Variadas organizaciones del espectro político a la izquierda del Partido Comunista -críticas del “reformismo” y autodenominadas de “Izquierda revolucionaria”-, se reunieron en el liceo Fermín Vivaceta, de Santiago, para intercambiar opiniones sobre qué hacer ante el escenario que se abre el 11 de marzo, con el gobierno de Michelle Bachelet y la Nueva Mayoría. Convocantes y organizadores de las Primeras Jornadas de Debate Popular fueron los centros de estudio independientes Grupo de Estudios Marxistas, GEM; Estudios Nueva Economía, ENE; Grupo de Estudios de Ciencias Sociales y Política, GECSyP, y Plataforma Nexos.
Tres fueron los puntos en debate: 1.-El triunfo electoral de Bachelet y significado de su próximo gobierno; 2.-Las tareas que cada organización o sector ha fijado como prioritarias para los próximos años, y 3.-Las posibilidades de convergencia entre diferentes organizaciones y sectores en lucha.
Los panelistas se distribuían entre los que estaban conformes con la participación electoral como útil para aprovechar y disputar espacios, caso, entre otros pocos, del Partido Igualdad; y quienes adscribían a una táctica centrada en la organización y convergencia de las fuerzas de trabajadores y populares por fuera, y en contra de la institucionalidad. De lo que se trata, decían, es de quitarle legitimidad a la presidenta Bachelet y a la Nueva Mayoría y disputarle “la conducción de las masas”.
Muchos opinaron que el triunfo de Bachelet fue una victoria del “bloque neoliberal”, que logró integrar en su estrategia a sectores populares gracias a la incorporación del “reformista” Partido Comunista, cuya función sería “cooptar los movimientos sociales”. Los más radicales calificaron al nuevo gobierno de “dictadura empresarial solapada”. También, muchos admitieron que la Izquierda revolucionaria no tiene una base social sólida, que es necesario “desarrollar una línea política de masas y construir un movimiento popular de nuevo tipo”, por fuera de la institucionalidad. Se insistió en la necesidad de un “programa político ante el exceso de demandas reivindicativas economicistas” de los movimientos sociales, sindicales, ciudadanos. Lo que se necesita es “construir autonomía política real”. Fue motivo de controversia la descalificación por unos del “kirchnerismo”, “evomoralismo”, “chavismo” y gobierno de Correa en Ecuador como “reformismo”, pues de lo que se trataría es de la “destrucción del Estado y de las relaciones de producción”. A lo que se retrucó por parte de otros que se trata de usar distintas vías para construir el socialismo.
Horacio Díaz, vicepresidente de la Confederación Nacional de Trabajadores, defendió las luchas reivindicativas como la manera propia de los trabajadores de avanzar hacia el socialismo. “Muchos compañeros aquí nos tratan como débiles mentales, pero para nosotros es fundamental obtener logros económicos, luchar contra la explotación”, sostuvo Díaz. Agregó que no es común que los trabajadores hagan marchas, “pero hacemos huelgas”, dijo.
OPINION DE LA “FLOR MAS ROJA”
Desde el stand de Ocean Sur no podía sino ver y oír la jornada haciendo inmediatas relaciones a la literatura que tenía en oferta sobre la mesa. Y Rosa Luxemburgo, la flor más roja del socialismo, un texto de Néstor Kohan, me hacía guiños desesperados cuando se arremolinaba en mi mente la idea de que algunos panelistas decían cosas un poco por las nubes y medio despegadas de lo que a mi me parece mundo real (pero admito que puedo estar equivocado). Por ejemplo, cito a Kohan: “Ni Lenin ni Rosa -recordemos que los dos fundaron, cada uno en países distintos, organizaciones revolucionarias, Lenin el Partido Bolchevique, Rosa la Liga Espartaco y el Partido Comunista Alemán (KPD)- creían que el partido tenía que estar mirándose su propio ombligo o predicar desde ‘afuera’ al movimiento social. Las organizaciones de las y los revolucionarios deben ser parte inmanente de los movimientos sociales (del movimiento obrero, del movimiento de mujeres, de los movimientos juveniles, de los movimientos de trabajadores desocupados, de los movimientos campesinos, de los movimientos de derechos humanos, etc.), nunca un ‘maestro’ autoritario que desde afuera lleva una teoría pulcra y redonda que no se ‘abolla’ en el ir y venir del movimiento de masas”.
Los paneles y respectivos participantes fueron los siguientes:
1.- La Izquierda en el escenario post electoral 2013: Evaluación del periodo y propuestas tácticas. Iván Carrasco, Partido Igualdad. Víctor Orellana, Fundación Nodo XXI. Sebastián Osorio, militante libertario, ex OCL. Claudio Pérez, Movimiento Popular Guachuneit. Guillermo Rodríguez, Comunidad Militante. Moderador: Marco Cuevas, Plataforma Nexos.
2.- Revisión del estado de la construcción social-sectorial de poder popular (I): Trabajadores y estudiantes post elecciones 2013. Eloísa González, Aces. Luna Rojas, UNE. Luis Candia, Unión Portuaria del Bío Bío. Ana Orrego, Federación Sindicatos Educación Superior Privada “Livia Videla”. Moderador: Felipe Correa, ENE.
3.- Revisión del estado de la construcción social-sectorial de poder popular (II): Las organizaciones político-sociales post elecciones 2013. Juan Reinoso, Asamblea Ciudadana de San Antonio. Ciro Ibáñez, Mesa Regional de Salud de Concepción. Luis Carreño Viluñir, Colectivo de Apoyo a los Presos Políticos Mapuche CAM. Osvaldo Molina, Movimiento Pobladores Sur. Andrea Parada, Asamblea de Mujeres Revolucionarias. Moderador: José Toro Leyton, GECSyP.
4.- Asamblea popular de discusión: Perspectivas y desafíos estratégicos de la lucha por el socialismo en Chile. “Capitalismo, patriarcado y emancipación”, Anita Peña, Colectivo Feminista de Valparaíso. “Trabajo y clase trabajadora”, Rodolfo Flores, Plataforma Nexos. “Sobre el concepto de justicia”, Pablo Grez, GEM. “La nueva economía”, Sebastián Valdebenito, ENE. Moderador: Moisés Escobar, GEM.
A MODO DE EVALUACION
Sebastián Zarricueta Cabieses, vicepresidente e investigador de la Plataforma Nexos, miembro del comité organizador de las Jornadas, contestó algunas preguntas de Punto Final.
¿Cuáles son tus conclusiones al final de este encuentro?
“Desde los organizadores del encuentro se logró establecer una colaboración estrecha y fraterna entre distintos centros de investigación y discusión. A pesar de los diversos componentes generacionales característicos de cada uno de estos centros, los orígenes políticos de sus miembros e incluso, las disciplinas desde las que cada uno se posiciona, se logró éxito en la actividad. No tiene que entenderse bajo ninguna circunstancia como que dichos centros de estudio establecen la ‘línea’ y la ‘bajan’ para que la apliquen las organizaciones político-sociales. Lo importante aquí fue la apertura de espacios de encuentro y discusión colectiva que permitan ir generando consensos e ideas fuerza comunes en la franja de los constructores político-sociales.
Las clases dominantes poseen una serie de think tanks, universidades y medios de comunicación que cumplen la función de delinear el ‘horizonte estratégico’ y pautear de alguna forma la acción de los partidos políticos. Un ejercicio similar, pero no idéntico, cabe a los centros de investigación y discusión identificados con las luchas emancipatorias del campo popular. Naturalmente, éstos nunca van a contar con los recursos como para sostener un ejército de investigadores a tiempo completo. Su accionar en este sentido siempre será precario. De ahí que se haga necesario realizar un constante ejercicio de esfuerzo mancomunado entre los mismos centros de estudio para transcender sus particulares líneas investigativas.
En segundo término se irán tejiendo relaciones con las distintas expresiones del campo popular, en especial con los medios de comunicación identificados con éste. Por eso valoramos el patrocinio y difusión que brindaron Punto Final, El Ciudadano y El Irreverente. En esta dimensión consideramos que la actividad fue un éxito que esperamos seguir reproduciendo”.
¿Hubo otros objetivos más allá de los organizadores?
“Sí. Los objetivos del programa de discusión. Es valorable la instancia de diálogo que se abrió entre distintas expresiones político-sociales del campo popular. Resulta urgente instalar el debate estratégico en dicha franja sobre las bases de un programa de transformación socialista del capitalismo chileno y los presupuestos político-sociales sobre el que éste descansaría para llevarse a cabo. Es lo que en la tradición del marxismo se identifica con la discusión sobre las ‘fuerzas motrices’ del cambio revolucionario y las opciones estratégicas para el acceso al poder. En los años sesenta y setenta derivó en la contraposición entre lucha armada, asociada a la Izquierda revolucionaria, versus la vía institucional, identificada con el reformismo. La gran diferencia con esos tiempos es que, a pesar de la divergencia en el seno del campo popular acerca de las vías estratégicas de acceso al poder, el ‘horizonte utópico’ (por nombrarlo de alguna manera) estaba definido y era compartido. Ahora no. De alguna manera la idea de una sociedad socialista venía dada por la forma específica que adoptó el socialismo tras la Revolución de Octubre”.
¿Qué se plantea ahora para adelante?
“Si bien no era el objetivo de las Jornadas zanjar la discusión sobre las vías estratégicas y elaborar un programa específico de acción, ni menos clausurar el debate sobre el horizonte socialista, se abrió al menos el espacio para discutirlo y que las distintas organizaciones y militantes se pronunciaran. Naturalmente, se evidenciaron nuestras carencias, en especial la falta de una visión unitaria para enfrentar las tareas del periodo político que se inaugura con la elección de Bachelet”.
Agregó Sebastián Zarricueta que “en el aspecto logístico-organizativo las jornadas constituyeron todo un éxito. Se generó un espacio de encuentro y confraternización. Destaco aquí los momentos del almuerzo y la guardería para niños gracias al apoyo de los compañeros del Colectivo Andamios. Esto último es algo relativamente novedoso en actividades de este tipo. Poco a poco tenemos que incorporarlas ya que urge afrontar, no solo desde lo discursivo sino fundamentalmente desde lo práctico, los temas de género, de la familia y del cuidado de niños y ancianos como problemas colectivos. De lo contrario estos problemas se invisibilizan y terminan reproduciéndose esquemas de dominación (tales como el machismo).
Las Jornadas contaron también con distintas expresiones culturales: danza, música y poesía, y una importante muestra de libros gracias a distintos stands de editoriales, librerías y editores independientes. También se distribuyeron ejemplares de Punto Final, Le Monde Diplomatique y El Irreverente.
JUAN JORGE FAUNDES
Publicado en “Punto Final”, edición Nº 798, 24 de enero, 2014