Diciembre 27, 2024

De las Torres Gemelas a París, conectando con Ucrania en un vuelo de Malaysia Airlines

Esta nota la he firmado incluyendo mi segundo apellido, con el objeto de aclarar mi ascendencia francesa (además de la italiana por parte de padre). Además, tengo dos nietas francesas cuyo padre también es francés. Dicho esto, vamos a la nota.

 

 

Después de los atentados del 7 de enero en París, en contra del periódico satírico Charlie Hebdo, además de las condenas que se hicieron manifiestas en prácticamente todo el mundo, varios analistas internacionales, incluso algunos de mucho prestigio como el portugués Boaventura de Sousa Santos, el argentino Atilio Borón y el norteamericano Noam Chomsky, sólo por nombrar algunos, en sendos artículos publicados en diversos medios del concierto internacional, exponen con fundamentos de peso, las causas por las que se habrían producido estos atentados.

 

En general, los análisis apuntan a la prepotencia con grados de suma violencia que durante décadas ha actuado Occidente en contra de los pueblos que profesan la religión musulmana. Como muestra, me permito reproducir unos párrafos de un artículo de opinión escrito por Jeffrey D. Sachs, distinguido profesor de la Universidad de Columbia, publicado en el portal Proyect Syndicate, (The world’s opinión on page), con fecha 24 de enero de 2015:

 

“En Occidente odiamos reconocer (y la mayoría se niega a creer), que nuestros líderes llevan un siglo destruyendo vidas musulmanas como si nada, en incontables guerras y choques militares instigados por la prepotencia occidental. ¿Qué mensaje transmite a los musulmanes la invasión comandada por Estados Unidos a Irak en 2003? Más de 100.000 civiles iraquíes (según un cálculo muy conservador) murieron en una guerra que se basó en afirmaciones totalmente falsas. Estados Unidos nunca pidió disculpas, ni mucho menos reconoció la matanza de civiles”. Y más adelante agrega:

 

“Mucho antes de que en Occidente hubiera terrorismo islamista, el Reino Unido, Francia y Estados Unidos, apelaban a estratagemas diplomáticas y organizaban golpes de Estado, guerras y operaciones encubiertas en Medio Oriente para afirmar y mantener el control político de Occidente sobre la región”.

 

En mi opinión, todos estos análisis estarían en lo correcto y sus autores no dejarían de tener la absoluta razón, siempre y cuando los atentados del 7 de enero en París, hubiesen sido perpetrados efectivamente por los “terroristas” que dice el gobierno francés y no por los servicios secretos del mismo.

 

Prefiero inclinarme por la tesis de Paul Craig Roberts, ex subsecretario del Tesoro de Estados Unidos, quien afirma que el “ataque contra Charlie Hebdo fue una operación de falsa bandera”. El día 13 de enero recién pasado, el portal El Mostrador reproduce un artículo de la página web de este analista en que plantea dicha tesis. He aquí algunos párrafos:

 

“En su escrito, Craig Roberts explica que ‘la Policía encontró el documento de identidad de Said Kouachi, muy cerca de Charlie Hebdo, en la misma escena del tiroteo’. Este hecho lo hace recordar a otros terroristas igual de ‘descuidados’: ‘los supuestos culpables por los atentados de la Torres Gemelas, cuyos pasaportes aparecieron intactos entre las ruinas de los edificios pese a haber estallado con el avión y los rascacielos’”.

 

Y prosigue Craig Roberts: “Desde que las autoridades han descubierto que los pueblos occidentales pueden actuar estúpidamente y creer cualquier mentira que luce como transparente, van a recurrir a esa mentira y usarla una y otra vez”.

 

Pero el ex subsecretario del Tesoro y analista internacional no se queda ahí. El portal El Ciudadano publicó, hace un par de días, otro artículo de este autor, con el título “El futuro de E.EU.U. es la ruina”; sólo reproduciré el primer párrafo:

 

“Los neoconservadores formados en sus oficinas en Washington se felicitan por su éxito en el uso del affaire Charle Hebdo  para volver a unir a Europa con la política exterior de EE.UU. No más votos franceses con los palestinos contra la posición de Washington e Israel. No más simpatía europea con los palestinos. No más creciente oposición europea al inicio de nuevas guerras en Medio Oriente. No más llamados del presidente francés a terminar las sanciones contra Rusia”.

 

Francia y la República.

 

Ahora bien, mientras la mayoría de los franceses siga pensando que Francia es la república de la cual siempre se han sentido orgullosos (era que no), seguirán creyendo que el atentado en contra de Charlie Hebdo tenía como objetivo la destrucción de los cimientos de la República y la conculcación de la manida “libertad de expresión”.

 

Sin embargo, la responsabilidad de la destrucción de la República francesa recae en sus propios habitantes, pues han permitido que sus sucesivos gobiernos desde hace un tiempo a esta parte, hayan tomado una actitud de vasallaje respecto a sus relaciones con los Estados Unidos.

 

Jean Luc Melenchon, candidato del Partido de Izquierda en las elecciones presidenciales de 2012, y actual eurodiputado, en una entrevista criticaba en aquel entonces, que cómo podía ser posible que Francia, el país que había hecho la gran revolución, estuviera sometida a los dictados de Estados Unidos con la pérdida de gran parte de su independencia.

 

Y vaya que tenía razón el candidato Melenchon. En abril de 2013, el presidente Hollande, da a conocer el “Nuevo Libro Blanco de la Defensa de Francia”, el que fue duramente criticado por la derecha nacionalista y el frente de izquierdas, porque significaba el desmantelamiento del ejército francés y total sumisión a la OTAN: “Hollande transforma a Francia en un auxiliar low-cost de la OTAN”. Melenchon señaló, por su parte, que la “austeridad y el atlantismo” forman un cóctel que constituye un “peligro mortal para la soberanía y la independencia de Francia”.

 

Por lo demás, el general Charles de Gaulle en 1966 se refería al “rol de títeres que Estados Unidos hacía jugar a los otros miembros de la OTAN”.

 

Sólo hace un par de días el primer ministro francés, Manuel Valls manifestaba que “el horror está aquí entre nosotros por cuanto el Islam es una religión auténticamente violenta”. ¿Y qué son sino una violencia asesina los bombardeos del Estado francés (cuna de los Derechos Humanos), día con día en colusión con la OTAN, en varios países del Medio Oriente con población musulmana, sin importar la muerte de niños, mujeres y, en general población civil?

 

El 5 de agosto de 2014, se publicó en este medio, una nota de mi autoría con el título “Obama, el tartufo”, en la que hacía una relación de auto atentados efectuados por Estados Unidos para inculpar a terceros países con el objetivo de invadirlos, llevarlos a la guerra no declarada, etc., comenzando con la implosión del acorazado Maine 1898 surto en el puerto de La Habana, hasta el auto atentado de la Torres Gemelas, el único de esa magnitud dentro del propio país.

 

Como podemos apreciar, el presidente Hollande, se ha convertido en el nuevo tartufo ¿Permitirá el pueblo francés que se le siga engañando de esa forma?, ¿estará dispuesto el pueblo francés, orgulloso de su República, que sus gobernantes sigan regalando su soberanía sometiendo a Francia, cada vez más, a las órdenes del “Estado más terrorista del mundo” (Noam Chomsky dixit).

 

¿Habrán puesto los franceses sus esperanzas en Marine Le Pen, (incluso antes del atentado del 7 de enero), quien ha prometido devolverle la soberanía a la Francia republicana? ¿Si es así, han sopesado el riesgo que ello conlleva para los inmigrantes musulmanes?

 

Respecto del atentado al avión de Malasia Airline que volaba sobre Ucrania, al que hago referencia en el título, le dejo la inquietud a usted, estimado lector. Posiblemente en otro artículo me refiera detalladamente a este tema. Antecedentes hay de sobra.

 

 

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