Noviembre 23, 2024

Un terremoto político grado 10

Una vez más el vate catalán viene en mi auxilio: “Prefiero la revolución a las pesadillas”; o si prefieren al gran bardo charrúa: “Y hay quienes se desmueren, y a quienes se desviven, y así entre todos logran lo que era un imposible”.

    Lo cierto es que quienes detentan el poder en Chile, no renunciarán. Ya que se han dado cuenta que pueden cometer las bellaquerías más grandes y los crímenes más aborrecibles- no sólo ahora, sino desde que la dictadura refundó el país-  y que  no recibirán ningún tipo de sanción real. Ellos y ellas explotan  el statu quo para su enriquecimiento ilícito; y, como contrapunto, ningún criminal, truhán, tunante,  bergante, pillo, sinvergüenza, pícaro o  como se les quiere denominar, teme por su libertad; por el contrario, saben a ciencia cierta que la tienen asegurada; o que recibirán una sanción o castigo irrisorio. Ha llegado el  momento crucial de derribarlos, mediante la encarnación de la utopía: negarse a participar de una democracia que  es un engendro entre fantasmagoría y simulacro.

 

 

 El bipartidismo, una de las piedras angulares de la opresión, ha dado el  marco de referencia y la legalidad vigente para la seudo democracia imperante que ha operado desde la  destitución y derrota formal de la dictadura, y que ha permitido la perpetuación en los cargos de representación de algunos siniestros nombres, que llevan en su puesto más de 20 años; todos y todas miembros connotados de algunos  partidos políticos, integrantes obedientes, funcionarios de sus burocracias, que son  nomenclaturas  que  no aceptan ningún tipo de disenso, y que son ancilares a los  intereses de las respectivas cúpulas, que trabajan silenciosamente para  la reproducción y perpetuación  del orden establecido.

    Lo anterior es  cierto más  allá de reconocer que las dos coaliciones han maquinado para  cambiar la piel,  mas  no el fondo, con la excepción del pinochetismo a ultranza e irreductible de la Udi, que se opone a cualquier  cambio aunque sea en la lógica del gatopardismo.

            Cabe  tener  claridad de que persiguen asegurarse un reacomodo cuasi vitalicio en  los sucesivos períodos que vendrán, de  modo  que  no es descabellado pensar que podremos morir y seguirán como diputados, senadores, alcaldes, cores, etc., los mismos que vienen del tiempo en que prometieron que la alegría  llegaría, del “regreso a la democracia”, más sus socios y aliados, con el agregado de algunos rostros frescos cuyo único merecimiento es ser tan práctico y abyecto como cualquier otro canalla empedernido e inescrupuloso, para recibir la prebenda  y guardar silencio.

    A fin de cuentas, la  reforma que impide la reelección indefinida, empezará a correr  a partir de la próxima elección; es  decir, que por lo menos tienen  asegurada la posibilidad de  repostularse,  y  casi segura su reelección; y,  en la eventualidad  de que pierdan, el mundo privado abrirá sus brazos para  recibir a quienes  conservaran su redes de contacto e influencia; y que, potencialmente, podrán hacer lobby  para favorecer los  interés de sus patrones.

    La única posibilidad es que haya  un levantamiento popular, en términos de que la gente se rebele, se alce contra el bipartidismo; que se nieguen a rajatabla a seguir votando por los candidatos y candidatas que  imponen los partidos  que han dominado, y se han repartido las cuotas  y las ganancias.

    No se trata de  tomar un  fusil y salir a combatir; porque aunque en otros rincones confines si ocurre, en Chile no están dadas  las condiciones para  un levantamiento popular armado- ¿alguna vez se darán?; ¿qué sea el pueblo el que tome la iniciativa, y no siempre el que sea  masacrado?-, pero todos y todas tenemos conciencia, voz y voto; y  en esta caso, y por ahora es  nuestra arma  más poderosa: no concurrir a  sufragar  cuando hayan mostrado de nuevo su apetito  voraz, y desplegado su parafernalia para seducir con sus cantos de sirena,  mezcla de publicidad y mercadotecnia.

    No volver a ser comparsa de su show, que están acostumbrados a  valerse  de la presencia e ignorancia-ingenuidad de la  gente, para después  arrogarse la  carta de ciudadanía, y el papel de custodio del funcionamiento las instituciones-  odioso y  detestable lugar común que viene de los tiempos de Lagos, “el mejor presidente de derecha de la historia”- que han  estado inventado y reinventado cuantas veces  ha sido preciso para  hacer creer  tanto al pueblo como al mudo que  en Chile  existe una democracia  ejemplar 

    No  es posible seguir votando por los  mismos y las mismas, ya que sabemos a ciencia cierta que son  funcionarios de uno u otro partido, que  no harán  nada para favorecer  la gestación de una  nueva constitución, porque les embarga  el terror de  imaginar lo que podría  acontecer  y sobrevenir.

    Un horizonte  posible sería que:  daría pie a que la soberanía popular se ejerciera de forma  efectiva;  y  a que  surgieran desde la clase  trabajadora personas que pudieran expresar la  voluntad de un cambio radical,  y que se diera el vamos a un proceso  tendente a recuperar todo lo que nos ha robado durante  tantos años,  a un costo tan alto; que ninguno,  ninguna  de quienes hoy  aparecen como vacas sagradas pagaron en su momento: sangre derramada por hijos e hijas del pueblo; mientras los opresores gozan de excelente salud y bonanza.

      Pues bien,  no creo que les afecte demasiado  constatar que la agenda  ha estado saturada con los  fétidos casos de corrupción que han salido a la luz pública. Pero tengo la certeza  de que: por  un lado es la punta del iceberg, en tanto el parlamento, las  municipalidades, el gobierno y sus ministerios, están  enseñoreados por familias enteras, que son las que estrujan a diario a este  pueblo, y que cuando  abandonan sus  magistraturas o cargos, no lo hacen, precisamente, en la  inopia; por ahora, permanecen impunes.

    Por otro lado, es una táctica  de desinformación masiva, porque  no se  le explica  bien a  la ciudadanía lo que  ello comporta; y que, por demás,  ayuda a saturar de noticias los canales de televisión, los diarios y revistas y las radios que trabajan para el sistema, con  excepciones que son bastiones de la libertad y del pensamiento revolucionario; eventos que serán relegados a un segundo o tercer  plano,  ahora  que estamos ad portas  del magno evento cultural de  Viña del Mar.

            El caso Nuera Gate, continuando con el hilo conductor, a propósito de la  gangrena y subsecuente putrefacción instalada,  demuestra la  insolencia, el desparpajo, el descaro, la proclividad criminal,  la inescrupulosidad  de un  sujeto ordinario, que aprovecha su vínculo con la  presidenta, electa para regocijo de la  burguesía, de los poderes económicos y  militares, para en un dos por tres hacerse millonario.

    Y, nadie tiene la facultad  para  coercer o coaccionar  al  delincuente de cuello y corbata, para  que devuelva lo ganado, o para que  vaya  preso.  ¿Y el gobierno, con su vocero,  piensa, sin embargo, que somos  tan idiotas  para aceptar que es un asunto entre  privados un negociado que reporta un beneficio de $2500.000 millones a una familia favorecida por el nepotismo, en circunstancias de que el sueldo mínimo en este  país no alcanza  los $250.000 mil pesos; es decir, un emolumento raquítico, que jamás podrá igualarse  con una operación que entrega a los malhechores  10 veces más como mínimo?

    ¿Para qué referirme al caso Penta, que  ya  ha sido desmenuzado por tantos intelectuales de pacotilla al servicio del establishment, cuentistas políticos, teóricos de la charlatanería y la mendacidad, de uno y otro bando,  que  lo único que han hecho es redundar con detalles intrascendentes?. Sin embargo, sabemos que  no se atreven a rebelar la verdad,  a hincar el diente en el hueso,  en orden a que  tendrían que llegar hasta las  últimas consecuencias: ¿cómo se gestaron las  fortunas de los dos Carlos; y, por  lo tanto, empezar a  revisar todos los procesos de privatización mediante los cuales  la dictadura desmanteló el estado chileno, cuya  construcción costó un siglo, y que tuvo uno de sus simas  más heroicas y nobles en la gesta de la nacionalización del cobre? .

    Como corolario tan inexorable como indefectible, necesitamos una revolución en libertad, por cuanto de lo contrario nos iremos al mismísimo infierno por decirlo así, mientras la oligarquía y la plutocracia siguen explotando al pueblo chileno; para que las masas recuerden que son sujetos de derecho, y que a través de la organización popular han de articularse  para  dar el primer  paso: negarse a seguir  la farsa, la pantomima, la charada, la mascarada, que  ya tenemos bastante de teleseries y sus derivados.

 

Arturo Jaque Rojas.
10.789.448-9

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