Al permitir la entrada al parlamento de los ex líderes estudiantiles Camila Vallejo, Karol Cariola, del PC, y Giorgio Jackson, Bachelet y la Nueva Mayoría mostraron una estrategia de apertura parecida a la que hizo en 2007 el ex Presidente francés Nicolás Sarkozy cuando llevó a su gobierno a tres mujeres surgidas de la inmigración (Rachida Dati, Rama Yade y Fadela Amara) a puestos claves para promover una imagen de un partido moderno, abierto, no discriminatorio y accesible a las mujeres. La diversidad pasa entonces de una reivindicación ciudadana a una estrategia política para permitir ganar votos en barrios difíciles, para asegurar la paz social, ahí donde los habitantes son en una gran mayoría provenientes de la inmigración africana del oeste y del norte (Magreb).
Esta estrategia de apertura en Francia fue implementada en el 2007 tras la crisis social que generaron las protestas en los barrios sensibles en octubre de 2005. En Chile, esta nominación de candidatos a diputado de los ex líderes estudiantiles (en distritos donde la victoria estaría asegurada) fue precedida por la movilización de estudiantes iniciada en 2011. Tras la mediática aparición de estos dirigentes hubo las giras rockstar a Europa y América Latina para mostrar el descontento de los jóvenes con el sistema de educación chileno, desnudando así a todo el mundo un régimen político desigual que provocaba descontento y una crisis social poco habitual en un país tan “estable”.
Dos años de diferencia en los dos casos. Un Presidente de derecha por un lado y una futura Presidenta de izquierda moderada del otro. Finalmente, en Francia esa estrategia de apertura se tradujo en un casi abandono de esos barrios sensibles y en una dureza en términos de inmigración en donde se llevó incluso a meter a familias a los aviones de vuelta a los países de origen.
¿Secuestro ideológico o cría cuervos?
Paul Nizan en 1932 decía que “todo burgués se siente un elegido” y demostraba las estrategias, las intenciones, de esta clase: la dominación de la gran burguesía para ser duradera necesita estar escondida.
Las grandes familias chilenas que financian las campañas electorales y que emplean a ministros, parlamentarios en empresas y universidades son invisibles. Los visibles son esta nueva patrulla juvenil de izquierda.
Bienvenido entonces al PC al parlamento, a la élite: las giras, los aviones, los hoteles con la Presidenta para mostrarles al mundo esta apertura es el precio a pagar por favor concedido. Después habrá tiempo para que intenten sacarles los ojos a ella y al sistema del que son parte y que intentarán cambiar para que el país sea menos injusto.
Pero donde Bachelet y los que están detrás van más lejos que cualquier otra estrategia, es la maniobra inédita y avanzada digna de los mejores tiempos de Jaime Guzmán: transformar a estos jóvenes, los íconos de cualquier disidencia, en una mercancía, en una moneda de cambio. Eso es lo inédito: un secuestro de ideales. Es como si en el fútbol un club grande puntero le compra el goleador a un equipo colista. Después lo enfrenta, pone al jugador en la banca y le mete ocho goles.
Buen trabajo para la Nueva Mayoría , como decía Montesquieu: en una nación que está en la servidumbre, se trabaja más por conservar que para adquirir. En una nación libre, se trabaja más en adquirir que para conservar.