La final soñada le cae de regalo a la presidenta Rousseff.Se temía que volvieran los 300 mil que se presentaron a las afueras del gran estadio el 20 de junio.Pero llegaron muchos menos en parte porque rápidamente la mandataria cede a las demandas de la no subida de los pasajes y porque Brasil estaba en la final con un equipo renovado y con la promesa del nuevo dios Neymar y frente a los campeones del mundo. Una España en crisis.
Una final mundial con incertidumbre. Con la presidenta perdiendo 27 puntos en las encuestas y sin presentarse en el palco para no sufrir la pifiada de la torcida.
Los verdeamarillos contaron con la energía de la gente y con la precisa suerte de hacer los tres goles en momentos claves de todo partido. Al inicio y al final del primer tiempo y al inicio del segundo. Los peninsulares perdieron un penal y no pudieron echar a andar la máquina del toque, siempre cortada por una velocidad mayor de los brasileños y muchas faltas tácticas que pese a los esfuerzos de creación de Iniesta nada pudieron.
Para rematarla y hacerle soltar unas lágrimas a Shakira,Piqué le comete una roja directa a Neymar(Su futuro compañero de equipo en el Barça)y el toro quedó a la deriva con tres banderillas en el cuerpo.
Este equipo de Felipao trajo a la memoria el placer alegre de jugar que tenía Garrincha. Río se quedó con la copa Confederaciones,buen sabor de boca y con la protesta social desorganizada amenazando el mundial del año próximo.