Diciembre 27, 2024

Los estudiantes no les creen, ¡¡vivan los estudiantes…!!

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Las adecuaciones como las que se vienen proponiendo con formas de proyectos de ley en el ámbito educacional, intentan acomodar la carga ante el camino áspero que dejaron los estudiantes. Por eso son de espaldas a éstos. Y contra ellos.

 

 

Los poderosos se dieron cuenta que era necesario hacer algo. Que quedarse esperando que todo lo resuelvan los agentes encubiertos y las Fuerzas Especiales, era un riesgo muy alto. Que no es el mismo tiempo político de cuando se hizo la voltereta LOCE/LGE.

 

Y un curso de acción es hacer como si se quisiera de verdad cambiar la educación. Como si se pudiera en el actual orden.

 

Contraviniendo sus propios compromisos, a quien le importan esos detalles, el gobierno envió sendos proyectos educacionales, a todas luces distractores del brete en el que están metidos.

 

La revolución educacional que ofrecieron no da ni para una sopa.

 

A lo sumo, alcanzará para distribuir de otra manera aún más dinero, pero la función de la educación seguirá siendo la misma: reproducir un modo de vida segregado, miserable, egoísta, depredador, arribista, anémico, sucio, enfermo y enfermante.

 

La discusión educacional que impulsa el gobierno es fraudulenta en su esencia. De las exigencias estudiantiles, sólo han tomado sus titulares para que la chusma se engrupa.

 

Con todo, que hoy se discuta, aunque sea en modo fraudulento y con rasgos eminentemente circenses, acerca de cambios en educación, es un triunfo de los estudiantes, el sector social más lúcido de los últimos treinta años.

 

Habrían querido estar concentrados en otros temas menos espinudos, pero no pudieron zafarse. Y como se ha probado, nuevamente intentan arrancar hacia adelante. O caer para arriba.

 

Marulleros como ellos solos, ha contratado un staff de personas que tienen como propósito hacer lo que sea para tranquilizar las aguas sociales mientras se pone en acción el pasacalle con el que se intentarán mostrar que la cosa va para un lado, pero en realidad se va a quedar donde mismo. Fracasaron. Sólo pudieron silenciar al gremio de los profesores y, obvio, a la CUT.

 

Con otro maquillaje, con otras formas, con funciones novedosas, con imaginativas estructuras, todo va a seguir esencialmente donde mismo: el sistema educacional seguirá cumpliendo el rol de ser el mejor reflejo de un sistema cultural de privilegios, que profundiza las diferencias de por si indignantes, ofende, reprime, segrega y criminaliza al más pobre débil o marginado.

 

Pero que es un tremendo negocio para varios sinvergüenzas y muchos emprendedores, hijos predilectos del discurso sistémico.

 

Lo que se ha ofrecido como un cambio estructural en camino a hacer de Chile un país más inclusivo, menos desigual, con un perfil de desarrollo a la vuelta de la esquina, es una táctica ideada para ganar tiempo.

 

En los equipos en los que se crearon esos proyectos de ley, hace rato saben que esas propuestas de cambios educacionales no son susceptibles de cruzar los altos médanos constitucionales. Todos esos proyectos de ley colisionan de manera fatal con los preceptos que cautela la Constitución pinochetista. Así sea que no cambien nada.

 

Por lo tanto, no pasarán.

 

Y entonces, es cuando están volviendo a escena los más preclaros, serios, audaces, actores de la escena política del último cuarto de siglo. Los estudiantes de la enseñanza media comienzan a demostrar que no les creen.

 

Los estudiantes de Instituto Nacional entregan la pauta que debería prender como un reguero fabuloso en no mucho tiempo. El fin a la selección no termina con la desigualdad, luce un lienzo en el frontis del edificio, indicando con precisión estelar en donde fijan ellos los objetivos de un cambio real.

 

Algunas cuadras al norte de ese liceo de muchachos dignos y valientes, la momia alcaldesa santiaguina se desgañita al ver como se le desordena su gestión. Antes estuvo por este tipo de movilización y saludó sin dudar la valentía de los muchachos. Pero porque eso era bien visto, no porque en su corazón de derechistas de la nueva ola, lo creyera realmente

 

Se nota demasiado el efecto que produce en los sostenedores del sistema, desde la presidenta y sus caritas de pena, hasta el último alcalde neo derechista, el escepticismo estudiantil. Saben que lo que viene es esa molestosa muchedumbre que sale a las calles y para lo cual los servicios secretos se van quedando cada vez con menos recursos que no sea la infantería de exoesqueletos, vigilancias electrónicas, acciones encubiertas, provocaciones y el despliegue de yanaconas que hace no mucho también eran estudiantes.

 

 

 

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