Diciembre 26, 2024

¿Por qué EEUU puede sancionar a Venezuela y Venezuela no puede sancionar a EEUU?

Preguntas y respuestas sobre la actualidad conflictiva en Venezuela, la injerencia de Estados Unidos, las relaciones de Venezuela con otros países de América Latina y el camino de la Revolución Bolivariana.

¿Cómo es la situación que se está originando en Venezuela, con la “escasez” de productos, marchas, protestas?


La situación es cotidiana históricamente y fácil de esperar. Hay una norma muy sencilla, la burguesía solo es demócrata cuando está en su “democracia”. Lo que está sucediendo en Venezuela es que la oposición, liderada por una burguesía transnacional y neoliberal como marco económico, no acepta sus derrotas electorales, 19 de 18 que han transcurrido desde 1998. Por lo tanto si no pudieron derrocar al gobierno de Chávez y de su sucesor Nicolás Maduro mediante lo electoral buscan otros mecanismos ilegales. Entre ellos estuvo el Golpe de Estado de 2002, el boicot petrolero en 2003, las campañas mediáticas nacionales e internacionales, y hoy la estrategia de la derecha es el golpe económico de producir una escasez de productos, un ataque que es posible ya que todavía la burguesía controla gran parte de la producción y el comercio de Venezuela. Con esta escasez de alimentos paralelamente la oposición genera protestas callejeras violentas para presentarlo como un indicador del “descontento nacional” y que a la vez es más utilizado por los medios de comunicación. La oposición no quiere usar mecanismos legales y democráticos como el referéndum revocatorio porque sabe que podría ser derrotada otra vez como en 2004 y dar mayor legitimidad a Maduro por lo tanto es mejor generar un fenómeno borroso y violenta como causa de inestabilidad y no un mecanismo medible y democrático como las elecciones. Lo que está viviendo Venezuela fue un proceso similar golpista que se dio en Chile con Allende en 1973; huelga minera, de transportistas, asesinatos, disturbios de la oposición, financiación a paramilitares de derecha como “Patria y Libertad”… la única diferencia es que en Venezuela hay un sector armado chavista muy fuerte, tanto popular como militar y por eso el golpe militar de 2002 no cuajó.

¿Cuál sería la estrategia que debe implementar el gobierno de Nicolás Maduro ante ese panorama?

Hay dos estrategias de tendencias divergentes; la de la conciliación o la del enfrentamiento, dentro del marco jurídico. La primera es la que actualmente impulsa Maduro con la Mesa de Diálogo. Maduro debe saber que pese a asistir la oposición a esa Mesa de Diálogo, en primera instancia, hay un sector dentro de ese grupo, y de gran amplitud, que seguirá buscando mecanismos de desestabilización ilegal con apoyo de la injerencia de los Estados Unidos por sus intereses petroleros en Venezuela. Por lo tanto para neutralizar esos intentos ilegales Maduro debe utilizar también la estrategia del enfrentamiento donde los diferentes mecanismos jurídicos y legales juzguen a todo actor que incumpla la ley, desde miembros de la oposición e incluso Fuerzas del Estado. Es incoherente que un líder de la oposición como Henrique Capriles, que cometió un delito internacional de asaltar la Embajada de Cubana de Caracas durante el golpe de Estado de 2002, nunca fuese juzgado y se presentase limpio de cargos a las elecciones presidenciales. O que el empresario de un canal de televisión como RCTV, Marcel Granier, que estuvo detrás de ese Golpe de Estado no fuese nunca juzgado. Cualquier país etiquetado de democrático en el mundo juzgaría legítimamente a Capriles o Granier. Esto hace ver que el Estado venezolano sea etiquetado como un ente débil por parte de la oposición, y sepan que pueden seguir utilizando sus mecanismos de desestabilización. Ninguna Revolución se hace sin fuerza y en los momentos de contradicciones de clase social el Estado debe ser contundente dentro del marco democrático y legal.

¿Cómo se han visto las mesas de diálogo entre gobierno y la Mesa de la Unidad? 

La mesa de diálogo no dará nunca el fruto que espera el gobierno mientras la oposición venezolana no acepte el juego democrático. Creo que los dos actores buscan un objetivo concreto. Por parte del gobierno se busca un nivel de entendimiento para que la oposición, que sigue controlando gran parte de la actividad económica nacional, no afecte el funcionamiento económico y se desacelere el conflicto social para que fuerzas externas imperialistas, principalmente Estados Unidos, no justifiquen su injerencia como fuerzas pacíficas como han hecho o intentan en otros países como Libia, Ucrania, Siria, Egipto,… Y contradictoriamente la oposición busca dar a entender que actúa democráticamente al participar en un inicio en la Mesa de Diálogo pero intenta criminalizar al gobierno de que la Mesa es una falacia, por eso salió la oposición después de su inicial participación en la Mesa, y así ganar la oposición más apoyo internacional de los sectores antichavistas. La oposición sigue reuniéndose con cancilleres deAmérica Latina con la visita de Capriles a México, Perú, Chile, Colombia, Ecuador, y Brasil, y a la vez se ha retirado actualmente de la misma Mesa para dar una crisis de legitimidad al gobierno de Maduro.
En referencia a la situación entre Venezuela y EEUU
Estados Unidos sigue enfocado en su histórica doctrina Monroe imperialista de controlar el patio trasero de América, y uno de los países estratégicos para controlar es Venezuela por sus amplias reservas petroleras y porque actualmente el país caribeño es un pilar esencial de la contrahegemonía posneoliberal latinoamericana fundando el ALBA-TCP, el Petrocaribe, UNASUR, CELAC, como integraciones regionales contra el “libre” mercado. Estados Unidos en el siglo XX ha organizado intervenciones en todos los países, dictaduras del Cono Sur, Colombia, Cuba, Centroamérica, Panamá, Granados,… Durante la Guerra Fría utilizó más mecanismos militares, ya que eran más justificados en la comunidad internacional occidental por su lucha contra el comunismo, y hoy busca otro tipo de injerencias como golpes parlamentarios en Honduras o Paraguay.

EEUU está reuniéndose con el Congreso para sancionar a Venezuela en materia de derechos humanos.

Yo siempre me pregunto, ¿por qué Estados Unidos puede sancionar a otros países justificando que violan los Derechos Humanos y los demás países no pueden sancionar a Estados Unidos? Estados Unidos es uno de los países más desiguales de la OCDE, junto a Chile, Israel, México o Turquía.  Muchas personas no disponen de acceso a la salud y no pueden estudiar en una universidad por falta de recursos, solo pueden estudiar los de clase baja si van a matar iraquíes o afganos, entre otros. También muchas familias norteamericanas después de la crisis subprime de 2008 se han quedado sin vivienda. ¿No es  todo esto violación de Derechos Humanos? Además se conoce en la opinión pública internacional las injerencias de Estados Unidos en otros países y sus violaciones en Guantánamo, que es un campo de concentración similar al de los nazis en los años 30. Estos tipos de violaciones de Derechos Humanos no suceden en Venezuela. El tema es, ¿por qué Estados Unidos puede meterse en asuntos internos de otros países y Venezuela no puede hacer lo mismo con Estados Unidos? Un fenómeno nuevo ha sucedido a nivel internacional. China en febrero presentó un informe oficial sobre las violaciones de los Derechos Humanos en Estados Unidos por Discriminación racial y de mujeres, violencia con armas, castigos crueles e inusuales en las cárceles, uso de drones para bombardear otros países, forman parte de la lista de violaciones de Derechos Humanos cometidas por los Estados Unidos. Posiblemente, el crecimiento mundo multipolar, con Rusia y China a la cabeza, abre la posibilidad de que otros países como Venezuela puedan denunciar también las violaciones de Estados Unidos. Vivimos un cambio en la comunidad internacional que Estados Unidos no quiere aceptar, ve perder su hegemonía imperial unipolar.

¿Cuál será ahora el guión de  la nación norteamericana?

El guión de Estados Unidos sobre Venezuela genera dudas actualmente. Unas de las posiciones es crear un conflicto interno como en Siria, Libia, Ucrania… para justificar la intervención de la OTAN. Pero Venezuela tiene buenas relaciones con América Latina y sobre todo con China y Rusia y la entrada de Estados Unidos y la OTAN en Venezuela podría generar un conflicto bilateral entre Rusia y China contra Estados Unidos y la Unión Europea como sucede actualmente en Siria y Ucrania. En Libia pudo entrar la OTAN por que no había una relación estable entre Rusia o China y Gadafi, algo que no sucede en el caso de Siria o Ucrania, y estos ejemplos se parecen más al caso de Venezuela, una potencia petrolera.

¿Intervendrá Estados Unidos? 

Estados Unidos no puede intervenir directamente, si con injerencias camufladas que lleva haciendo años en Venezuela, en el país latinoamericano. Venezuela desde la llegada de Chávez y la nacionalización de PDVSA ha trabajado conjuntamente con su diplomacia. Las relaciones internacionales de Venezuela han sido fructíferas en América Latina, estrechando lazos con potencias como Brasil y Argentina en el MERCOSUR, pero sobre todo con países fuera del continente que son potencias mundiales y regionales como Rusia, Irán,  China, que tienen sus divergencias con Estados Unidos y la Unión Europea. El hecho de que intervenga militarmente Estados Unidos en Venezuela puede generar un conflicto internacional ya que Rusia y China están invirtiendo en el futuro Canal de Nicaragua (miembro del ALBA-TCP) para que la exportación de petróleo de Venezuela a estos dos países, grandes consumidores del oro negro, pueda crecer ya que actualmente limita el Canal de Panamá, un socio histórico de los Estados Unidos.

¿Cuáles serían las consecuencias siendo Venezuela el principal vendedor de petróleo de norteamerica?

Estados Unidos sigue comprando mucho petróleo a Venezuela porque es el mercado petrolero que tiene más cerca. La distancia de compra de petróleo a sus países  satélite como Qatar o Arabia Saudita es mucho más amplia y eso hace que el precio de la importación sea mayor, y finalmente del consumo del petróleo. Por lo tanto hay dependencia entre Venezuela y Estados Unidos, y si Venezuela como vendedor finalmente substituye su venta actual que hace a Estados Unidos a otros mercados como el chino o el ruso esto puede generar una inflación a Estados Unidos, dando otro golpe a su economía nacional como la que sufrió en 1973 y más en este momento de crisis financiera, al comprar solamente petróleo de Oriente medio. Por lo tanto, Venezuela puede conseguir ampliar un nuevo mercado como el chino o el ruso, que ampliar su consumo diariamente, sin perder así sus ingresos nacionales, y esto afectaría duramente a Estados Unidos en un momento histórico de crisis energética. Esto generará interés de intervención de los Estados Unidos en Venezuela, pero históricamente Estados Unidos ha intervenido militarmente y directamente contra países desestabilizados y lejanos a sus fronteras. ¿Haría lo mismo contra un país cercano como Venezuela que ha crecido militarmente los últimos años?

¿Vienen tiempos duros para el proceso revolucionario?

“Ninguna revolución es un camino de rosas”, quien piense eso no conoce la historia, llena de guerras y conflictos humanos.Venezuela actualmente vive como contradicción principal el Imperio norteamericano y la Segunda Independencia, la Dependencia o la Soberanía. Esta contradicción es visible pero si finalmente no se da el paso de conocer las contradicciones internas el proceso puede caer. En Venezuela no existió una revolución socialista armada como cambio radical, algo que si vivió Cuba en los años 60. En Venezuela, y como nuevo contexto internacional posguerra fría, vive un proceso reformista socialista que lleva cambios paulatinos utilizando todavía instrumentos del antigua Estado de la IV República. El hecho de que exista una sociedad de clases hace que la clase alta utilice sus mecanismos legales y paralegales en su lucha contra el gobierno de Maduro, e incluso infiltraciones de supuestos militantes del PSUV que más que ser socialistas son nacionalistas de izquierda socialdemócrata. Por lo tanto, el enemigo en Venezuela no es solo el Imperio, más allá del antiimperialismo se debe identificar también la lucha de clases que existe a nivel nacional. Una clase antichavista que busca como socio a Estados Unidos pero también hay una clase nacional que utiliza los mismas instituciones del Estados para frenar el Proceso Bolivariano. No es una anécdota particular que la URSS se acostase comunista y se levantase neoliberal, la lucha de clases está dentro del proceso socialista también. En conclusión, Venezuela puede salir airosa si sabe identificar en esa lucha de clases interna y que los verdaderos cuadros revolucionarios puedan ser líderes en la gestión del Estado, lideres que buscan un buen resultado colectivo y no individual. Empresas autogestionadas con interés revolucionario en busca de la soberanía productiva nacional e instituciones educativas que ejecuten una verdadera revolución cultural, pueden hacer frente a los boicots de las empresas nacionales y transnacionales.

Reestablecimiento de las relaciones con Panamá

La salida del expresidente panameño neoliberal  Ricardo Martinelli y la llegada del nuevo Presidente y antiguo excanciller, Juan Carlos Varela, mediante su victoria en las elecciones del pasado 4 de mayo conllevó al restablecimiento de las relaciones entre Varela y Venezuela tras la previa crisis diplomática entre los dos países al dar apoyo Martinelli a la oposición venezolana y acusarle Maduro de su vínculo con la injerencia estadounidense. Hay que tener en cuenta que Martinelli, antes de salir de sus funciones, hizo todas las gestiones posibles para insertar a Panamá en la Alianza del Pacífico, la nueva integración subregional neoliberal que hace frente al proyecto del ALBA-TCP y Mercosur donde está insertada Venezuela y defiende el modelo de “libre” mercado que impugna Estados Unidos. Lo que hizo Panamá no es algo nuevo, lo mismo hizo Colombia cuando salió en 2010 como Presidente Uribe y luego entró Santos. Uribe antes de dejar la presidencia de Colombia rompió relaciones con Chávez en julio de 2010 y luego después de la llegada de Santos como su sustituto se retomaron relaciones. Por lo tanto, la historia se repitió con un mismo objetivo. Actualmente tanto Panamá como Colombia tienen amplias relaciones con Venezuela al ser países cercanos y Venezuela ser un exportador de petróleo y todavía muy dependiente de materias alimenticios. Así que económicamente no interesa a Panamá y Colombia romper relaciones con Venezuela pero para estos gobiernos neoliberales no les interesa el proyecto soberano, antimperialista y de tenencia socialista que lleva Venezuela a cabo. La pregunta es, ¿Martinelli hubiese generado la ruptura de relaciones con Venezuela si todavía le quedase un par de años como Presidente? Creo que no.

¿La revolución venezolana ya está enraizada en el país?

Venezuela lleva ya 15 años de Proceso Bolivariano y eso hace que al menos una generación haya crecido con este gobierno antineoliberal que aprobó mediante referéndum una nueva Constitución que bautizó a la V República. Puede ser que una generación haya vivido cambios en la amplitud de los derechos, como normalizar el derecho a la educación universal y universitaria, el derecho a la salud, y más políticas públicas mediante las Misiones Sociales. Pero hay que tener en cuenta que todavía en Venezuela domina una ideología social cercana al modelo capitalista. Existe un amplia ética individualista y consumidora, y los mismos medios de comunicación privados, que son la mayoría en Venezuela, generan gran parte de esa ideología capitalista mediante sus estrategias publicitarias. Que se hayan conseguido grandes logros sociales en Venezuela no quiere decir que la revolución se haya enraizado del todo, no es solo mejoras sociales una revolución sino también conciencia. Y la derecha intenta mediante sus estrategias engañar al pueblo, como dijo el mismo ultraneoliberal Capriles en la campaña presidencial contra Chávez de estar de acuerdo con el Capitalismo Social, poniendo como modelo a Brasil. Hay que saber que la URSS y su proyecto de revolución socialista estuvo más de 70 años, y posiblemente cayó por no enraizar su Revolución.
De acuerdo a diversas encuestas de gobierno y oposición la aceptación hacia Maduro ha venido bajando.

Muchas veces las encuestas tienen un margen de error amplio, y por lo tanto no es tan fácil que una muestra estadística represente la realidad social, sobre todo si no se tienen en cuenta variables como sexo, edad, región rural y urbana, poder adquisitivo, nivel educativo,… El último dato fiable que podemos analizar, sin usar muestras y si el universo, es que en las últimas elecciones municipales, el pasado mes de abril, ganó el Gran Polo Patriótica a la oposición de la Mesa de Unidad Democrática con el 48% de los votos el primero y el 39% el segundo, es decir una diferencia de un millón de votos con una participación de casi 11 millones. El Gran Polo Patriótica ganó 240 alcaldías de 337. Es normal que en un momento conflictivo pueda bajar la aceptación a Maduro, además del crecimiento de problemas económicos en el país por las desestabilizaciones de grandes empresas vinculadas a la oposición, pero no hay que interpretar que una cosa es Maduro y otra es el proceso Bolivariano

 

*Anibal Garzón. Sociólogo y licenciado en estudios internacionales sobre América Latina por la UAB. Master en Desarrollo Internacional por la UPC.
 

 

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