En Chillán ha surgido un movimiento espontáneo y transversal de indignación por los numerosos casos de corrupción que están ocurriendo en la política y en las empresas de nuestro país.
Movimiento que representa el sentir de las grandes mayorías silenciosas que ve cómo la corrupción corroe nuestro sistema democrático y socava las bases de nuestra convivencia:
1.- Estamos indignados por los últimos casos conocidos de corrupción, como los Pentas, los Dávalos/Luksic, Soquimich, etc, que afectan a la política nacional.
2.- Estamos indignados por los casos de corrupción empresarial, como La Polar, las farmacias, los casos Lan, las AFP, el lucro en la educación, en la salud, etc., que destruyen la economía del país y la credibilidad de los ciudadanos.
3.- Estas son algunas razones de hechos que nos insultan, que nos hieren la sensibilidad y que nos indignan, definitivamente.
4.- La idiosincrasia del ñublensino, habitualmente resistente a los más diversos episodios negativos de la naturaleza, también reacciona con decisión cuando nos ataca la corrupción.
5.- Nuestra moral y nuestra ética nos obligan a abrir el cauce de las protestas. Manifestaciones que son la reacción concreta y contundente de una sociedad harta de los sinvergüenzas, de los inescrupulosos que tratan de engañar a su propio pueblo.
6.- Exigimos que las instituciones funcionen y que la justicia actúe con contundencia, sin privilegios, sin excepciones. Son tan corruptos los que corrompen como los que se dejan corromper.
7.- Si la sociedad se ha dado un marco legal que regula nuestra convivencia, es obligación de cada uno conocerlo y respetarlo. Y también es obligación de los tribunales hacerlo cumplir, con mano certera.
8.- Nosotros, Indignados de Chillán, no somos un voto más. Somos los garantes de la democracia que nos permite el desarrollo en paz, en progreso y en libertad.
9.- Las razones nos asisten, por lo cual no dudamos en echarnos a la calle, sin violencias, como una fiesta democrática de toda la familia. Marcharemos con una camisa o camiseta blanca, en prueba de transparencia. Y demostraremos nuestra transversalidad en señal de respeto y tolerancia, pero muy concreta y razonada en contra de la corrupción.
10.- Y solo una bandera chilena en la mano. Ni un grito de más, ni un gesto hostil. Todos juntos, con las manos limpias y el corazón puro, para limpiar de corruptos nuestra sociedad.
El Sábado 21 de marzo, a las 10 de la mañana, en el frontis de la Gobernación Provincial, los Indignados de Chillán nos convertiremos en la chispa que encienda las conciencias de la indignación chilena. ¡Basta de Corrupción!.