Diciembre 26, 2024

Nueva versión de la Alianza para el Progreso: Cien mil estadounidenses por cien mil latinoamericanos

El vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden y el secretario de Estado, John Kerry dieron a conocer hace pocos días un nuevo proyecto del gobierno estadounidense que, en verdad, no es muy nuevo que digamos.

 

Se trata de una nueva versión de la llamada Alianza para el Progreso que fue el proyecto de John Kennedy para América Latina.

 

El objetivo de ese entonces era dar una respuesta al triunfo de la Revolución Cubana y a las medidas que el gobierno de esa nación caribeña estaba poniendo en práctica y que encontraban un eco favorable en los demás países de la región por los cambios que conllevaba.

 

Así surgió la Alianza para el Progreso, que en la práctica no cambió nada aunque promoviera iniciativas como la reforma agraria, por ejemplo, que el ingenio popular bautizó como “reforma de macetero”, que no modificó en nada la tenencia de la tierra, la que siguió en manos de los latifundistas.

 

En teoría, también hubo una reforma hacendaria y otra educativa, que tampoco se tradujeron en cambios efectivos, pero a lo que más importancia se le dio fue al intercambio estudiantil, que en los hechos buscaba que los jóvenes latinoamericanos se sumaran al american way of life que no les ofrecía nada.

 

En la práctica, este programa no sirvió a los objetivos que buscaba el gobierno de Kennedy, aunque creara cierta confusión en algunos estratos, en los que se llegó a creer que el proyecto estadounidense hacía innecesarios los proyectos de cambio y las revoluciones.

 

En la nueva realidad

En los hechos, el proyecto de la administración Kennedy sirvió para retrasar los procesos de cambio en América Latina y terminó por avalar los golpes militares y la instalación de los gobiernos dictatoriales en buena parte de nuestra región, dejando así en claro el fracaso de esa iniciativa.

 

En América Latina surgieron gobiernos de avanzada pese a los intentos por evitar los cambios al modelo que había permitido la implantación de las economías de mercado que habían privado a los sectores populares y mayoritarios del ejercicio de sus derechos.

 

Los cambios no han sido tan profundos ni rápidos como muchos quisieran, pero tampoco se han detenido aunque en algunos países se hayan alternado gobiernos de centro, de izquierda o de derecha y han surgido nuevos elementos, como la irrupción de los estudiantes en las luchas políticas y sociales de sus respectivas naciones.

 

Estos cambios han hecho que el “patio trasero”— como al secretario de Estado estadounidense John Kerry le gusta llamar a América Latina y el Caribe— haya alcanzado un grado de independencia y de accionar conjunto que no es del agrado ni de la conveniencia de Washington.

 

Y es en esta coyuntura que la administración de Barack Obama quiere reeditar políticas del pasado y reenviar a los países latinoamericanos a los llamados Cuerpos de Paz creados en la época kennediana y cuya misión, según el decreto ley que los estableció es:

 

“Promover la paz y la amistad mundial a través del Cuerpo de Paz, el cual hará disponible para los países y áreas interesadas a los hombres y las mujeres estadounidenses que estén dispuestos a servir y estén capacitados para trabajar en el extranjero bajo condiciones difíciles si es necesario y ayudar a las personas de tales países y áreas a satisfacer sus necesidades de mano de obra calificada.”

 

Cien mil por cien mil

La iniciativa anunciada por Biden y Kerry contempla que cien mil estudiantes estadounidenses se distribuyan por los países latinoamericanos y que cien mil latinoamericanos lo hagan por Estados Unidos como una forma de reforzar las relaciones bilaterales.

 

Cabe recordar que en la experiencia anterior de los llamados Cuerpos de Paz se produjeron muchos problemas, porque en los hechos los servicios de inteligencia estadounidense buscaban establecer nexos que les permitieran obtener informaciones de carácter estratégico acerca de los países que participaban en el intercambio.

 

En ese entonces no tardaron en surgir los conflictos porque entre los voluntarios estadounidenses había agentes que intentaban conseguir la colaboración de los estudiantes locales y cuando éstos se negaban les formulaban acusaciones que los afectaban, como tildarlos de homosexuales.

 

En las notas publicitarias actuales se señala que este nuevo proyecto se llama “La fuerza de 100,000 en las Américas”, para destacar “la gran importancia que tiene la educación de calidad para la prosperidad regional”.

 

En otro acápite de esta publicación se señala: “¿Por qué las Américas y la explicación es más que reveladora:

 

“La clase media en América Latina ha crecido en 50 millones en la última década, y este crecimiento va a continuar gracias a los vastos recursos manufactureros, agrícolas y minerales de la región. Hay más energía en el continente que en el Oriente Medio. Se prevé que para el año 2060 la población del continente americano será mayor a la de China”.

Más claro, imposible.

 

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