguro, que el yerno siga el camino de otros grandes empresarios hitlerianos que hoy están en la cárcel por el mismo delito.
Lo que más está llenando de conmoción al mundo y de vergüenza a Alemania –la Alemania “democrática” de después de la guerra- no es que Hitler haya sido un criminal y su yerno un fresco (eso era absolutamente sabido) sino que muchos políticos que hicieron oposición a Hitler, y que incluso fueron víctimas de la represión y vieron morir a su lado a víctimas de Hitler, han aparecido, en la investigación de la justicia alemana, como colaboradores del yerno y recibiendo aportes personales o familiares de parte del yerno.
Uno de los más cínicos antihitlerianos ha reclamado que él no ha recibido plata del yerno, que quienes han recibido han sido sus hijos mayores, que sólo asesoraron a la empresa del yerno y al yerno para que mejorara sus comunicaciones y pudiera defenderse mejor y atacar mejor a los demócratas germanos y al Estado Alemán.
Un conocido ex ministro antihitleriano es hoy asesor permanente del yerno y maneja las relaciones que éste tiene con el Estado Alemán, las otras grandes empresas del yerno, el Congreso Alemán, los partidos políticos y los grandes medios de comunicación.
Un ex asesor principal de la Presidenta de la República alemana, es hoy asesor de empresas como la del yerno. Algunos funcionarios del gobierno actual aparecen en las investigaciones de la justicia alemana como recibiendo dineros del yerno.
El jefe de la iglesia mayoritaria alemana ha dicho que trabajar para el yerno de Hitler no es pecado y que pecado podría ser recibir plata del yerno de Hitler sin haber trabajado para él. El jefe de la iglesia está acusado por feligreses de proteger pedófilos.
El todavía jefe (y posible candidato presidencial) de la DC alemana ha reclamado porque se quiere “fusilar en la plaza pública” a los pobres políticos que, sin haber trabajado por el yerno de Hitler, recibieron plata de él. El todavía jefe ha centrado sus ataques en la forma en que la justicia alemana lleva adelante sus investigaciones.
La presidenta alemana, reelecta por su gran popularidad y limpia trayectoria, cuyo hijo mayor está acusado de tráfico de influencias, ha declarado a la prensa, dejando a todos estupefactos: “No piensen mal, es posible que algunos ex hitlerianos no hayan pasado boletas falsas (y por tanto no hayan robado directamente dineros al fisco alemán) y que de verdad hayan sólo prestado apoyo intelectual y comunicacional al yerno de Hitler, o sea que sean blancas palomas germanas”.
Los observadores coinciden en que en muchas partes hay corrupción pero no en todas partes vive y se mueve el yerno de Hitler, no en todas el jefe de la iglesia mayoritaria es acusado de proteger pedófilos y no en todas partes la presidenta de la república tiene problemas políticos por las andanzas de su hijo mayor.