El 10 de septiembre la Comisión de Evaluación Ambiental de Aysén (CEA) aprobó el proyecto río Cuervo, de la sociedad Energía Austral que controlan en un 51 % la australiana Origin Energy y en un 49 % Glencore Xstrata, cuestionada empresa suiza que en diferentes partes del mundo ha sido acusada de corrupción, evasión fiscal y delitos contra el medio ambiente.
Así lo revela un informe de Reuters realizado en febrero, donde se señala que “la enorme operación de carbón de Glencore en Colombia, Prodeco, fue multada con un total de casi US$ 700.000 en 2009 por varias violaciones medioambientales, incluidas la eliminación de residuos sin un permiso y la producción de carbón sin un plan de gestión ambiental“. Es este empresa la que está detrás del proyecto que, para muchos, no se ajusta a la legalidad y hace oídos sordos de los riesgos geológicos y de las voces de la comunidad de Aysén que consideran peligrosa su eventual materialización.
Es en este contexto que hace pocos días se informó que Christian Betancourt, director (s) del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) que lideró el proceso que terminó con la aprobación del estudio, fue reemplazado en el cargo.
Peter Hartmann, director de la filial en Aysén de Codeff, analizó este escenario, partiendo por encontrar sospechoso que en dos medios de circulación regional se publicaran simultáneamente artículos en los que se reduce a “microfallas” las fallas estructurales que inhabilitarían, potencialmente, el proyecto. “Donde quiere ubicarse la central hay volcanes activos y eso no es, bajo ningún punto de vista, una ‘microfalla’, un detalle que se pueda ignorar o apaciguar con bonos o rebajas en las cuentas de luz. No es correcto calificarla así” indicó.
Con respecto al reemplazo de Christian Betancourt, Hartmann expresó que al parecer “lo tenían solamente para ese proyecto. Se acaba la evaluación de éste, él se va, y ahora ponen a otra persona. Eso ya es raro, pero más raro es que en el diario, en vez de poner la foto de la nueva autoridad, figura este señor, diciendo que es muy bueno río Cuervo, que todo funciona a las mil maravillas, bajándole el perfil a las críticas y diciendo que se hizo todo lo posible por sacar un buen proyecto, mencionando esta ‘microfalla’, cuando él si hubiese leído la línea base del estudio se habría dado cuenta que el tema no es ‘micro’”.
En su opinión éste es “una decisión política. Son los personajes políticos los que toman la decisión y muchas veces la gente no se da cuenta de eso. La ley está hecha para que se aprueben este tipo de proyectos. Por ejemplo, la empresa entrega un 50 % de la información al principio y los servicios públicos les responden con lo que le falta para cumplir. Después, se toman todo el tiempo del mundo, modifican el proyecto entero y eso la gente no lo sabe. Entonces, quedas fuera, te cambian el panorama, las empresas se toman mucho tiempo y los organismos públicos, apremiados por el tiempo, no alcanzan a revisar, y en esa dinámica les pasan un montón de cosas por alto, sumado a las presiones y movidas políticas”.