Grecia podría convocar a un referendo o elecciones anticipadas si sus socios de la zona euro rechazan un plan para reestructurar la deuda e impulsar el crecimiento, dijo el ministro de Finanzas Yanis Varoufakis en una entrevista con un diario italiano publicada el domingo.
El nuevo Gobierno griego, encabezado por Alexis Tsipras, ganó las elecciones de enero con la promesa de renegociar un rescate acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y sus socios de la Unión Europa que requiere una estricta disciplina fiscal y profundas reformas económicas.
El Gobierno llegó a un acuerdo temporal con sus acreedores el mes pasado y Atenas tiene hasta fines de abril para especificar las reformas que implementará a cambio de más ayuda.
Los ministros de finanzas de la zona euro se reunirán el lunes en Bruselas para discutir una carta con reformas prometidas enviada por Atenas la semana pasada.
Varoufakis dijo al diario italiano Corriere della Sera que si Bruselas finalmente rechaza las propuestas de Grecia “podría haber problemas. Pero, como mi primer ministro ha dicho, no estamos pegados a las sillas aún. Podemos volver a elecciones, convocar a un referendo”.
El ministro no dijo qué tipo de referendo sería, pero anteriormente hubo especulaciones de que un impasse podría obligar al Gobierno a llamar a una votación sobre si continuar aceptando las restricciones de la UE, un paso que plantearía dudas sobre el lugar de Grecia en la zona euro.
En la entrevista, Varoufakis dijo que hasta ahora la respuesta de la zona euro a su propuesta de reemplazar la deuda actual con bonos ligados al crecimiento nominal ha sido “silencio”.
“Quisiera que Europa entendiera que es una manera de restituir más dinero, no menos”, afirmó el ministro sobre los bonos.
“La alternativa que proponemos no tiene el objetivo de que otros países paguen nuestras deudas, de hecho, proponemos devolver más”, agregó.
Con la popularidad del Gobierno por sobre el 40 por ciento, Varoufakis afirmó que “la gente entiende” que se está luchando con el “establishment que dijo que estaba salvando a Grecia y puso todo el peso sobre la espalda de los pobres”.
En 2011, Grecia casi lleva a la zona euro a una crisis de deuda hasta que aceptó el rescate. Ahora la preocupación es que un fracaso en alcanzar un nuevo acuerdo con sus acreedores vuelva a sumir al bloque en una crisis.
La incertidumbre sobre la situación financiera de Grecia ha ido en aumento. Atenas enfrenta un declive en los ingresos impositivos, al tiempo que la ayuda de la UE y el FMI estáinterrumpida a la espera de que el Gobierno complete las reformas prometidas.
En la misma entrevista, el ministro dijo que el Estado tenía dinero “para pagar jubilaciones y salarios de la administración pública, para el resto veremos” y que Grecia no necesita un tercer rescate para cumplir con sus cuentas.
También criticó al Banco Central Europeo por ser “disciplinario” en no permitir la emisión de deuda a corto plazo y dijo que el banco central debería adquirir deuda griega de inmediato como parte de su programa de compra de bonos y no en el verano boreal, como dijo que hará.