Diciembre 28, 2024

La importancia del relato

La imagen tan buscada por el Partido Socialista se hizo realidad. Isabel Allende entregando la banda presidencial a Michelle Bachelet. La historia y sus vueltas en un joven país de rápido rodar cíclico.

Lo cierto es que el gobierno de la Nueva Mayoría ha tomado el desafío de generar cambios estructurales, o sea, cambios al modelo de desarrollo y cultural de Chile, en plazos breves y con reloj en contra.

 

Y es que la Presidenta Bachelet lo dijo en su re fundacional discurso de El Bosque. Su aterrizaje es motivado por un nuevo momento histórico, protagonizado por un país empoderado y demandante de cambios de fondo. Según la Presidenta, ahora existe un piso social para respaldar y sostener las grandes reformas de su programa: tributaria, educacional y constitucional.

 

Por lo anterior es que el relato del primer gobierno de la Nueva Mayoría parte desde el paradigma del llamado “nuevo ciclo”. Y es ese paradigma el que, si se hace desde el simulacro de la política comunicacional y NO desde el peso de su dimensión histórica, asoma como una suicida soga al cuello mayorista. Como otra ficticia ilusión, en tiempos de rápida desilusión. Como una piedra más que suma a la lapidación de la política.

 

Pretender extirpar en cien días o en un solo periodo presidencial la obra legada por la dictadura de Pinochet y bien administrada por la concertación, es ingenuo o mentiroso.

 

El brusco modelo legado por la dictadura no sólo se borra con la eliminación del FUT, ni con la gratuidad en la educación superior, ni tampoco con reformas constitucionales hechas en el parlamento. La principal obra de la dictadura es cultural.

 

La dictadura de Pinochet fue una silenciosa y exitosa revolución cultural que caló en lo más profundo de nuestra idiosincrasia. Extirpar esa cultura apolítica, de individualismo, violencia y ultra competencia, requerirá de gestos y discursos claros respecto a cada paso que se da, ya sea en el avance o en el bloqueo.

 

Porque la redacción de una nueva constitución, para que se haga desde un proceso participativo, bien hecho y legitimado, requiere más de un periodo presidencial.

 

Porque la educación actual no sólo es injusta por su NO gratuidad, sino que también por tratarse de un sistema de formación anacrónico, conservador y autoritario que debe ser reformulado.

 

Y porque el capitalismo desenfrenado no se acabará mientras nuestros ciudadanos continúen consumiendo como en tiempos de guerra, es que urge un relato sin eufemismos, didáctico y al grano.

 

Un relato que devele a este gobierno como la primera piedra de un proyecto político-cultural de largo plazo, legitimado por las mayorías ciudadanas y que no termina con esta administración. Un relato que convoque a la épica.

 

De lo contrario, la derecha y sus medios de comunicación arremeterán con el conocido discurso de desprestigio a la política de los cambios estructurales y re posicionarán sus frívolos “problemas reales de la gente”.

 

En este proceso, el relato importa.

 

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