Chilito,
padre, amigo, hermano,
cordillera, parra, planet,
un día que nunca olvido
con los brazos abiertos
como si me esperaras.
Yo era un canto herido,
un sueño despedazado
un grito en el desierto.
Y tu me devolviste la voz,
resanaste mis heridas
cubriste de verde mi soledad
y me hiciste uno más
de tus hijos.
Y como hijo tuyo,
canto tu setiembre
de claves, fuerzas y luces.
El 11 de La Moneda,
la pira que se alzó hasta el cielo
marcó solo el comienzo
del fuego purificador
que abrasará a los opresores.
El 16 de setiembre, las balas,
que mataron al trovador
fundaron un canto eterno
que cantará la gran victoria
de los oprimidos y postergados.
El 14 setiembre los que
torturaron hasta matar
a Pedro Durán Rivas
abrieron una compuerta
gigante, rugiente
del juicio final
contra el sistema opresor.
Canto el 18
de colores, fiestas,
trinos y trotes huasos,
porque es el remanso
donde abrevamos fuerzas
y las mejores alegrías
para las nuevas batallas.
El camino es largo, duro,
pedregoso y fatigante,
bordeado de abismos
y sorpresivas emboscadas.
Ya estamos en la larga
y desafiante marcha,
tambores de batallas
repiquetean en el mundo,
por las grandes alamedas
ya marchamos
guiados por las luces
que irradian
nuestros mártires
y héroes, allí están
en el cielo estrellado
llenándonos de luz y amor.
La lista es larga,
solo ellos y no otros
deben hacernos mejores
luchadores y renovadores
del Chile nuevo
dentro de un mundo nuevo.
Salvador Allende,
Miguel Enriquez,
Carlos Lorca, Oscar Castro,
Letellier, Prats,
Miguel Woodward,
los Gap indoblegables
los mártires de Pisagua,
Tarapacá, Tocopilla, Calama,
Chuquicamata, Iquique,
La Serena, Ovalle,
Neltume cordillerano,
El Escorial, Curacaví,
Puente de Villa Rica
Sobre el río Tolten,
Los Aninao, Antilaf.
Ancacure y Catriel,
la lista es larga.
Los miles que empuñaron
las armas y la esperanza,
los 63 fusilados
un 5 de setiembre de 1938
en el Seguro Obrero,
los 3,000 hermanos
chilenos, peruanos
y bolivianos
pasados por la metralla
en Santa María de Iquique,
el millón de araucanos
exterminados en 300 años
de limpieza étnica.
La lista es larga,
y por ser larga
son la nueva tierra,
el nuevo aire que respiramos,
Juan Domingo Gómez Rojas
muerto en la mazmorra
por fundar la hermandad
entre los pueblos,
Luis Emilio Recabarren,
el que hizo de la pampa
un edén de justa rebeldía
los internacionalistas
que dieron sus vidas
por una patria latinoamericana
sin fronteras, como lo hizo
Elmo Catalán, en Bolivia,
Nilton Santos
en las calles de Santiago,
los que se alinearon
con los herederos
del general Sandino
y Farabundo Martí.
Ya viene la hora
de los hornos y la vindicta
Chilito, mil veces
resurrecto y combativo
se vienen nuevas batalla,
venceremos.
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Lima, 18 de setiembre de 2014
(*) Poeta y periodista egresado de la Universidad de Chile, periodista latinoamericano residente en Lima (Perú).