El ministro de Relaciones Exteriores de Francia dijo el miércoles que viajará pronto a Cuba, la primera visita de ese tipo en 30 años y una señal de mejores relaciones entre la Unión Europea y La Habana.
Cuba aceptó este mes una propuesta de la Unión Europea (UE) para abrir negociaciones sobre un nuevo acuerdo político, al decir que estaba dispuesto a hablar sobre derechos humanos como parte de las discusiones que podrían terminar con lo que considera una relación de una vía con Europa.
El 10 de febrero, la UE acordó el inicio de negociaciones con Cuba para incrementar el comercio, la inversión y el diálogo sobre derechos humanos, en el cambio diplomático más significativo desde que levantó en 2008 sanciones sobre al país gobernado por el Partido Comunista.
“Iré pronto a Cuba, lo que es algo nuevo”, dijo Laurent Fabius durante una conferencia de prensa con su par brasileño Luiz Alberto Figueiredo.
Diplomáticos dijeron que la visita se realizará antes del verano boreal y buscará evaluar las intenciones del Gobierno cubano y darle “más sustancia” a los lazos económicos.
Cuba ha sido sujeto de un embargo estadounidense durante cinco décadas y quiere eliminar la “posición común” de la UE sancionada en diciembre de 1996, que condiciona mejores relaciones económicas a la situación de los derechos humanos y la democracia en el país caribeño.
Para hacerlo, ambas partes deberán alcanzar un nuevo acuerdo que sea aceptable para los 28 estados miembros de la UE, incluyendo a Polonia y República Checa, que han asumido una posición más dura sobre Cuba por sus propios pasados comunistas.
Después de más de un año de discusiones, los ministros de Relaciones Exteriores de la UE decidieron en febrero buscar mejores lazos con La Habana para apoyar las reformas orientadas al mercado de la isla y posicionar a compañías europeas para cualquier transición hacia una economía más abierta.
Desde que Fabius asumió el cargo en 2012, ha tratado de cambiar el foco diplomático de Francia para obtener contratos en mercados donde las firmas francesas son tradicionalmente débiles, mientras París busca encontrar oportunidades de crecimiento en el extranjero.
Unas 60 compañías francesas ya operan en Cuba, incluyendo Pernod Ricard, Accor, Bouygues y Total.