El Fondo Monetario Internacional recortó el martes su proyección sobre el crecimiento económico mundial por tercera vez este año, advirtiendo de un débil desempeño en países de la zona euro, Japón e importantes mercados emergentes como Brasil.
En su Panorama Económico Mundial, el FMI redujo sus expectativas para el crecimiento global a un 3,3 por ciento este año y a un 3,8 por ciento el próximo año. En julio, el organismo había dicho que esperaba un crecimiento económico de un 3,4 por ciento en el 2014 y de un 4 por ciento en el 2015.
El FMI ha recortado su estimación de crecimiento para el año en curso nueve de cada 12 veces en los últimos tres años, debido a que ha sobreestimado consistentemente el tiempo que toman los países ricos para liberarse de elevadas deudas y del desempleo tras la crisis financiera mundial del 2007-2009.
El organismo también redujo sus expectativas de crecimiento potencial a largo plazo, algo que su economista en jefe Olivier Blanchard denominó “la fuerza del futuro” que ya está impactando al crecimiento.
“Se tienen estas fuerzas del pasado, las fuerzas del futuro anticipado (…) y creo que eso explica la secuencia de revisiones que hemos tenido”, dijo Blanchard en una entrevista.
El FMI volvió a instar a los países a realizar una serie de reformas estructurales para apoyar la recuperación o correr el riesgo de un estancamiento.
Las proyecciones sombrías del FMI preparan el escenario para la reunión esta semana en Washington de las máximas autoridades económicas del mundo, que discutirán cómo hacer frente a una economía global vacilante, con Estados Unidos preparándose para poner fin a su política de alivio monetario.
Mientras que los países más ricos como Gran Bretaña y Estados Unidos están viendo una expansión más fuerte, el FMI rebajó sus previsiones para las tres mayores economías de la zona euro -Alemania, Francia e Italia- y dijo que era esencial que las naciones ricas mantengan políticas monetarias flexibles y bajas tasas de interés.
DESAFÍOS
También redujo las proyecciones de crecimiento para Japón y Brasil, entre otros. El FMI dijo que el potencial de crecimiento en los mercados emergentes es ahora de 1,5 puntos porcentuales por debajo de lo que se previó en 2011.
“Existe el riesgo de que la recuperación en la zona euro se pueda estancar, que la demanda pueda debilitarse aún más, y que la baja inflación pueda convertirse en deflación”, dijo Blanchard en el prólogo del informe.
“En caso de que se diera tal escenario, sería el principal desafío para la economía mundial”, afirmó.
Los mercados han estado agitados ante las perspectivas divergentes de crecimiento en Estados Unidos frente a una complicada zona euro y a un Japón que se ha sumergido de nuevo en la contracción. Hasta fines de la semana pasada, el dólar había trepado durante 12 semanas consecutivas, la escalada más larga en 40 años.
El FMI ahora ve un 30 por ciento de posibilidades de que la zona euro caiga en deflación el próximo año, y casi un 40 por ciento de probabilidades de que el bloque entre en recesión.
Gran parte del mundo occidental pediría a la zona euro hacer más para impulsar el crecimiento durante la reunión de esta semana, aunque Alemania se mantendría cauta contra dar tregua en la austeridad.
El FMI advirtió que valoraciones excesivas en los mercados financieros podrían desinflarse una vez que la Reserva Federal de Estados Unidos comience a subir las tasas de interés el próximo año, debido a que los mercados podrían haber subvalorado los riesgos de políticas monetarias divergentes en las economías avanzadas.
El organismo también advirtió que las tensiones geopolíticas entre Rusia y Ucrania, y en Medio Oriente, incrementaban los riesgos para la economía mundial y podrían impactar en los precios del petróleo y causar mayores alteraciones financieras y comerciales si los conflictos se intensifican.
Con una política monetaria flexible alcanzando sus límites y gobiernos con problemas de liquidez tratando de impulsar la inversión pública, el FMI instó a todos los países a realizar reformas estructurales, como la mejora de las políticas laborales y la lucha contra la evasión fiscal, y aumentar el gasto en infraestructura.