Reporteros sin Fronteras es una Organización No Gubernamental (ONG) fundada en Francia. A pesar de ser utilizada como referencia en muchas partes del mundo para definir qué tan “libre” o no es el periodismo en cada país, su historia y la de su fundador ponen en duda su idoneidad.
Era el año 1985 y Robert Ménard, quien por entonces trabajaba como periodista en el canal de televisión France 3-Montpellier, fundaba Reporteros Sin Fronteras (RSF). Así comenzaba la historia de esta organización no gubernamental que busca, según sus principios, “denunciar los ataques a la libertad de prensa” en el mundo.
RSF es hoy una de las principales referencias que toman los medios de prensa occidentales para definir si en un país existe o no “libertad de expresión” en base al ranking anual que realiza la organización. Curiosamente siempre aparecen en los peores puestos aquellas naciones enfrentadas con Estados Unidos en la lucha geopolítica mundial.
El buen amigo Robert
Robert Ménard nació en 1953 en Orán, Argelia, en una familia que había vivido en aquel país desde 1850 cuando este todavía era colonia francesa. Cuando Robert cumplió 9 años Argelia logró la independencia de Francia (1962). Fue entonces que su familia decidió regresar a la metrópoli e ir a vivir a Brusque, en el departamento de Aveyron.
En su juventud Robert inició sus estudios en un seminario con el objetivo de convertirse en sacerdote pero pronto cambió de rumbo. Fue a la Universidad y allí se sumó al partido trotskista Liga Comunista Revolucionaria. Sin embargo, en lo que fue solo el comienzo de su periplo por distintas expresiones políticas, el joven Ménard saltó pronto a las filas del Partido Socialista.
En 1975 y 1976 Ménard creó la radio pirata Radio Pomarède y se convirtió en presidente de l’Asociación para la Liberación des ondes (La Asociación para la liberación de las ondas de radio).
Trabajó de agente de seguros, peón y apicultor antes de llegar al medio que sería su plataforma de despegue: France 3-Montpellier . Allí, la reconocida ONG Médicos Sin Fronteras tenía un programa que inspiró, según sus palabras, la fundación de una entidad similar para los periodistas.
Del periodismo alternativo a la agenda de la Casa Blanca
En 1985 Robert Ménard fundó Reporteros Sin Fronteras y se convirtió en su secretario general. El objetivo inicial de la organización era promover formas de periodismo alternativo y marcar “los desvíos de la prensa en los países ricos como las dificultades para la libertad de prensa en los demás países”, tal como definió Jean-Claude Guillebaud, primer presidente de la asociación.
Sin embargo, Guillebaud abandonó rápidamente RSF denunciando el autoritarismo de Ménard y su alejamiento de los objetivos iniciales.
En la década de 1990 la organización comenzó a dar muestras de los verdaderos intereses que representaba. En una entrevista con el periodista colombiano Hernando Calvo Ospina (publicada por Ocean Press en el año 2000 y llamada El Movimiento Cubano Exilio), Ménard dijo que RSF estuvo apoyando a los disidentes en Cuba desde septiembre de 1995.
En 1998 el propio secretario general de RSF viajó a La Habana a reclutar periodistas que escribieran para su organización sobre lo que pasaba en la isla. Sin embargo tuvo tanta mala suerte que su primer contacto fue Néstor Baguer, uno de los agentes del servicio secreto cubano que durante años estuvo infiltrado en la disidencia de aquel país. Baguer relató años después, cuando se hizo pública su identidad, que Ménard le ofreció pagarle por artículos publicados contra el gobierno cubano y que durante años le envió dinero y suministros para sus actividades.
Durante el golpe de Estado de abril de 2002 en Venezuela, RSF no denunció la violación de la Constitución venezolana ni la manipulación informativa que realizaron los grandes medios de comunicación. Por el contrario, el 12 de abril (un día después del secuestro del presidente Chávez), difundió la versión de los golpistas: “Recluido en el palacio presidencial, Hugo Chávez firmó su renuncia durante la noche bajo la presión del ejército (…) Inmediatamente después, Pedro Carmona, el presidente de Fedecámaras, anunció que dirigiría un nuevo gobierno de transición. Afirmó que su nombre era el objeto de un consenso de la sociedad civil venezolana y de la comandancia de las fuerzas armadas”.
Siguiendo con su buen historial, un año después, la ONU suspendió la acreditación de RSF luego de que irrumpiera en la apertura anual de la sesión de la Comisión de Derechos Humanos con panfletos insultantes hacia la presidencia de Libia de dicha comisión. También durante 2003 –y un día después del asesinato de dos periodistas en el hotel Palestine de Bagdad durante la guerra de Irak— Robert Ménard dedicó la portada de su página web a la falta de libertad de expresión en Cuba.
Finalizando ese año poco feliz para RSF, en la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información bajo la guía de las Naciones Unidas, la organización de Ménard fue declarada no grata al considerar el organismo que la estructura no defendía los principios de la Carta Constitucional de la ONU.
Durante los años siguientes la organización reconoció recibir fondos de la National Endowment for Democracy (NED), organismo creado por el gobierno de Ronald Reagan (1981 – 1989) con el fin de promover la agenda de la Casa Blanca en el mundo. También recibe financiación del Center for a Free Cuba, una organización derechista de Miami que busca derrocar al gobierno de La Habana.
En 2008, sin embargo, el padre de la criatura se alejó. En marzo de ese año la UNESCO le retiró a RSF el coauspicio del Día por la libertad de Internet en virtud de sus “propósitos por descalificar a un número determinado de países”. A su vez el Consejo Ejecutivo del organismo internacional validó que se retire a RSF su estatuto de organización asociada. En el curso de los debates de la UNESCO, varios países denunciaron los controvertidos métodos de trabajo empleados por la ONG “que no son compatibles con los valores de la UNESCO en el campo del periodismo”, por lo que decidió excluirla de la categoría de asociación. Unos meses después Ménard dejó su cargo para aceptar un contrato millonario del Emirato de Qatar donde iba supuestamente establecer un organismo a favor de los derechos de la prensa.
Finalmente, fracasado el proyecto en el muy democrático Qatar (país dirigido por una monarquía petrolera) Ménard regresó a su país. En 2013 anunció su candidatura para alcalde de Béziers por el partido de derecha De pie la República e inmediatamente sumó el apoyo del Frente Nacional, organización de ultra derecha que fue dirigida varios años por Jean Marie Le Pen.
A pesar de todos estos hechos (y muchos más que exceden la extensión de este artículo) RSF y su ex secretario general, siguen siendo considerados una referencia por buena parte de los principales medios de comunicación del mundo a la hora de hablar de la libertad de prensa. La falta de idoneidad no ha sido un impedimento para que reciba premios de distintas asociaciones y gobiernos.
Informar con responsabilidad implica no copiar y pegar datos, sino chequear y garantizar que sean elaborados apropiada y fidedignamente. Mientras RSF manipula la realidad de acuerdo con sus fines y los del país del norte, decenas y centenares de periodistas y medios replican sus informes como si fueran verdades inmaculadas. Esto, tal vez, es lo más preocupante.
*Periodista argentino, miembro del colectivo editorial Notas- periodismo popular.