Después de haber sido blanco de una reclamación judicial por parte de The Wall Street Journal, el gobierno al fin dio a la publicidad la semana pasada sus datos de reembolso de Medicare. Esto incluye la revelación no tan sorprendente de que 28 de los 100 médicos que recibieron los pagos más grandes en 2012 eran de la Florida.
Ningún otro estado se le acercó. Y ningún médico en el país facturó a Medicare cantidades mayores que el Dr. Salomón F. Melgen, un oftalmólogo de West Palm Beach que dirige varias clínicas y tiene estrechas relaciones con un poderoso senador demócrata.
Melgen recibió casi US$21 millones de manos de Medicare en 2012. (No hace falta que se midan la vista –US$20 827 341 es la cifra exacta, en un año.) Los registros muestran que Melgen presentó solicitudes por 894 pacientes a los que se les hicieron 92 000 procedimientos, lo que significa que Medicare pagó aproximadamente US$11 700 por cada paciente que fue atendido por él y su personal.
Hasta en la Florida, la meca de los que estafan a Medicare, los hábitos de facturación de Melgen llamaron la atención. El gobierno ya lo había obligado a devolver US$8,9 millones en 2007 y 2008, alegando que había sobrefacturado por inyectar Lucentis, uUn medicamento caro que combate las degeneraciones maculares.
La enfermedad es común en los ancianos y el tratamiento a nivel nacional cuesta a Medicare cerca de US$100 mil millones. En 2012, Melgen reportó haber usado unas 37 000 dosis de Lucentis en el sur de la Florida.
En la actualidad, Melgen se encuentra bajo investigación por posible fraude, y dos veces agentes del FBI han irrumpido en sus oficinas en busca de evidencia. Su abogado dice que él no ha hecho nada ilegal y ha iniciado acciones para recuperar los casi US$9 millones de dólares que Melgen devolvió a la agencia a cargo de Medicare y Medicaid.
El oftalmólogo tiene un importante aliado en el senador Robert Menéndez, el demócrata de Nueva Jersey que ha viajado en el jet privado de Melgen y se ha hospedado en su elegante hacienda en República Dominicana. Cuando Melgen se vio por primera vez en problemas, Menéndez llamó al Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU. para defender la prolífica facturación de su íntimo amigo. En otra oportunidad, el senador argumentó a favor de una compañía propiedad de Melgen en una disputa por un contrato con un puerto de República Dominicana.
Por su parte, el médico donó US$700 000 a un comité demócrata de acción política que entregó US$582 000 a los esfuerzos reeleccionistas de Menéndez. Hasta ahora, la amistad de Melgen con Menéndez no ha podido eliminar el interés del FBI.
El segundo en la lista nacional de los mayores facturadores de Medicare es el Dr. Asad Qamar, un cardiólogo de Ocala a quien se le pagaron US$18,2 millones en 2012. Él dijo a The New York Times que su facturación es justa y que la suma es tan grande en parte porque él trabaja en una instalación de pacientes ambulatorios por la cual el gobierno paga sumas adicionales.
Al igual que Melgen, Qamar es un entusiasta donante para los demócratas, incluyendo al presidente Obama.Él dio más de US$100 000 al Comité Nacional Demócrata y distribuyó otras donaciones a candidatos al Congreso en cinco estados, incluyendo la Florida.
Después de que los auditores federales comenzaran a examinar las facturas de Qamar, el médico contrató a cabilderos para que contactaran a más de media docena de legisladores norteamericanos, en busca de que se abandonara el escrutinio. “Los auditores colocaron una carga astronómica en términos de personal”, dijo a The Times. Una carga astronómica causó una facturación astronómica.
Cada médico que recaude US$18 millones de manos de Medicare en 12 meses merece especial atención. Porque un volumen tan masivo de solicitudes médicas no es de ninguna manera un negocio usual. Es más, según un análisis de The Times, solo aproximadamente 2 por ciento de los médicos recibieron casi 25 por ciento de los pagos de Medicare del país en 2012. Al expandir esa gráfica se ve que tan solo 25 por ciento de esos médicos alcanzaron el 75 por ciento del gasto total de Medicare, el cual llegó este año a US$77 mil millones.
No es tan sorprendente que la Florida esté a la cabeza. Ningún lugar del país tiene tantos procesos judiciales por fraude a Medicare, una triste distinción. La buena noticia es que la tasa de condenas es alta; la mala noticia es que podríamos cuadruplicar la cifra de fiscales y aún así no darían abasto.
Mientras tanto, los costos en aumento de Medicare se llevan una parte cada vez mayor de los ingresos por impuestos. El programa es tan enorme que prácticamente es imposible de hacerle una auditoría eficaz, pero ciertamente podría hacerse un trabajo mucho mejor.
Dar a la publicidad las bases de datos de pagos sería un comienzo. Algunos tratamientos médicos son más caros que otros y las cifras solo hacen una parte de la historia para cada médico en la lista. Sin embargo es mucho más que una estadística cuando dos médicos cobran un total de US$30 millones, más que cientos de otros profesionales de esas mismas especialidades.
California, que tiene el doble de la población de la Florida, solo tuvo a 10 médicos entre los100 mayores facturadores de Medicare, comparados con nuestra estelar cifra de 28. No es que la Florida tenga más personas ancianas y enfermas que California, porque no es así. Sucede que atraemos a más oportunistas.
Fuente: The Miami Herald