Diciembre 26, 2024

RN y el MAF (Mattheistas A la fuerza)

En 1964, por miedo al candidato Salvador Allende – cuyo candidato a diputado por Curicó, Oscar Naranjo, había ganado a “Bolas Locas” Ramírez, representante de la derecha en un distrito eminentemente rural – los Partidos Liberal y Conservador decidieron retirar el apoyo al candidato presidencial, militante del Partido Radical, Julio Durán.

 

El acto refería al posible triunfo de Allende como el anuncio de “cuajarones de sangre” – y, la derecha aterrada con el comunismo, sumado a la debilidad del candidato radical, decidió apoyar, sin muchas ganas, a Eduardo Frei Montalva. A quienes votaron por el candidato democratacristiano se les llamó el FAF (Freístas a la Fuerza).

 

Ayer, en el Consejo Nacional de RN irrumpió un nuevo movimiento denominado MAF, cuyas características son muy similares al FAF: equivocadamente funciona por el terror al posible triunfo de Michelle Bachelet, suponiendo que va a cumplir su programa de gobierno, que ellos consideran muy revolucionario; por otra parte, el Partido Comunista continúa siendo su “cuco”, como si estuviéramos en la guerra, e ignoran que son los más pacíficos y legalistas de los partidos políticos chilenos, hecho que constituye una verdadera garantía de la democracia de los “acuerdos”. Otrora existían anticomunistas rabiosos que, en su fanatismo, tenían las mejores bibliotecas con colecciones de Marx y Lenin que ningún militante de izquierda siquiera podría soñar. Recuerdo a don Sergio Larraín – sin ir más atrás, al mismo Augusto Pinochet, un gran coleccionista de obras marxistas – que conocía el marxismo como el que más. Durante la época republicana, el único socialista que conocía El Capital a la perfección era el dirigente Raúl Ampuero.

 

RN, movido por la profunda ignorancia respecto al programa de Michelle Bachelet, como también a la realidad de los Partidos Comunistas de Occidente después de caída del Muro de Berlín, deciden soportar, estoicamente “el golpe de estado de la UDI”, que les impone su candidata sin siquiera consultarlos – tal cual lo haría el más brutal de los matones – y, para más remate, su militante Sebastián Piñera los deja en la estacada forzándolos a hincarse ante la poderosa matriarca neofascista.

 

Las sucesivas derrotas idiotizan hasta al más pintado de los líderes – el caso de Andrés Allamand – que, en su discurso frente a los militantes de su Partido, cual Jeremías, se dedicó a lamentarse y lloriquear, culpando al millonario Piñera del fracaso de su Partido, sumado al suyo propio diciendo, irónicamente, que “al Presidente le hubiera ido mejor si hubiese prestado más atención a la asesoría de RN”; dentro de su mismo discurso lanzó algunas puyas a sus aliados totalitarios de la UDI, acusándolos – digo yo – de “violencia doméstica”.

 

Es posible que si no existiese el binominal, este pésimo matrimonio estaría disuelto desde hace tiempo y RN, una vez separada, iría a la peluquería, se arreglaría los senos, se sacaría la grasa conservadora de don Carlitos Larraín, se respingaría la nariz y, con una ideología, mezcla de socialcristianismo y liberalismo – aun cuando sea una paradoja – buscarían nuevos novios entre los seguidores de Velasco y los democratacristianos de derecha. Todos los nuevos amores tienen riesgo, pero de resultar estas nuevas parejas podrían vivir solas durante un tiempo hasta volver a encontrar el amor. En todo caso, “es mejor vivir sola, que mal acompañada” y, de todas maneras, más vale divorciada que acompañada por un matón borracho y fascista, que la golpea todos los días.

 

El dueño del Partido, Carlos Larraín, que de ahora en adelante se convertirá en “mano de guagua” y no financiará a ninguno de los bolseros que vivieron a sus expensas “contra prestaciones feudales”- entre ellos el derecho a pernada – quedó “como la mona”, según sus geniales expresiones – se quedó “callado el loro” y no halló otra salida que apoyar a la “dama de hierro”. Ahora harán la paraja de estar muy felices con ella, aunque por detrás echen “periquitos”.

 

El destino del FAF no fue tan malo, aunque conservadores y liberales murieron en las elecciones parlamentarias de 1965, se fundó un nuevo Partido, el Nacional, que incluyó a Onofre Jarpa – que venía del ibañismo – con una ideología más autoritaria, militarista y nacionalista, en síntesis, portaliana – obtuvo, como promedio, un 20% y alcanzó su hegemonía a finales del gobierno de Allende. Como no podemos prever el futuro, ignoramos, por ahora, qué ocurrirá con el MAF.

 

(En una próxima entrega, nos referiremos al BAF (Bacheletistas a la Fuerza).

 

Rafael Luis Gumucio Rivas

11/08/2013

 

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