Tras años de entrega casi absoluta a la limpieza de las respectivas casas relucientes, un grupo de enérgicas señoras desclasadas reinas del hogar han decidido subordinar los intereses propios a los de sus queridos hijitos, en cuyos hombros y en cuyas cabezas descansa el futuro de todo un país. Allí están, con altavoz, agua embotellada y chancletas de hule, gritando a voz en cuello: BASTA. Basta de abusos por parte del nuevo Gobierno que pretende descaradamente permitir que todos (y sin que se oiga, todas) aprendan a sumar y restar y sin tener que pagar un solo céntimo. “Esto nosotras no lo vamos a permitirlo” dice nuestra entrevistada, Señora Yolanda, “antes muerta que sencilla”.
Son mujeres muy ordenadas, dóciles y limpias. En la calle se han mezclado los vapores que emanan de sus cuerpos sudorosos embetunados con crema Lechuga y Tres Rosas. Algunas se pavonean con una pollerita de la temporada, otras se deslizan por el pavimento en posición de esquiador dejando tras sí una estela de Charlie o Tabú. Siempre es alguien de la UDI quien les da el puntapié en el culo y así comienzan a moverse. De vez en cuando un cartelito con el rostro de Labbé. Las más ricas tienen acceso a las trascripciones orgánicas de Natura y a la dieta de la revista femenina. Diputados, directores e ilustres senadores aplauden y repiten consignas comunistas en tonito dominical, y se ríen de buena gana, realizándose en su labor, “ja ja ja, ¿escuchaste como dijo cirguela en lugar de ciruela? Ja ja ja”. Uno explica que toda mujer que crea auténticamente en el feminismo debe poder elegir si llevar a su hijo al estercolero del municipio o a la versión fresca y recién pintada del Colegio vitacurino ensartado en la comuna periférica. También hay manifestantes de regiones, como la Señora Yolanda, íntima amiga de Andrea Molina y que ha decidido entregar su valioso testimonio “para que quede patente que los chilenos de verdad vamos a defender nuestros intereses”.
Cuéntenos, Señora Yolanda, ¿Qué la motiva a rebelarse contra el sistema capitalista?
Nosotras somos un grupo no menor de apoderadas que vemos este tema como algo que al Gobierno de la Nueva Pillería no le interesa abordar por un tema de intereses. Por ello la UDI se ha comprometido con nosotras porque ellos sí entienden de lo que se trata este tema, que no es menor.
¿Pero qué es lo que piden?
Nuestra libertad a elegir. Nosotras tenemos ese derecho. Han sido años de lucha. Años de sacrificios. En mi caso somos una familia familiar con una economía doméstica organizada hasta el último rincón. Nosotros (o sea, mi marido, pero es lo mismo) trabajamos un montón para pagar la letra de la casa que es de tres dormitorios, dos baños, ventanales window, césped que yo misma corto y cortinas super bonitas con cordoncitos para correrlas de izquierda a derecha. Hace poco le terminamos de poner cerámico a todo el living y a la cocina y piso de madera a la pieza suit que yo envirutillo y lustro con pasta de zapatos porque eso da una impresión más perfecta y resplandeciente como el cobre recién pulido. Todos alaban mi piso. Bueno, con todo eso usted entenderá que no voy a mandar a mi hijo a un colegio municipal, él no tiene por qué conocer a esa gente.
O sea, usted está en contra de la educación municipal…
No es que esté en contra: pasa que nosotras con las compañeras estamos organizadas porque consideramos que es el colmo que se nos imponga un modelo de vida. Por ejemplo mi lolo, Augusto, es un chiquillo bueno, sano, deportista, juega a la pelota por su colegio, está en la pastoral de la capilla y se peina con la computación y con el inglés. Nosotros con mi marido le sacamos todo de marca en la multitienda: mochila saxoline, zapatos pluma, que el pantalón, que la camisa, que los chores. Inclusive tiene iPhone. Él tiene puros 7 porque quiere estudiar ingeniería comercial en la Católica para así algún día ser ejecutivo de cuentas. Eso me llena de orgullo. Él quiere ser igual que su papá que es contador en la empresa donde lo quieren un montón porque es la mano derecha del jefe que inclusive nos emprestó plata para los frenillos del Augusto porque todos los otros niños del curso tenían los dichosos bráquets que les dicen, entonces nosotros con mi marido le pusimos los frenillos y así nadie nos va a mirar en menos. La absoluta totalidad de los compañeritos del Augusto tienen frenillos, las niñas con su pelo largo igual que las otras niñas del colegio Everest, aunque son más morenas y de mechas más tiesas. Hay harto español en el colegio, ni un solo mapuche y el que hay ni se le nota. Yo misma soy de descendencia alemana y mi pelo cuando chica era rubio como el oro.
Usted no pondría a su hijo en un colegio Municipal…
¡Por ningún motivo! Si lo colocara en uno de esos, seríamos igual a esa gente pobre y salta a la vista que no somos iguales sino infinitamente distintos. Ellos solo sirven para animales de carga, contrario a nosotros que si bien también somos animales de carga nos sentimos definitivamente identificados con el empresariado. Por eso vinimos hoy a reclamar en compañía de la UDI. (Con los ojos llenos de lágrimas y evidentemente emocionada) ¿Sabe? Yo tengo casa con jardín y auto, sillones de felpa encintados en fierro dorado, mesita de vidrio repleta de elefantitos y chanchitos de loza, floreros con rosas de plástico, manteles a crochet, cenefas que combinan con la alfombra de retales, dientes de oro, puentes de estaño y un Legacy del año 2001. No vamos a sacrificar todos esos logros de una vida entera colocando al hijo en un colegio Municipal…
¿Sienten que la UDI las está utilizando para sus fines políticos?
Sí, obvio. La política es super interesante. Los jóvenes de ahora no más que están tan revueltos. Culpa de los encapuchados. En la época de Pinochet una podía ir al almacén super tranquila y no pasaba nada… ahora con suerte se encuentra margarina light, porque estoy a dieta.
¿Cómo es el colegio donde estudia su hijo?
¡Precioso! ¡Espléndido! Usan un uniforme súper bonito, y todos, todos juntos los compañeros son católicos y los apoderados son super comprometidos con las alianzas. Este año yo hice todos los pompones para la alianza amarilla, que es la alianza que le tocó al hijo, por suerte, porque en la alianza verde son los alumnos que entraron a primero medio recién, en cambio el Augusto está de kínder en el colegio. Anote eso.
¿Cuál es su político favorito?
Sin duda Andrea Molina. Yo quiero ser como ella. Es tan alta y rubia, parece Barbie. Se parece a la Raquel Argandoña, mi otra ídola.
Y la protesta continúa su paso. Yolanda toca un silbato y explica muy fuerte que ella tiene derecho a pagar por la educación de su “cabro chico” y que el Estado no debería imponerle ninguna gratuidad. Agrega que el Gobierno no le va a dar a ella los doscientos mil pesos restantes (en su caso) para meter a su hijito en un establecimiento de la misma orden religiosa pero costeado absolutamente por los padres y no a medias con el gobierno y la subvención. “Los comunistas quieren todo regalado” dice otra que pasa a tocar el precioso chal de seda de Andrea Molina, la ex secretaria, ex modelo de televisión y ex figura de la farándula que ahora se identifica con la Virgen María y con las mechas rubias de la clase a la que varias de las manifestantes sueñan (vanamente) con pertenecer…
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