Se discute en las esferas políticas del legislativo un proyecto de ley sobre fomento forestal que ha sido instalado por el gobierno chileno con “Suma Urgencia”, que busca la prórroga del Decreto Ley 701 a veinte años más, norma que viene desde la dictadura militar de Pinochet y que es modelo matriz de la dictadura militar, promotora de la expansión de especies exóticas de monocultivos de pino y eucaliptus a favor de dos grupos económicos (Matte: CMPC y Angelini: ARAUCO –CELCO), causante de la depredación y graves impactos a los territorios y a las poblaciones, generando verdaderos asesinatos de la vida rural, tanto en aspectos sociales, ambientales, culturales y económicos.
Hoy, a pesar del escenario devastador causado, se busca proyectar nuevamente este instrumento fáctico para intensificar la introducción de plantaciones de estas especies en tierras de comunidades Mapuche y en sectores campesinos chilenos, con diversos riesgos y que conllevará además, la expansión de la contaminante industria de celulosa-papelera .
Al respecto, senadores han trasladado la votación para este miércoles 12 de Junio y allí, no solo queda a la palestra la responsabilidad política de quienes dicen representar los intereses de la ciudadanía, sino, se cruzan diversas situaciones que ponen en relieve la crisis de este tipo de institucionalidad estatal chilena y diversos aspectos éticos y morales, ya que, las empresas forestales, que son beneficiadas con esta iniciativa legislativa, son financistas de partidos políticos y de campañas electorales a diversas representaciones del binominal; y por otra, se impone una iniciativa que se hace de manera inconsulta con los pueblos indígenas, transgrediendo el Convenio 169 de la OIT y la declaración ONU sobre los derechos de los pueblos indígenas.
Asimismo, se da nuevamente la espalda a las posibilidades de desarrollo con identidad y pertenencia en los territorios del centro sur de Chile de acuerdo a los intereses y necesidades de los habitantes.
Este acto, deja en evidencia a quienes realmente están por los derechos humanos y la vida democrática y por otra, a quienes están por el legado del pinochetismo, la devastación y la corrupción.