El sábado 14 de mayo asumió como nuevo Presidente de Haití el cantante excéntrico de kompa, señor Michel Martelly, llamado por sus fans Sweet Micky y por sus partidarios Te Kale, algo así como Pelado o Cabeza Pelada, Coco Pelao, con mucho cariño.
Estuvo presente Bill Clinton. También el Presidente Leonel Fernández de República Dominicana, el país limítrofe. No asistieron los ex Presidentes de Haití.
Te Kale no tiene antecedentes políticos ni pertenece a algún movimiento de ese tipo. En sus 50 años de edad no entregó nunca, que se supiera, una opinión al respecto, en un país donde muchos opinan sobre la permanente crisis que se vive.
Tenía fama por cantar y bailar kompa, en Haití y en el extranjero: Miami, Palm Beach, Nueva York, ciudades canadienses, París.
Te Kale tenía éxito, buenos ingresos, amistades y un lindo chalet en Palm Beach.
En Haití cantaba en el casino de Petionville, en algunas boites de la capital y en el hotel Oloffson, el de Graham Greene, que regenta un pariente suyo. No se venden en el país muchas copias de sus canciones ni se pagan altos precios en sus conciertos, por razones obvias. El buen nivel de vida de Martelly tiene su explicación en las ventas en el exterior y en el gusto de la diáspora por Sweet Micky y el kompa.
Pero en Port au Prince y en el sur del país Te Kale es cosa seria. En el sur es muy querido porque es la región del kompa. En la capital, destruida por el terremoto y con más de 250 mil muertos, un medio millón de heridos y más de un millón de damnificados (viven aún en campamentos), Sweet Micky atrae mucho en los multitudinarios carnavales donde canta, baila, toca, dirige su banda, se transforma, usa pañales y suele mostrar el culo a los observadores.
Las elecciones han sido siempre “contestadas” en Haití, cuestionadas, no reconocidas por todos.
En la elección presidencial del 28 de noviembre de 2010 podían votar alrededor de 4,5 millones de personas. Votaron, según el Consejo Electoral, poco más de 1 millón de ciudadanas y ciudadanos allí, en la primera vuelta. Hubo una abstención de entre el 75 y el 80 por ciento. Salió primero Madame Manigat y segundo Martelly.
En la segunda vuelta, el 4 de abril, votó un poco más de gente y ganó lejos Martelly, con casi el 70 por ciento.
Unas 500 mil personas fueron a votar en la capital de casi tres millones de habitantes.
La OEA, los EEUU, Canadá, Francia, dijeron que Martelly ganó bien, que no hubo trampa, y que la trampa se cometió en las elecciones parlamentarias, a favor de L’Initié, el partido del saliente Presidente Preval, que quiere controlar el Parlamento, cuestión vital en un sistema político como el haitiano. EEUU le quitó las visas a Preval y su gente.
Te Kale asume en el momento político de mayor dependencia del país desde 1804. Los Clinton, ella y él, e incluso el ex Presidente Bush, también especializado en Haití ahora, deciden abiertamente más sobre el país que el nuevo Presidente.
Para una potencia que es el gendarme mundial – que lo digan Pakistán, Afganistán, Irak y Libia – contar con una institucionalidad protectoral en la pobre nación que limita con ella, tras el mar, por el sureste, es miel sobre hojuelas.
¿Qué hará ahora Sweet Micky?
Eso sólo lo saben los loas, especie de ángeles o arcángeles que conectan a los seres humanos con sus dioses, y que hablan permanentemente con quienes militan en el vudú.
Los simples humanos, agnósticos, que, aunque respetamos profundamente el vudú no creemos en ángeles ni loas, podemos decir que la cosa se puede poner aún menos democrática en Haití. Y que la transformación puede ser para atrás. Sucede.
Te Kale, junto con cantar y bailar en su campaña, convocando a un pueblo herido a olvidar las penas por unas horas, también dijo, a la pasada, que se asesoraría con Bebe Doc, el ex dictador que volvió al país hace poco; tuvo como voceros a conocidos pandilleros y narcotraficantes, y ha proclamado que tratará de reconstruir las Fuerzas Armadas, disueltas en 1994 por ser golpistas y duvalieristas.
Mientras tanto la gente sobrevive en los campamentos, baila kompa, canta, reza, y sigue tratando de olvidar el brutal terremoto que pasó pero puede volver, y la peste que anda por ahí.
En mayo se inicia la época de huracanes.