Noviembre 24, 2024

Crece la violencia y la confusión informativa en Siria

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funeralsiriaOnce civiles sirios murieron este sábado durante el funeral de los caídos en manifestaciones llevadas a cabo la víspera, en manos de grupos armados infiltrados en el país, quienes también son los responsables de las muertes en las protestas, según lo informó el corresponsal de teleSUR en Medio Oriente, Hisham Wannous.

 

Este sábado, “durante los funerales de estos mártires, los armados atacaron de nuevo y dejaron a 11 muertos en diferentes provincias del país, en Homs (al norte de la capital), Deraá (suroeste) y en Damasco, la capital”, informó Wannous.

Sobre las protestas registradas en el país, señaló que “ha habido algunas manifestaciones en varias localidades y provincias del país, pero estas no han sido como las han transmitido los medios de comunicación extranjeros y árabes. Hay mucha exageración con respecto a lo que está ocurriendo en Siria“. Ello, referido a las versiones de agencias informativas que hablan de más de un centenar de muertos.

“Las manifestaciones han sido muy pequeñas, muy limitadas y la que contó con mayor participación popular fue la llevada a cabo en Deraá, en la que unas dos mil personas participaron y salieron con consignas que enaltecen a la patria siria, al mártir y la libertad. Algunos emitieron consignas contra el Gobierno”, continuó.

Según imágenes tomadas por un video aficionado, la jornada de protestas del viernes en Siria, concluyó en hechos de violencia. Disparos y bombas lacrimógenas habrían dejado entre 70  y 110 muertos, de acuerdo a organizaciones de Derechos Humanos y medios como Al Jazeera.

El corresponsal de teleSUR en Medio Oriente, Hisham Wannous, desmintió que tales hechos hayan ocurrido de esa manera y reportó que “la Policía, en ningún momento, atacó a los manifestantes ni con gases lacrimógenos ni con balas. Ellos acudieron a las protestas para evitar enfrentamientos entre quienes están a favor del Ejecutivo y los que no”.

Los agentes del Gobierno acudieron a las marchas “también para proteger a los manifestantes de los armados infiltrados en el país, quienes lograron ayer (viernes) matar a 11 personas, entre ellos dos oficiales del Ejército, hombres de seguridad, y ciudadanos. Dejaron además 40 heridos”.

Con respecto a la renuncia de dos diputados de la ciudad de Deraá, Wannous detalló que dimitieron “porque dicen que el Ejército no ha logrado proteger a los ciudadanos de Deraá”.

El gobierno del presidente Bashar Al Assad ejecuta un paquete de medidas, con el objetivo de atender demandas del pueblo, que han sido expresadas a través de manifestaciones pacíficas que iniciaron a mediados de marzo.

Wannous indicó que “el pueblo sirio que está satisfecho con las últimas reformas implementadas”, también ha salido a las calles en diferentes ocasiones a respaldar al mandatario.

Pese a las reformas impulsadas por el Ejecutivo, grupos radicales han tratado de desestabilizar al país, en diferentes oportunidades desde marzo, mientras que las autoridades nacionales han denunciado que las intenciones de crear caos vienen del exterior.

 

  La peor batalla

 

 

Fuerzas de seguridad arrestaron hoy a decenas de opositores sospechosos de alentar disturbios que las autoridades denunciaron como la más peligrosa batalla jamás impuesta a Siria, causante de decenas de muertos en los últimos dos días.

  La acción policial tuvo el propósito de capturar a presuntos autores de los disparos que provocaron la muerte a cinco efectivos de seguridad e hirieron a otros cinco en un ataque contra un puesto de control en la localidad de Nawa, en la periferia rural de Deraa, en el sur.

Un portavoz del Ministerio del Interior citado por la agencia oficial de noticias SANA indicó que durante la agresión del “grupo criminal armado” los uniformados respondieron a los disparos y causaron dos bajas letales y 15 lesionados a los atacantes.

Los arrestos trataron de desalentar nuevas protestas callejeras, tras constatarse que habitantes de la sureña localidad de Deraa preparaban una manifestación de duelo para sepultar a cinco personas abatidas el sábado, incluidas las dos confirmadas por el Gobierno.

El director del Centro Internacional para Estudios y la Prensa, Rafiq Nasrallah, alertó que Siria enfrenta hoy “la que podría ser la más peligrosa batalla impuesta” en su historia reciente.

En declaraciones al canal privado Al-Dunia, Nasrallah señaló que “la batalla de ahora ataca la existencia ligada a la identidad, la ubicación geográfica, la seguridad nacional, la unidad y el destino de Siria” y “no es de una sola persona, sino de todo un pueblo”.

Recalcó que los sucesos en este país no tienen que ver solo con el reclamo de reformas, pues la conspiración contra Siria empezó en 2003 cuando el Ejército de Estados Unidos ocupó Iraq, y Damasco rechazó ser parte de aquella ocupación.

Asimismo, denunció la “campaña de desinformación y fabricaciones” contra el Gobierno de Bashar Al-Assad, y las grandes sumas de dinero pagado por agencias y organismos estadounidenses a sirios “bajo el pretexto de apoyar la democracia, mientras desestabilizan el país”.

De acuerdo con fuentes opositoras, por lo menos 13 sirios perdieron la vida ayer por heridas de bala en los multitudinarios sepelios de una veintena de activistas que fueron igualmente abatidos mientras participaron en las demostraciones antigubernamentales del viernes.

El Gobierno negó nuevamente acusaciones de que emprendió una campaña represiva y señaló que, además de los incidentes en Deraa, agitadores atacaron otro puesto de control militar en la cercana localidad de Izraa, con saldo de dos guardias heridos y un agresor muerto.

Según el Ministerio del Interior, desde el inicio de las protestas populares, el pasado 15 de marzo, han resultado heridos 286 miembros de las fuerzas de seguridad, incluidos 38 policías atacados ayer en varias provincias. La oposición asegura que los muertos superan los 220.

Mientras las autoridades reforzaron la vigilancia y los controles en las carreteras de acceso a Damasco, dos diputados del parlamento unicameral y un mufti (líder clerical islámico) de Deraa renunciaron a sus cargos en repudio a la que calificaron de brutal represión oficial.

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