Con motivo de la decisión de Crimea de anexarse como república soberana a la Federación Rusa, sin intentar inventar nuevas teorías sociales, vale la pena recordar a los proclives y admiradores del poder occidental que siempre ha manifestado como parte to tal y casi dogmática, que la soberanía corresponde en forma inalienable a los pueblos y la democracia se basa en la decisión de sus ciudadanos.
De ahí la pregunta básica y única, ¿por qué se escandalizan y se oponen a la decisión soberana del pueblo de Crimea? Un abrumadora mayoría, el 95.5 por ciento de los votantes en el referéndum celebrado este domingo en la República Autónoma de Crimea ha decidido separarse de Ucrania e incorporarse a Rusia y restablecer la Constitución de la República de Crimea de 1992, además que la participación en la urnas fue altísima: superó el 81 por ciento.
La pregunta crucial radica en por qué el referéndum dominical ha desatado una crisis de alcance internacional. Así es, el gobierno de Ucrania, Estados Unidos, la Unión Europea, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN ), y la mayoría de la comunidad internacional , han anunciado que no reconocen los resultados del referéndum secesionista de Crimea por ser contrario a la Constitución de Ucrania, que consagra la integridad territorial del país, y al derecho internacional.
Todos estos son pretextos. La verdad es que es un asunto de proporciones económicas mayúsculas, es la guerra por el petróleo y el gas.
En palabras llanas, la decisión soberana de los crimeos significa que Ucrania y Occidente perderán, además de puertos marítimos, sistemas ferroviarios, complejos turísticos y viñedos, las empresas de petróleo y gas del Mar Negro, de importancia estratégica, en la que el gobierno de Ucrania ha invertido cuantiosas sumas para la exploración de gas en la plataforma marítima, que había incrementado últimamente para reducir la dependencia de gas de Ucrania en relación a las importaciones rusas.
Y por último, Ucrania perderá el acceso a la exploración de hidrocarburos en la plataforma marítima, donde obtuvo 1,65 mil millones de metros cúbicos de gas durante el año pasado. Como se muestra, todo se reduce a intereses económicos, nada relacionado con la integridad soberana de los pueblos. Y Crimea ya tomó su decisión y por mucho tiempo será irreversible. ¡Perdió el poder occidental!
*) Teodoro Rentería, periodista y escritor mexicano, secretario de Desarrollo Social de la FELAP