El ex capitán del Ejército Carlos Minoletti Arriagada, procesado por asesinar en 1973 a 26 opositores a la dictadura de Augusto Pinochet, así como por el posterior desentierro de los cadáveres y arrojarlos al mar, se encuentra prófugo desde hace un año y medio. Minoletti Arriagada, buscado por la Policía de Investigaciones (PDI) no ha acudido a firmar el libro de los encausados por crímenes de la dictadura que gozan de libertad provisional a la espera de la sentencia, informa la agencia EFE.
Minolettti, quien en 1998 huyó a Estados Unidos y vivió varios años en Miami, se entregó en noviembre de 2007 y tras permanecer un tiempo en prisión preventiva se le concedió la libertad provisional, sujeta a una orden de arraigo, que supone una prohibición de abandonar el país.
Fuentes policiales señalaron que Minoletti no registra salida del país con su nombre real, por lo que se presume que pudo huir con identidad falsa o bien estar oculto en algún lugar de Chile.
El diputado PC Hugo Gutiérrez, que fue abogado querellante en los procesos por los crímenes de la Caravana de la Muerte, aseguró que hay “negligencia” del tribunal en la fuga de Minoletti. ”Aquí hay una clara negligencia del tribunal que tiene a cargo la causa por los episodios de la Caravana de la Muerte. Esto deja al descubierto que los controles judiciales a los militares encausados por crímenes de lesa humanidad que gozan de libertad provisional no están funcionando”, precisó. A esto agregó que “La PDI tiene la obligación de detener a este asesino y ponerlo a disposición de la justicia para que reponga su arresto y le mantenga así hasta la sentencia definitiva”, añadió.
La ejecución de las 26 víctimas de Minoletti (el 19 de octubre de 1973) en la ciudad de Calama fue una de las operaciones de la llamada “Caravana de la Muerte”, la comitiva comandada por el general Sergio Arellano Stark que recorrió Chile dejando una estela de opositores asesinados a su paso.
Minoletti, en esa época, era el jefe de la compañía de ingenieros del regimiento de Calama y fue uno de los militares que junto a los hombres de Arellano sacaron a los 26 individuos de la cárcel, los llevaron al desierto y los acribillaron con armas de alto calibre, además de destrozar los cuerpos con cortes de corvo (cuchillo de combate). Según el expediente judicial, en la noche del mismo día Minoletti comandó la inhumación clandestina de los cadáveres en una fosa excavada en pleno desierto, no sin antes ordenar a sus hombres cortar los cadáveres para apropiarse de los anillos de oro o plata que llevaban.
A comienzos de 1976, por orden de Pinochet, los cadáveres fueron desenterrados, echados en sacos y lanzados al mar desde un avión de la Fuerza Aérea. La exhumación, efectuada con una excavadora que desintegró la estructura ósea de los cuerpos, estuvo a cargo del capitán Carlos Minoletti. Ese desentierro se transformó en el primer episodio de la llamada “Operación Retiro de Televisores”, que consistió en la exhumación de todos los cadáveres de prisioneros asesinados y sepultados clandestinamente en diversos puntos de Chile.
La mayor cantidad de esas exhumaciones ocurrieron en 1978, tras el descubrimiento de una quincena de cadáveres en una abandonada fábrica de ladrillos en las afueras de Santiago. En todos los casos, los cuerpos fueron lanzados al mar, en sacos amarrados a trozos de rieles.