Arabia Saudita empezó una guerra mundial de precios de petróleo este mes, con intención de hacer mella en la producción de crudo estadunidense. Sin embargo, contener el auge de prospecciones de la nación norteamericana podría llevar más de un año.
Observadores esperan una espiral a la baja de los precios mundiales del petróleo, que llevaría a reducir rápidamente la perforación de petróleo de esquisto en Estados Unidos, frenar el crecimiento de la producción y ayudar a impulsar los precios. Los productores pequeños, vulnerables a repentinos movimientos de precios, pueden tener que reducir el gasto y bajar con rapidez la cantidad de crudo que llega al mercado.
Pero incluso aunque las empresas que desarrollan hidrocarburos no convencionales estudien bajar sus presupuestos para 2015, la producción podría continuar aumentando a lo largo del año próximo y posiblemente en 2016, según expertos y conocedores de la industria.
Los pozos que se están perforando, pero aún no han sido sometidos a fractura hidráulica, harán que la producción siga subiendo durante meses, opinaron. Muchas perforadoras tienen contratos a largo plazo y aborrecen pagar costosas sanciones por tener que dejar equipos que luego necesitarían. La mayoría han cubierto la producción del año que viene a precios mucho más altos y se apresuran a cerrar la de 2016, protegiendo sus ingresos aunque continúe la caída libre de precios.
Lo que está en juego no es sólo el frenesí perforador de Estados Unidos, que ha transformado la foto energética de Norteamérica y ha propulsado la economía estadunidense, sino también la forma del mercado mundial, con el líder de la OPEP, Arabia Saudita, confiando en recuperar cuota de los productores estadunidenses.
En privado, Arabia Saudita ha dicho al mercado de petróleo que quiere permitir que los precios bajen hasta 80 dólares por barril durante un año o dos, medida dirigida a los productores estadunidenses. Desde entonces Kuwait e Irán han comentado que no tienen previsto recortar la producción. Esto ejerce presión sobre empresas como Continental Resources y EOG Resources, cuyas cotizaciones en bolsa se desmoronan.
Los cuatro meses de declive en los mercados de petróleo –que han arrastrado el crudo Brent a 85 dólares por barril, su nivel más bajo en cuatro años– son el primer gran desafío para el sector de hidrocarburos no convencionales de Estados Unidos desde que surgió, hace cuatro años, y llevó a la producción de petróleo a su cota más alta en una generación.
Mucho depende de cómo la industria responda a un entorno poco familiar de precios bajos. La revolución del shale (petróleo o gas no convencional o de esquisto) se ha visto impulsada por centenares de empresas que perforan miles de pozos nuevos.
Las plataformas petrolíferas en Norteamérica marcaron la semana pasada un récord de mil 609, lo que supone un crecimiento de 17 por ciento interanual, según una encuesta semanal de la empresa de servicios de petróleo Baker Hughes. La producción de Estados Unidos es la más alta en 30 años, por la producción de formaciones no convencionales abundantes y abiertas recientemente.
Muchos productores que ahora preparan los presupuestos de inversión del año próximo probablemente estén considerando recortarlos.
Esta semana analistas de Wells Fargo dijeron que esperaban que el gasto en exploración y producción de Estados Unidos fuera plano el año que viene respecto a 2014. Debido a la rápida tasa de descenso de 70 por ciento en los pozos de petróleo de esquisto tras el primer año, un gasto estable implicaría un recorte en el crecimiento de la producción petrolera no convencional hasta los 200 mil barriles diarios. La producción de petróleo de Estados Unidos se ha incrementado en un millón de barriles diarios en cada uno de los tres últimos años.
Comstock Resources podría recortar el año que viene hasta tres las cinco plataformas de perforación que tiene, declaró Burns a Reuters. Magnum Hunter Resources, productor de petróleo y gas con terrenos en algunos de los principales campos deshale de Estados Unidos, ha vendido este año parte de sus activos de petróleo por el temor a un descenso en los precios. No hay duda de que los precios más bajos afectarán el negocio del petróleo. Verán un cambio en la dirección de algunas empresas, confió a Reuters el consejero delegado Gary Evans.
Larga data, bajar producción
Aunque descienda la inversión, hay quienes dicen que llevará tiempo que esto se traduzca en una reducción sustancial de la producción.
Una cola de pozos de petróleo que han sido perforados pero todavía no han entrado en funcionamiento podrían mantener firme la producción. En Dakota del Norte –donde el crudo de la formación de Bakken se encuentra ahora por debajo de los 80 dólares por barril– había a finales de julio cerca de 630 pozos en espera de ser fracturados hidráulicamente.
No es tan fácil como que el petróleo se vaya a 75 dólares y que todo el mundo entre en pánico, sostuvo Mark Hanson, analista de energía en Morningstar. Los precios tendrían que seguir por debajo de 75 dólares por barril durante un tiempo prolongado antes de que las perforaciones se ralenticen. Algunos yacimientos son rentables incluso con el precio a 50 dólares por barril, señaló este experto, así que mucho más con el barril a 80 dólares.
Muchas empresas ya han contratado coberturas para 2015 a precios más altos a los que será rentable la producción del año que viene, según presentaciones de las compañías.
Algunos productores nerviosos están empezando a vender también la producción de 2016, incluso aunque los precios para ese año hayan bajado de 89 a 81 dólares en tres semana