Lo único que no existe en la crisis de la derecha es el debate de ideas: cuando se menciona el liberalismo de los disidentes, uno no entiende si se refiere a la tradición liberal chilena de Francisco Bilbao, José Victorino Lastarria, José Manuel Balmaceda , y a otros prohombres libertarios, o al neoliberalismo, que es esencialmente conservador, pues la concepción de libertad se limita a lo estrictamente económico; hay libertad en el mercado, pero no en la esfera de la política. Al escuchar al diputado Joaquín Godoy, que se declara admirador de Hayek, uno se queda perplejo ante tamaña contradicción. Sigo pensando, como lo he manifestado en muchos artículos, que la derecha murió con el golpe de Estado, junto a los valores republicanos y democráticos.
Con la renuncia de Lily Pérez a Renovación Nacional, que todo hace presagiar que será seguido por otros dirigentes, el Partido de la calle Antonio Varas se quedará solamente con el señor feudal, Carlos Larraín, su lugarteniente, Mario Desbordes, el cada vez más desprestigiado veleta, Andrés Allamand y del arribista Alberto Espina – que afina, desde ya, sus cuchillos para postularse como candidato a presidente de la república -. A Manuel José Osandón nadie lo entiende: antes díscolo y contestatario, hoy oficialista y ¡hasta defiende a Piñera!
Lily Pérez tiene razón al criticar hasta ayer su Partido, de clasista, machista y antisemita, y no cabe duda de que mafia que se apropió de esta colectividad excluye, en la práctica, a muchos de sus dirigentes y militantes por motivos de clase social, razón, poder económico y religión. Las expresiones de la senadora, en conferencia de Prensa, a mi modo de ver, no constituyen ninguna novedad, pues hace tiempo que Carlos Larraín compra a los militantes y dirigentes a su amaño; por lo demás, la derecha chilena siempre ha sido la expresión política de “los caballeros de Chile” y, en consecuencia, defiende con uñas y muelas a su clase de pertenencia – no es casualidad que en Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea Evelyn Matthei haya obtenido más del 80% de los votos en la última elección presidencial -.
No creo que la balcanización del partido Renovación Nacional se deba a diferencias ideológicas, etarias o personalistas, sino mas bien a la imposibilidad de que la derecha pueda seguir funcionando sobre la base de un partido político, dirigido por una mafia que lo digita a su gusto, por el poder del dinero y para defender los intereses de una clase social. Otro tanto ocurre con la Unión Demócrata Independiente, cuyo totalitarismo fascistoide es incompatible con la democracia y que, además, defiende a capa y espada los intereses de una clase social.
En la “democracia” binominal es muy difícil garantizar la existencia del pluralismo político, púes aunque la lógica del sistema de partidos políticos tienda Al pluripartidismo, las mismas normas del sistema electoral le colocan una muralla insondable, que imposible el funcionamiento correcto de los partidos políticos; mientras no exista un sistema proporcional, la excrecencia del duopolio terminará por aniquilar la pseudo democracia chilena.
Es difícil predecir el futuro de los tres nuevos partidos políticos de la derecha, Evópoli, Amplitud y Democracia Regional, pues, al menos, la historia política chilena prueba que la mayoría de los pequeños Partidos que surgen de divisiones o de fraccionamientos de los históricos, tienden a desaparecer, o bien, a un crecimiento insignificante. El único caso que contradice esta regla es el de la Democracia Cristiana, partido surgido del Conservador.
En los sistemas de partidos políticos puede haber tendencias al extremo fraccionamiento y, posteriormente, a una reunificación. Si observamos, con atención, el sistema chileno, desde 1981, hasta nuestros días, han existido entre ocho y nueve partidos políticos con representación parlamentaria, lo cual constituye un multipartidismo bastante limitado, si se tienen en cuenta las experiencias mundiales.
Pienso que, a la larga, los nuevos partidos de derecha en formación tendrán que reagruparse en torno a una sola colectividad, si pretenden subsistir. El tema de fondo subsiste con respecto al cuerpo ideológico, pues por ahora, no responden a una concepción del liberalismo, en el sentido estricto de la palabra.
Rafael Luis Gumucio Rivas
17/01/2014