Diciembre 26, 2024

Imágenes prohibidas para un país reprimido. Chile al Diván

Y nuevamente las imágenes prohibidas llegan para recordarnos que la transición nunca llegó. Las imágenes de militares asesinos, carabineros carniceros y un país atrapado en una burbuja que, sostenida por helicópteros norteamericanos, nos encapsulaba como ratones de laboratorios con los cuales se ensayarían perversas teorías económicas y culturales emanadas desde las aulas de universidades de Chicago.

 

 Las imágenes prohibidas son nuestra terapia de psicoanálisis que llega para sanar los históricos conflictos psíquicos de un país castigador. Nuestra histeria y neurosis, tienen un origen ligado al conflicto del inconsciente. Estamos viviendo el retorno de lo reprimido por años. Y esto último se devela desde la “derecha dura” a la “izquierda ultra”, pasando por “centros sociales”, “capitalismos liberales” y “juventudes revolucionarias”.  Los síntomas están a la vista, somos el país del maltrato.

 

 La terapia comienza exhibiendo imágenes prohibidas del inconsciente.

 

 Imágenes de un país agresivo, hosco, chaquetero, de balbuceos y onomatopeyas. En el diván, nuestro psicoanalista, nos propone ir más atrás de 1973. Nos recomienda recordar los inicios de la nación cultural. Ese momento en que nos sentimos hermanados en pos de un mismo territorio y comenzamos a levantar símbolos, banderas, cánticos y normativas que nos otorgan orden, mística y unidad. Entonces aparecen conquistadores delincuentes, corsarios y piratas en busca del fin del mundo. Llegan cruzando  desierto, cordillera y océano pacífico, territorios que entonces, simbolizaban el mismísimo infierno.

 

Reporta el especialista:     

 

 Al recordar esa génesis, el paciente comienza a experimentar excitación y se sobresalta. Por su cabeza pasan violaciones de Mapuches, asesinatos de Onas y Changos. El paciente nos habla de las guerras del saqueo a países vecinos. También  relata matanzas en Valparaíso y en una escuela de Iquique. A la hora de recordar nombres, se menciona mayoritariamente a figuras militares y apellidos ingleses. Llama la atención como el paciente descarga odio cuando nombra a un tal Portales y se llena de rabia al relatar el suicidio del presidente inconcluso.

 

 Volviendo al post 73 el paciente cae en un  llanto tranquilo que da paso a sollozos de pena. En este periodo, el paciente parece inmerso en un sueño profundo, aunque desde sus ojos caen constantes lágrimas silenciosas. Llegando a los 90, nuestro paciente sonríe a carcajadas, se nota feliz, pero luego se torna agresivo y hasta da golpes de puño en el borde del diván. Trata de traidores a algunos señores de apellidos simplones y termina tomándose el pelo de manera violenta. Habla de niños abusados sexualmente. El paciente despierta gritando bruscamente y vuelve a caer en un llanto calmo. Con sus manos toma su cabeza y comienza a decir suavemente “Quienes diablos somos, quienes diablos somos”.  

 

 Nuestro psicoanalista nos dice que lo que pasaba por nuestra cabeza, durante la hipnosis, eran las imágenes retenidas. Las imágenes que por dolorosas, se habían mantenido alejadas de la conciencia. Estos pensamientos, nos cuenta el especialista, tienen para Freud un contenido sexual.La represión se origina en el conflicto psíquico que se produce por el enfrentamiento de exigencias internas contrarias entre un deseo que reclama imperativamente su satisfacción y las prohibiciones morales. El yo se defiende del dolor que causa la incompatibilidad reprimiendo el deseo.

 

 El paciente se despide. Sale algo más tranquilo de como había entrado. El especialista le recomienda que no abandone las sesiones, que baje el ritmo de trabajo y que se dé tiempo para reflexionar sobre su pasado y su presente.     

 

Es la hora de sanarnos. Ya no con fármacos antidepresivos ni ansiolíticos. Ha llegado el momento de enfrentar las imágenes que nuestro conciente prohibió durante largos años. Es el momento del diván.     

 

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