Diciembre 26, 2024

Desenmascaran a Zunzuneo, un twitter cubano creado por la USAID para socavar al gobierno de la isla

El gobierno de Estados Unidos planeó la creación de un Twitter cubano, red de comunicaciones diseñada para socavar el gobierno comunista de la isla, usando empresas de fachada constituidas en secreto y financiada mediante transacciones con bancos extranjeros, según descubrió la agencia de noticias The Associated Press (Ap).

 

El proyecto, que duró dos años y atrajo decenas de miles de suscriptores, trató de evadir las fuertes restricciones que el gobierno cubano ha impuesto sobre el acceso a Internet, mediante una plataforma primitiva de redes sociales. El primer paso era que la red se volviera popular entre los jóvenes cubanos; luego, empujarlos hacia la disidencia.

 

Sin embargo, sus usuarios nunca supieron que el proyecto fue creado por una agencia de Estados Unidos vinculada al Departamento de Estado, ni que los contratistas estadunidenses estaban reuniendo datos personales sobre ellos con la esperanza de que algún día esa información fuera utilizada con fines políticos.

 

No está claro si el proyecto es legal según las leyes estadunidenses, que exigen autorización por escrito del presidente y una notificación al Congreso para realizar cualquier operación secreta. Funcionarios de la USAID, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, declinaron decir quién aprobó el programa o si la Casa Blanca sabía de su existencia.

 

El gobierno cubano también se abstuvo de comentar sobre el asunto.

 

Como mínimo, los detalles descubiertos por Ap parecen contradecir los argumentos que por mucho tiempo ha esgrimido la USAID de que no participa en acciones encubiertas, algo que podría socavar su misión de asistencia a los pobres y vulnerables del mundo, esfuerzo que requiere de la confianza y la cooperación de gobiernos de otros países.

 

La USAID y sus contratistas hicieron un esfuerzo significativo para ocultar los lazos que el proyecto tenía con Washington, según entrevistas y más de mil páginas de documentos obtenidos por Ap sobre el desarrollo de esta iniciativa. Establecieron empresas de fachada en España y cuentas bancarias en las islas Caimán para ocultar las transacciones financieras y trataron de contratar altos ejecutivos de empresas privadas sin decirles que se trataba de un proyecto financiado con dinero de los contribuyentes de Estados Unidos.

 

No se mencionará en absoluto la participación del gobierno, dice un informe de Mobile Accord, una de las empresas contratistas. Es totalmente crucial para el éxito a largo plazo del servicio y garantizar el cumplimiento de la Misión. (Misión aparece con mayúscula en el documento original en inglés).

 

El proyecto, denominado ZunZuneo –palabra relacionada con el zunzún, como se denomina en Cuba al colibrí–, arrancó poco después del arresto en Cuba del contratista estadunidense Alan Gross en 2009, quien fue condenado a prisión tras viajar repetidamente a la isla en otra misión clandestina de la USAID para ampliar el acceso a Internet mediante el uso de tecnología avanzada, que sólo estaba al alcance de los gobiernos.

 

La USAID expresó que está orgullosa de su trabajo en Cuba para ofrecer asistencia humanitaria básica, promover los derechos humanos y las libertades fundamentales, y ayudar a que la información fluya con más libertad al pueblo cubano, que ha vivido en un régimen autoritario durante 50 años.

 

Y añadió: “tampoco es un secreto que en ambientes hostiles el gobierno toma medidas para proteger nuestros colaboradores en el terreno. El propósito del proyecto ZunZuneo era crear una plataforma para que los cubanos hablaran libremente entre ellos, punto. En las etapas iniciales, se enviaron noticias de tecnología, deportes y marcadores, pronósticos del tiempo y trivia para crear interés. Después de eso, los cubanos fueron libres de charlar entre ellos y nos enorgullecemos de eso. USAID es una agencia en pro del desarrollo y trabajamos en todo el mundo para ayudar a la gente a ejercer sus derechos y libertades universales”.

 

Sostuvo que su labor se hizo en concordancia con las leyes estadunidenses.

 

Pero el senador Patrick Leahy, demócrata por Vermont y presidente del Subcomité del Senado sobre el Departamento de Estado y Operaciones en el Extranjero, dijo que las revelaciones son preocupantes.

 

Existe el riesgo de que cubanos jóvenes usaran el servicio en sus celulares sin saber que era una actividad financiada por el gobierno de Estados Unidos, dijo. También está la naturaleza clandestina del programa, de lo que no se informó al Subcomité de Asignaciones que tiene la responsabilidad de hacer supervisión. Además el servicio comenzó a operar poco después del arresto de Alan Gross, subcontratista de la USAID que fue enviado a Cuba a ofrecer el acceso de los ciudadanos a Internet.

 

Ap obtuvo más de mil páginas sobre el desarrollo del proyecto. Verificó de manera independiente el alcance y los detalles del mismo con esos documentos mediante bases de datos de acceso público, fuentes del gobierno y entrevistas con quienes participaron en ZunZuneo.

 

Este proyecto parece ser un retroceso a los tiempos de la guerra fría y a la lucha que por décadas han sostenido Estados Unidos y Cuba. Se hizo en un momento en el que la relación históricamente agria entre los dos países ha mejorado, al menos marginalmente, y cuando Cuba ha intentado dar pasos hacia una economía de mercado.

 

El proyecto de medios sociales comenzó en 2009, después que Creative Associates International, empresa con sede en Wa-shington, consiguió medio millón de números de teléfonos celulares. Para Ap no está claro cómo se consiguieron los números, aunque los documentos parecen indicar que se hizo de manera ilícita a través de una fuente del interior de la empresa estatal de telefonía cubana. Los directores de ZunZuneo usaron esos números para crear una base de suscriptores con la cual empezar el proyecto.

 

Los responsables del programa querían que la red social creciera lentamente para que no fuera detectada por el gobierno cubano. Al final, según documentos y entrevistas, la red reuniría una masa crítica suficiente para que los disidentes organizaran a través de la red encuentros masivos convocados con poca antelación, conocidos en inglés como smart mobs, y que pudieran impulsar manifestaciones políticas o una renegociación del equilibrio de poder entre el Estado y la sociedad.

 

Durante un discurso pronunciado en 2011 en la Universidad George Washington, la entonces secretaria de Estado Hillary Clinton dijo que Estados Unidos apoya a ciudadanos en entornos opresivos a saltarse los filtros de Internet. Al señalar el ejemplo de Túnez, epicentro y origen de las revoluciones de la primavera árabe, Clinton dijo que la gente usó la tecnología para organizarse, lo que, como ya sabemos, contribuyó a alimentar un movimiento que provocó cambios revolucionarios.

 

Suzanne Hall, funcionaria del Departamento de Estado que trabajaba en el programa de redes sociales impulsado por Clinton, participó en reuniones sobre ZunZuneo y encabezó un intento por conseguir que el fundador de Twitter, Jack Dorsey, se hiciera cargo del proyecto. Dorsey declinó comentar al respecto.

 

El millón 600 mil dólares que se calcula que se invirtió en el proyecto estaba asignado públicamente a un plan no especificado en Pakistán, según la información pública del gobierno, pero esos documentos no revelan dónde realmente se gastó el dinero.

 

Los organizadores trabajaron duro para crear una red que pareciera un negocio legítimo. Crearon un portal de Internet del mismo nombre, y una campaña de mercadotecnia, de manera que los usuarios pudieran suscribirse y enviar sus propios mensajes de texto a grupos de su elección.

 

La publicidad ficticia le da la apariencia de una actividad comercial, dice un documento. Tras bambalinas, las computadoras de ZunZuneo también almacenaban y analizaban los mensajes de los suscriptores y otra información que incluía género, edad, receptividad y tendencias políticas.

 

USAID creía que la información demográfica sobre los disidentes iba a ayudar dirigir otros programas que tenían en Cuba.

Ernesto Guerra, un usuario cubano que nunca sospechó que su querida red tenía lazos con Washington, dijo: “¿cómo iba a saberlo? No había un letrero que dijera: ‘bienvenido a ZunZuneo, un proyecto de la USAID”’.

Los ejecutivos crearon una empresa en España y otra a cargo de las operaciones en las islas Caimán para pagar las facturas y cuentas de la compañía, de manera que las transacciones monetarias no indicaran su origen en Estados Unidos, decía un memorando sobre estrategia. Eso hubiera sido catastrófico, concluyeron, porque socavaría la credibilidad del servicio ante los usuarios y provocaría el bloqueo por parte del gobierno cubano.

De manera similar, los mensajes de los suscriptores eran enviados a través de otros dos países, pero nunca por servidores en Estados Unidos.

Mobile Accord, compañía con sede en Denver, consideró contratar a una docena de altos ejecutivos que fueron entrevistados para dirigir la compañía fachada en España. Una de las candidatas, Françoise de Valera, dijo a Ap que nunca le dijeron nada sobre Cuba o la participación del gobierno de Estados Unidos.

James Eberhard, director general de Mobile Accord y uno de los participantes claves en el desarrollo del proyecto, declinó hacer comentarios. Por su parte, Creative Associates refirió todas las preguntas de Ap a la USAID.

En dos años, ZunZuneo llegó a tener por lo menos 40 mil suscriptores. Pero los documentos de su equipo revelan que consiguieron pruebas de que las autoridades cubanas trataron de seguir la pista a los mensajes de texto y de intentos de penetrar el sistema. La USAID dijo a Ap que la red social dejó de funcionar en septiembre de 2012, cuando se acabó una donación del gobierno.

ZunZuneo desapareció abruptamente en 2012 y el Partido Comunista de Cuba sigue en el poder, sin que una primavera cubana se avizore en el horizonte.

En el momento en que ZunZuneo desapareció, quedó un vacío, dijo Guerra. La gente me enviaba mensajes, ¿qué sucede? Al final, nadie sabe lo que pasó. Nunca supimos de dónde salió.

 

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