Sobre la leyenda del rey Midas se han escrito varias páginas y contado una variedad de versiones. Me remitiré a la historia que relata el poeta latino Publio Ovidio Nasone (Sulmona, 43 aC- 17 dC) en su obra Metamorfosis, considerada la Biblia de los temas mitológicos. (Accedo a la versión en italiano).
“El nombre Mida, bajo la forma Mita, está certificado desde antiguas inscripciones asirias y frigias cual nombre de algunos reyes de la región de Frigia (Asia Menor), que vivieron cerca del siglo VIII a.C. Sobre la historia se injertó la leyenda y surgió la figura de un rey Mida, más bien insulso del cual Ovidio narra una desventura: habiéndosele ofrecido por parte del dios Baco, por un favor recibido de éste, la posibilidad de recibir cualquier recompensa, Mida le solicita poder transformar en oro todo aquello que toque con su cuerpo. Así, el estulto Mida, transformándosele en oro incluso sus alimentos, habría muerto de hambre si Baco no le hubiese vuelto a quitar aquel milagroso pero dañino poder”. (1)
Con el proyecto Expansión Andina 244, que Codelco desea llevar a cabo, la empresa estatal y gran parte de nuestro país se convertirían en un rey Midas pero más rasca, pues por lo menos éste bregaba por oro. Me explico: hace unas semanas lo agricultores del valle de Aconcagua se manifestaron, con bailes y carnavales, en contra de este proyecto que Codelco quiere desarrollar a 45 kilómetros de Santiago y que afectaría a más de 6 millones de personas.
En un artículo publicado en este medio con el título “Proyecto Expansión Andina 244 de Codelco, ¿progreso o desastre ambiental de proporción planetaria?”, de fecha 29 de abril de 2013, la colega Karen Hermosilla explica con bastante detalle el daño que causaría el referido proyecto.
Para el objetivo de esta nota sólo tomaré algunos datos expuestos en dicho artículo: su extensión geográfica comprende desde la cordillera de Los Andes en la regiones de Valparaíso y Metropolitana, hasta la bahía de Quinteros en la provincia de Valparaíso. Destruirá 6 glaciares que irrigan el valle de Aconcagua, además, se contempla la construcción de 2 tranques de relave: en Til Til y en Colina.
Trece Municipalidades ya han entregado sus informes técnicos oponiéndose a dicho proyecto por el daño ambiental irreparable que les ocasionaría en el respectivo territorio que abarca cada municipio; éstas son la Ilustres Municipalidades de: Lo Barnechea, Los Andes, San Esteban, Calle Larga, Colina, Til Til, Hijuelas, La Calera, Quillota, La Cruz, Llay Llay, Quinteros y Puchuncaví.
Como ya lo han advertido muchos analistas, en sendos artículos publicados en Clarín y en otros medios digitales e impresos y, por supuesto, en televisión, el problema más grave respecto de la producción de cobre en Chile, además de la contaminación, es que a partir del golpe de Estado, la explotación del metal rojo se ha perfilado como un fin en sí, es decir, con mentalidad exclusivamente extractivista, sin valor agregado, y no como un medio para crear riqueza hacia el desarrollo integral de nuestro país: invertir en educación, salud, vivienda, creación de empresas que puedan obtener productos de exportación con valor agregado, etc. Sin embargo, ha sucedido todo lo contrario, pues con el neoliberalismo a ultranza y la globalización, han debido cerrar muchas empresas que no pudieron competir con la importación de productos de bajo precio, pero de dudosa calidad.
En varios pasajes de su obra Las venas abiertas de América Latina, Eduardo Galeano nos relata cómo se comportaron los colonizadores españoles y portugueses respecto de la explotación de la plata en Potosí y del oro en Minas Gerais y Ouro Preto respectivamente. No me voy a referir a la descripción de las condiciones en que trabajaban los esclavos para la extracción de esos metales preciosos, sino al porqué ambos países, a pesar de toda la riqueza que obtuvieron por dicha explotación, son las dos naciones más pobres de la Europa occidental. Ni qué hablar de la pobreza en que quedaron y permanecen las colonias poseedoras de tales riquezas una vez que éstas se agotaron.
Mientras desde las colonias se exportaba plata y oro hacia España y Portugal, hacia las colonias se importaban productos industriales. “El oro había empezado a fluir en el preciso momento en que Portugal firmaba el tratado de Methuen, en 1703 con Inglaterra. Ésta fue la coronación de una larga serie de privilegios conseguidos por los comerciantes británicos en Portugal. A cambio de algunas ventajas para sus vinos en el mercado inglés, Portugal abría su propio mercado a la manufacturas británicas”…
…“El auge del oro, que implicó el flujo de grandes contingentes de población portuguesa hacia Minas Gerais, estimuló agudamente la demanda colonial de productos industriales y proporcionó, a la vez, medios para pagarlos. De la misma manera que la plata de Potosí rebotaba en el suelo de España, el oro de Minas Gerais sólo pasaba en tránsito por Portugal. La metrópoli se convirtió en simple intermediaria”. (2) España sufrió algo muy similar.
En otro de sus pasajes, Galeano, citando a otros autores, nos describe el lujo que ostentaban los habitantes de Ouro Preto: “Como había ocurrido en Potosí, Ouro Preto se lanzaba al derroche de su riqueza súbita. Las procesiones y los espectáculos daban lugar a la exhibición de vestidos y adornos de lujo fulgurante. En 1733, una festividad religiosa duró más de una semana. No sólo se hacían procesiones a pie, a caballo y en triunfales carros de nácar, sedas y oro, con trajes de fantasía y alegorías, sino también torneos ecuestres, corridas de toros y danzas en las calles al son de flautas, gaitas y guitarras”.
“Los mineros despreciaban el cultivo de la tierra y la región padeció epidemias de hambre en plena prosperidad, hacia 1700 y 1713: los millonarios tuvieron que comer gatos, perros, ratas, hormigas, gavilanes. Los esclavos agotaban sus fuerzas y sus días en los lavaderos de oro”. (3)
El día martes 21 de agosto, marcó un hito negativo para la supervivencia humana: la población mundial superó el presupuesto de nuestro planeta. Es decir, la demanda anual de la humanidad sobre la naturaleza supera lo que la Tierra puede renovar en un año. Desde ese día hasta fin de año, se explotará una naturaleza que no podrá renovarse.
Como dice el economista francés Serge Latouche: “si alguien cree que se puede crecer permanentemente en un espacio finito, ese alguien es un imbécil o un economista”.
(1) Cesare Grassi, Antologia latina, Vallecchi Editore, Firenze, 1953.
(2) y (3) Eduardo Galeano, Las venas abiertas de América Latina, Santiago, Pehuén, 22ª. ed., pp. 78, 79 y 76.
.Nota: La obra de Galeano cobra cada día más vigencia; debiera ser lectura obligatoria en las carreras de historia, de periodismo y, especialmente, de economía.