El primer ministro de Irak has acusado a Arabia Saudita de “genocidio” contra el pueblo iraquí por apoyar militar y financieramente a las milicias del EIIL, la organización que amenaza con destruir el país.
Irak es un país dividido en al menos tres grupos mayoritarios: los musulmanes chiitas y los sunitas, a quienes se suma el grupo étnico de los kurdos, que profesa ambas religiones, explica la analista Conchetta Dellavernia. Una de la razones por la que las milicias sunitas del Estado Islámico de Irak y Levante (EIIL) vinculadas con Al Qaeda lograron ganar tanta fuerza y el control sobre un amplio territorio que se extiende desde Siria hasta las cercanías de Bagdad es que se oponen al gobierno mayormente chiita del primer ministro actual Nuri al-Maliki.
Por esta misma razón religiosa se opone a las autoridades iraquíes Arabia Saudita, un estado sunita al que Al-Maliki acusa de dar apoyo a los radicales. “Los creemos responsables de apoyar a estos grupos [EIIL] financiera y moralmente y, como resultado de ello, de crímenes que pueden ser calificados como genocidio, del derramamiento de sangre iraquí, la destrucción de las instituciones estatales de Irak y de los sitios históricos y religiosos”, reza una declaración emitida por el primer ministro, citada por la agencia Reuters.
Según explica a RT el doctor Oz Hassan de la Universidad de Warwick, las “tensiones sectarias en Irak “son parte de la “Guerra fría” entre Irak y los estados sunitas del golfo, principalmente Arabia Saudita, Qatar y Kuwait. Así que, si EE.UU. no quiere que la violencia de Irak se extienda fuera de este país, debería de presionar a sus aliados del golfo para que dejen de difundir “el odio sectario”, opina el experto.
Por su parte, Conchetta Dellavernia cree que lo que está pasando en Irak es una nueva guerra que amenaza con dividir al país en al menos tres partes, algo que -sostiene- EE.UU. pretendía desde el inicio. Según la experta, la violencia en Irak demuestra “el fracaso total y absoluto” de EE.UU. y de la OTAN en Irak, y el hecho de que no quieran reconocerlo -explica- “hace pensar que este resurgimiento de Al Qaeda haya sido propiciado por ellos”.