Diciembre 26, 2024

Un corvo para Gary

Desde el siglo XIX hasta hoy el Ejército chileno ha participado veintitrés veces en masacres contra su propio pueblo. Gary Medel se salvó porque nació mucho después, pero si con esa misma pinta lo encuentra una patrulla durante los años de la dictadura de Pinochet, le habrían cortado su mohicano a machetazos y la pateadura que se habría llevado habría sido para hacerle algo más que un desgarro.

Como la mayor parte de los poderosos de este país, el Ejército no sabe muy bien en qué mundo vive. Y se arriesga en una maniobra comunicacional inédita para posicionarse como una institución que late el ritmo que lo hace el resto del país, alucinado con la selección nacional de fútbol.

 

Y no encuentra mejor opción que hacer un homenaje a Gary Medel, de destacada participación en la defensa chilena.

 

Todo iba bien hasta que a un creativo uniformado se le ocurrió que un buen regalo sería un acerado corvo, dispuesto en una cajita con los colores propios del mimetismo de campaña.

 

A muchas personas la sola mención a esa arma debió generarle más de un recuerdo ácido. Muchos compatriotas debieron acordarse del rol jugó ese puñal atacameño cuando los prisioneros de una guerra que no fue eran descuartizados, abiertas sus abdómenes, para luego ser lanzados al mar.

 

O cuando fueron degollados cuatro personas, de la manera más cobarde, precisamente con esta arma, que ahora juega el inofensivo rol de convertirse en una presente que premia el valor, la valentía, la hombría.

 

Curioso regalo para relevar tan extraordinarias virtudes. A los militares parece que se les olvida que esas personas que fueron asesinadas usando para el efecto esos mismos corvos, no eran tan diferentes al futbolista que ahora homenajean.

 

Gary Medel es tan conchalino como lo fueron los pobladores asesinados sin fórmula de juicio por el regimiento Buin, al mando de su comandante Felipe Geiger.

Por suerte el central de la selección nacería tiempo después.

 

El homenaje que el Ejército hace al valor de un jugador que lo dio todo en la cancha, demuestra la tremenda distancia que hay entre las distintas memorias que se desatan ante el estímulo de un símbolo que en un caso sirve para hacer un homenaje al valor, y en otro, como el la más cruel cobardía.

 

Para los poderosos, lo que sucedió en el pasado, se queda en el pasado. Y con la soltura del que tiene la cosa controlada, hace esfuerzos por evitar el más mínimo acceso de memoria.

 

De la misma manera han obrado los presidentes que en veinticinco años de pos dictadura han insistido en que es necesario superar los traumas del pasado y que hay que mirar hacia el futuro. Bien alimentados y sin deudas, para la nueva elite dominante lo de antes se explica por errores de lado y lado. Y no se arrugan en poner a víctimas y victimarios en el mismo nivel de responsabilidad.

 

En estos momentos el sistema enfrenta la más grande operación de blanqueo de un modelo económico que trastabilló por la intercesión de la fuerza de los estudiantes. Convencidos que los parches no resuelven lo que se necesita, los sostenedores del neoliberalismo han diseñado un plan que significa resolver aquellos flancos débiles de una vez por todas, de manera que se augure un tiempo de calma y de crecimiento, condiciones necesarias para los buenos negocios.

 

No es para otro efecto el que se impulsan reformas que no son otra cosa que operaciones encubiertas de grandes proporciones que se proponen mantener todo como está, por la vía de hacer como que no. He ahí la venia del presidente del mundo, Barack Obama y su ministra de Hacienda Global la presidenta del FMI, diciendo que lo planteado está en el camino correcto.

 

En ese contexto el Ejército intenta hacer lo suyo, y en una maniobra de suyo arriesgada, pone en movimiento la operación Un corvo para Gary.

 

Algunos esperaban algo más lúdico. Digamos algún vuelo a la altura de Quintero para mostrarle al defensa nacional desde donde se lanzaban los enemigos al mar que tranquilo nos baña.

 

 

 

 

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *