Era la cuarta urna. No la que muchos en algún momento impulsaron, asociada a la consulta por la asamblea constituyente, pero sí compartía con ésta el carácter de novedad, pues era la primera vez que se elegían representantes para el gobierno regional mediante el voto popular. La elección de los Consejeros Regionales –CORES- irrumpía así en la escena electoral.
La importancia de los CORES radica, entre otras, en que éstos pueden impulsar la profundización de los procesos de descentralización y democratización en el país, en un espacio que desde la opinión pública ha sido poco valorado, pero no por ello será menos importante y estratégico para el trabajo político, el desarrollo social y de las regiones en particular.
Con los datos actuales del SERVEL, de los cerca de 6,7 millones de votantes, hubo 5.797.564 votos válidamente emitidos, un 87,23%, casi 11 puntos menos que la elección presidencial y 5 que la de diputados, lo que se explica fundamentalmente por el desconocimiento de la población acerca de la función de los CORES.
La elección no es binominal, lo que permite-a diferencia del parlamento- tener una mayor representación de la diversidad política existente. Por ejemplo, a nivel regional destaca el Pacto por el Desarrollo del Norte, que obtuvo 4 consejeros en la primera región. El PRI obtuvo 8 representantes a nivel nacional, 3 el PRO y 1 Igualdad (Pacto Nueva Constitución) así como el PH (Todos a la Moneda). Destaca también la cantidad de CORES obtenidos por la Nueva Mayoría, que entre los dos pactos que la conformaban obtuvo 156 cupos, equivalentes a un 56,1% de los 278 Consejeros. La derecha, en tanto, tendrá 103 CORES, que alcanzan al 37% del total nacional de consejeros electos.
EL PC, por su parte, tendrá más del triple de los CORES respecto del período actual. De tener presencia en 4 regiones, y por períodos incompletos, hoy los comunistas tendrán participación en 10 Gobiernos Regionales. Al analizar sus resultados, destaca la votación obtenida por el subpacto comunista/independientes en la región de Atacama, donde se obtuvieron 4 representantes –dos comunistas –, así como dos en las regiones de Antofagasta y Valparaíso. En total la lista logra un 6.3% de los votos válidamente emitidos y obtiene 15 Cores, 5,8% del total nacional, de los cuales 13 son militantes comunistas.
La labor central de los Consejeros Regionales es fiscalizar la acción del Intendente Regional y contrarresta de cierta forma la limitada soberanía que tienen las regiones, con baja incidencia en el desarrollo de sus territorios. Esto porque existe coincidencia, en distintos sectores y analistas, en que aún la descentralización y transferencia de poder a las regiones es una tarea pendiente, que el marco legal actual -recientemente modificado- no permite desarrollar, en tanto mantiene una alta concentración de poder y funciones en la figura del Intendente. Aún existe una alta dependencia política del nivel central, en tanto la designación del Intendente, como de los Gobernadores, es facultad del Presidente de la República.
No obstante, éstos tienen funciones que son importantes para las regiones. Entre otras, destaca la aprobación del plan de desarrollo urbano regional, cuestión que resulta trascendental en contextos territoriales que han sido sometidos a la ilimitada acción y expansión de los capitales inmobiliarios y a la especulación financiera. Estos muchas veces entran en conflicto con las necesidades de un ordenamiento territorial armónico y sustentable, de acuerdo a las prioridades que puedan establecer los propios habitantes y las comunidades.
Otras tareas dicen relación con fiscalizar la labor del Intendente y las direcciones que dependen de él. También, velar por la concordancia de los planes reguladores comunales, con el Plan Regional. Igualmente, los CORES tienen la responsabilidad de la asignación de los fondos de desarrollo regional -FNDR-, cuyos montos resultan de alta trascendencia para la gestión de los municipios. Asímismo, son relevantes para favorecer la acción de las organizaciones sociales y del tercer sector, que pueden aportar al desarrollo territorial vía postulación de proyectos al FNDR.
En este sentido, resulta fundamental poder desarrollar desde este espacio medidas conducentes al fortalecimiento democrático. Ello, en tanto aparece como un espacio estratégico para impulsar los procesos de descentralización y planificación territorial, abre la posibilidad de fortalecer el trabajo territorial de las organizaciones e incidir en la asignación de fondos para los municipios.
Hoy, cuando en distintas regiones se levantan movimientos ciudadanos que demandan descentralización y participación de las regiones y comunidades en el desarrollo del país, la labor del Consejero tiene un potencial organizacional y político de creciente ascendencia.
Por ello debe resaltarse este avance para los comunistas y para los sectores democráticos y progresistas en este ámbito, pues representa un espacio estratégico para la vinculación del territorio con las necesidades y demandas nacionales. También para fortalecer la acumulación de fuerzas para las transformaciones sociales que el nuevo ciclo político abre. En este sentido, cobra relevancia para la generación de una trenza político social que, articulando lo local con lo nacional, puede estar destinada a profundizar la democracia y la descentralización, por medio de la vinculación con las organizaciones locales y la profundización de la participación ciudadana en el ordenamiento y desarrollo territorial.
*Encargado Área Desarrollo Local. ICAL