Panamá acudirá el domingo a las urnas a elegir un nuevo presidente, entre candidatos muy similares y sin un claro favorito, que tendrá el reto de mantener un crecimiento económico de vanguardia en Latinoamérica y enfrentar la desigualdad social.
Más de 2,4 millones de panameños, de una población de 3,5 millones, están llamados a votar para elegir al sustituto de Ricardo Martinelli, renovar el Congreso y las alcaldías para un periodo de cinco años, en una votación a una vuelta que se define por mayoría simple.
El oficialista José Domingo Arias (derecha), empresario textil y exministro de Vivienda del gobierno deMartinelli, encabeza las preferencias en la mayoría de las encuestas, seguido muy de cerca por el opositor socialdemócrata y exalcalde capitalino (1999-2009), Juan Carlos Navarro.
En tercer lugar, también próximo, aparece el empresario del licor Juan Carlos Varela (derecha), opositor pese a ser el actual vicepresidente del gobierno, del que fue destituido de su cargo de canciller en 2011 al entrar en diferencias con Martinelli. La oposición acusa a Martinelli de corrupción, autoritarismo y de controlar los órganos del Estado para beneficio propio, pero el mandatario tiene una popularidad de hasta el 67%, según encuestas, de lo cual espera beneficiarse Arias.
Martinelli no puede postularse nuevamente porque la legislación panameña impide la reelección consecutiva.
“El que gane va a tener que ver cómo recompone una alianza política que le permita gobernar y tener una mayoría parlamentaria, porque dos tercios van a ser oposición y un tercio gobierno”, aseguró a la AFP el analista José Blandón sobre el parlamento unicameral de 71 escaños.
Banderas enormes de los partidos ondean en las calles, los postes están tapizados con las fotos de los candidatos, algunos con sobrenombres llamativos como “Porroncho” u “Orejitas”, y los más fanáticos han empapelado sus casas o adornado sus autos con símbolos de sus agrupaciones políticas.
– Crecimiento, pero para todos –
En unas elecciones que se prevén muy cerradas, los candidatos han ofrecido propuestas muy similares en lo político, casi todos alineados a Washington y con promesas de combatir el costo de la vida y la delincuencia.
El ganador de las elecciones deberá encarar además los retrasos en las obras de ampliación del Canal de Panamá, que no estarán listas para 2014 como estaba previsto, sino para 2016, lo que retrasará la entrada de cientos de millones de dólares que ya estaban programados.
“Los retos principales del nuevo presidente incluyen, por un lado, mantener el crecimiento económico y, por otro, enfrentar la pobreza y el desequilibrio que hay en la distribución de la riqueza”, dijo a la AFP el analista Edwin Cabrera.
Panamá ha tenido un crecimiento económico promedio anual del 8% en los últimos 5 años, de los más altos de América Latina, que según el gobierno ha permitido alcanzar el pleno empleo y reducir la pobreza del 33% al 26% en cinco años.
Pero más de un tercio de los panameños trabaja en el sector informal, miles no tienen agua potable ni vivienda digna o no acceden a servicios básicos de salud, educación o transporte, pese a tener los ingresos de un Canal marítimo por donde pasa el 5% del comercio mundial.
“El crecimiento económico ha beneficiado a una élite. Los millonarios son más millonarios pero a costa del sufrimiento de los de abajo”, dijo a la AFP el analista Jaime Porcell.
Según las encuestas, la inflación -que ronda el 5% anual- es la principal preocupación de los panameños, que resienten que el precio de la canasta básica de alimentos aumentó un 44% en la última década, según el Ministerio de Economía.
“Todo está cada vez más caro, los precios están por las nubes, a este paso no vamos a poder comer”, dijo a la AFP el ama de casa Maritza Muñoz, mientras repasa minuciosamente la lista de la compra en la sección de lácteos en un supermercado de la capital.
Otro de las preocupaciones es la inseguridad. Según la ONU, en Panamá se registran 17,2 homicidios por cada 100.000 habitantes.
“La situación está ahora más jodida. Las pandillas se han extendido por todo el país y tienen armamento pesado para controlar el mercado de las drogas”, aseguró a la AFP un policía, que pidió no ser identificado, mientras realizaba un operativo.
El presidente que resulte electo para gobernar Panamá los próximos cinco años deberá lidiar con esa preocupación por la seguridad, la desigualdad y la administración de los recursos que recibirá el país con la ampliación del Canal.