Sanaa.- Esta capital esta hoy bajo una lluvia de bombas de la coalición que la víspera lanzó una intervención militar en apoyo al presidente Abd Rabu Mansur Hadi, cuyo bastión estaba a punto de ser asaltado .Los ataques recomenzaron mientras en las mezquitas miles de fieles estaban entregados a la plegaria del dujur, la más importante de los viernes, día dedicado por los musulmanes a la oración y comienzo del fin de semana.
Fuentes locales dieron cuenta de la extensión de los bombardeos a la provincia de Saada, bastión de la tribu huti, opuesto a Mansur Hadi, quien tiene el respaldo de los miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), Jordania, Egipto y Sudán.
El CCG está integrado por Arabia Saudita, que lidera la intervención; Bahrein, Emiratos Arabes Unidos, Kuwait, Qatar, que han comprometido medios, y Omán, que se ha limitado a explicitar su apoyo político.
En El Cairo, medios oficiales reportaron una conversación telefónica en la cual el presidente egipcio, Abdel Fattah El Sisi, aseguró al rey saudita, Salman bin Abdulaziz, que la estabilidad en el golfo es parte integral de la seguridad nacional de su país.
Pocas horas antes del inicio de los bombardeos, la cancillería egipcia desmintió versiones sobre la intención de involucrarse en cualquier operación en Yemen.
Es improbable que a pesar de su fuerza y continuidad los ataques aéreos logren aplastar a los huti y las tropas leales al expresidente yemenita Alí Abdullah Saleh y controlar el país lo suficiente como para restablecer la autoridad de Mansur Hadi.
El miércoles la poderosa tribu norteña, integrada por musulmanes chiítas, inició una campaña de reclutamiento de milicianos para enfrentar cualquier invasión del territorio.
Una penetración de tropas terrestres y medios de la coalición es una operación de alto riesgo por el número de bajas que pueden ocasionar.
Además, está el peligro de una internacionalización del conflicto debido al apoyo de Irán a los huti.