Noviembre 24, 2024

Yo

libya_gaddafy

libya_gaddafyKagafy aparece nuevamente ante algunos partidarios.  Puede que su hijo El Islam, otro de los señoritos mediterráneos educados en Londres, intente darle con el libro verde en la cabeza de su padre.

 

 

 

 

Que sea el momento que mate al padre, le comenta un psiquiatra ruso con el que no para de conversar desde que empezaron los bombardeos y sobre todo desde que cesaron.

 

Lo peor es que acabaron los Malporros y la carencia de nicotina altera al lector.

 

En ese tiempo despliega su astucia militar.

 

Yo les digo: ¿Queréis reformas? ¿Queréis la paz entre las tribus de Libia? ¿Queréis que mis Tuaregs no tomen shai + de la cuenta y con sus espadas decapiten a algún periodista deslenguado?

 

Yo soy dueño, bueno, mi familia y algunos amigos, somos dueños del petróleo.

 

Entonces uno de los Tuaregs y una de sus mujeres que le cuidan le reemplazan por uno de sus dos dobles.

 

¿Quereís que papá salga en viaje de negocios y no vuelva +?

 

El joven presidente Sirio mira la tele. Es otro de los educados en Londres pero ahora se ha vuelto a pear y uno de los tics del ojo izquierdo de K se le ha pegado.

 

 La revolución del Jazmín maremotea sus costas y la memoria. Cortan el vivo. Uno le peina el bigotillo y le pone una cataplasma a base de yerbas de los místicos altos del Alef.

 

A cada protestante que mata, se acerca a los 15.000 que mató su padre, cuando no existía la información y este maldito asunto de Internet.

 

Yo amigo de Berlus y que me dejara en la estocada….¡Malditos colonialistas Italianos!

 

Yo Berlus, acusado de delitos sexuales con menores y enamorado de una de las mujeres panteras de Kagafy.

 

Yo que le di mi tiempo a los habitantes de Costa de Marfil y que ahora me tengan acorralado en mi casa.

 

Yo , él supremo , que escribía ese Roa sudaca.

 

Yo, el hijo El Islam, les propongo una reunión en mi casa Londinense para ver como queda la familia luego de una transición pacífica hacia la democracia y hacia una mayor transparencia.

 

Yo, que siempre me dio envidia de esos que con sus sombreros de cazadores de marfil se instalaban con sus tiendas de campaña en medio del inmenso páramo de horror y maravillas de la África mía. Con reglas de madera en mano trazaron las fronteras africanas y norteamericanas y latinoamericanas.

 

Yo,Hugo,amigo íntimo y petrolero de Kagafy y que ahora he puesto a Telesur a defender al camarada de la revolución verde.

 

Yo, editor de TV Alyazeera, veo en primer plano, el rostro de los guerreros Tuaregs, en cercanías de este hotel de Trípoli.

 

Yo que financio a la Unión Africana no puedo creer que ahora no me devuelvan la mano.

 

No puedo creer que estos maditos negratas me den el pago de Chile.

 

Yo que les tengo sin Internet por el bien de la revolución y de vuestras mentes drogadas por el libertinaje de la canalla caballa.

 

Me duele que el viejo Mandela no mueva su humanidad para salvarme de las garras de los jóvenes inyectados en sus venas por sustancias pixélicas que les han desviado de la autopista verde que conduce a Misrata.

 

Jordi LLoret

 

 

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