Diciembre 26, 2024

¡¡La mansa cagaíta!!

¡¡La mansa cagaíta!! Esto es lo que exclama la mayoría cuando se les pide una opinión respecto de lo que está sucediendo en nuestro país, y es que los casos PENTA y CAVAL parecen haber agotado la paciencia de muchos. Y ahí se quedan. Comienzan a pasar los días y las cosas comienzan a retomar el rumbo que el sistema desea.

 

 

Primero se empatan, si metió las patas un sector, hay que buscar la caída del otro, luego se ponen de conjunto a buscar soluciones que les permitan hacer lo mismo pero de manera menos descarada. Finalmente y si la cosa está muy complicada una comisión de hombres buenos donde suman a “los tuyos y los míos” – personas que parece que están por sobre la media, con buenos títulos y un extenso currículo – deberán proponer soluciones de fondo.

 

A los pobres, los desheredados, no les queda más que la rabia y la expresión de ésta en reuniones de amigos. Solo ese parece ser el espacio en que se cuestiona y sanciona moralmente a los corruptos, como si a estos les interesara siquiera un poquito lo que piensan sobre ellos, los que,  por ahora, no  inciden para nada en el destino del país.

Ojo, que lo anterior no es una cuestión menor.

 

Ni una sola manifestación de rechazo a tan asquerosa forma de hacer política se ha producido en estos ya varios meses de putrefacción.  A lo más hemos visto a un señor cargando un cartelito en las puertas de los tribunales y algunas decenas de personas gritando chuchadas a los pocos que no pueden eludir el cerco periodístico, ni una manifestación como la que hicieron en Brasil por ejemplo, movilización que debería ser promovida por los que rechazan la corrupción. ¿O estarán todos, de alguna u otra manera, complicados con esta metida de patas y de manos?.

 

¿Cómo se ha reaccionado? Con declaraciones desabridas, que de tan conocidas nadie considera ni pone atención, que reclaman sanciones ejemplares caiga quien caiga; miles de “memes” en páginas web y los monólogos de un afeminado y lenguaraz personaje televisivo que claramente sesgó su verborrea, pues mientras basurea al hijo de la presidenta, apenas si toca con el pétalo de una flor al dueño del canal en el que realiza su espectáculo así como a los involucrados en el caso PENTA.

 

En efecto, el bufón Yerko Puchento ha dicho lo que se debió decir desde un principio respecto del hijo de Bachelet, pero no tuvo las agallas para medir con el mismo rasero a su patrón, la familia Luksic. No sólo metidos hasta las masas al haber aprobado el préstamo de la esposa del idiota, sino que responsables directos de lo que están viviendo los pobladores de Caimanes.

 

Y hay más. ¿Cómo es posible que las personas- hombres y mujeres – que asisten al programa donde este personaje ambiguo trapea con ellos, no hagan siquiera el ademán, el mínimo gesto de expresarle su rechazo, el malestar, ante la forma en que expone incluso sus problemas personales?

 

Ese pobre programa de televisión expone claramente el estado en el que se encuentra nuestra sociedad. Cuestiones yacentes de contenido pero que permiten a los que asisten y a los televidentes, reír a mandíbula batiente con cualquier estupidez que se diga. Qué importa que unos pocos se estén echando el país al bolsillo y vendiéndolo a precio de huevo al capital. Mientras mas yerkos aparezcan denostando solo a algunos de los muchos frescos de raja que invaden el país, los que salvan piola podrán seguir trabajando tranquilos.

Pan y circo para el pueblo señores. Esa es la solución.

 

Sin embargo cada vez somos más los que vamos dejando al desnudo la movida del modelo e intentamos proponer algo diferente. Con dificultades, como es obvio, cuando se juntan tantos que por mucho tiempo estuvieron en diferentes trincheras, pero lentamente avanzamos. Cuesta todavía a algunos entender que podemos avanzar sin estar de acuerdo en todo, que no es necesario imponer a los demás a rajatabla aquello en lo que nosotros creemos, para dar pasos hacía adelante.

Lo único en lo que no se puede tranzar es en la adhesión a lo principal, y esto es por lejos la clase trabajadora, sus aspiraciones y sueños.

Así lo entendieron distintas organizaciones que saludaron con actividades diversas esta fecha conmemorativa que es el Día Internacional de la Mujer.

Ni fiesta ni celebración, solo un día de refrendar compromisos por los derechos y las demandas no satisfechas de la mujer, que se reclaman todo el tiempo y que se resaltan el 8 de Marzo.

 

Nuestra CGT asumió esto como un trabajo de todos, de mujeres y hombres y así lo expresamos en las diversas actividades realizadas.

 

Mas de 2.000 periódicos se entregaron en diversas estaciones de Metro y en la actividad del CIUS, pese a lo positivo nos queda una gran preocupación cuando vemos el desinterés en mucho y muchas tanto en recibir el material, como en participar activamente de las iniciativas que se desarrollaron.

La tradicional exposición fotográfica y un foro en la sede social en el que se lanzaron importantes propuestas, dan muestra de que este año podremos concretar mucho mas de lo que veníamos logrando, principalmente porque nuestras compañeras se han puesto a la cabeza de las actividades y las sacaron adelante.

 

 

Este espíritu de participación activa, de compromiso con la clase fue el que se exhibió en el acto público del CIUS realizada el 10 de marzo, en el Teatro Camilo Henriquez.

 

Un acto sobrio que contó con la asistencia de más de 200 dirigentes sindicales, hombres y mujeres que llegaron a la actividad después de su jornada de trabajo, quitándole un poco de tiempo a sus compromisos personales para entregarlo a este ejercicio de unidad por la base.

 

Un libreto concreto y claro, videos alusivos a lo avanzado, el aporte musical de 2 profesoras de la UDP y un discurso contundente que deja claramente expuestas las prioridades del trabajo en el corto y mediano plazo.

 

Desde allí nace el rechazo a las reformas laborales pro capital presentadas por el gobierno, pero también el compromiso de comenzar a trabajar por demandas claras y concretas, las más sentidas por la clase y que no han sido ni serán recogidas por el parlamento. Por eso la pelea no termina con estas reformas, que podrán imponer con sus mayorías parlamentarias. La pelea comienza aquí.

 

Comienza con la convicción de que los trabajadores destruirán el sistema que los oprime, cuando les demos cuenta de lo que pasa y resolvamos junto a ellos lo que hay que hacer para cambiar el estado de cosas. Los explotados deberán saberse mayoría y la tarea del CIUS y del sindicalismo clasista es explicarlo.

 

Como dijo un compañero en la reunión de evaluación del acto publico: “En el discurso dimos cuenta de nuestra realidad, realidad que hay que hacer llegar a los trabajadores. Expusimos nuestras demandas las que deben transformarse en banderas que guíen la lucha de la clase trabajadora. Ese y no otro es el trabajo desde ahora en adelante”. Manos a la obra entonces.

 

MANUEL AHUMADA LILLO

Presidente C.G.T. CHILE

 

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *