Diciembre 26, 2024

Brasil albergó un centro de formación de represores latinoamericanos

Brasil albergó un centro de formación de represores de 1972 a 1989 para capacitar a militares latinoamericanos, acusados o condenados por crímenes y violaciones de derechos humanos durante los regímenes de facto.

Creada en 1972 bajo el gobierno del dictador Emilio Garrastazú Médici (1969-1974), la Escuela Nacional de Informaciones (ESNI) era una instalación muy semejante a la Escuela de las Américas, ubicada en Panamá y adoctrinada por Estados Unidos.

 

Esa sirvió para entrenar a agentes y militares de la región en los métodos de torturas y represión.

 

Según una nota del sitio digital del diario O Globo, la ESNI, situada en el Lema, zona del sur de Rio de Janeiro próxima a la playa de Copacabana, enseñaba a conducir interrogatorios, acosar, hostigar, penetrar en residencias sin dejar vestigios y actuar contra grupos guerrilleros de izquierda.

 

La instalación de represión política adiestró a militares latinoamericanos hasta 1989, cuatro años después del fin del régimen militar, con el gobierno de transición de José Sarney.

 

Una solicitud realizada por el periódico brasileño, amparado en la Ley de Acceso a la Información y Transparencia, permitió conocer que la ESNI ofreció 83 cursos durante 17 años de actividad, con el objetivo de mantener los regímenes de facto, así como enfrentar a las organizaciones de izquierda.

 

El centro formaba agentes de seguridad e inteligencia, analistas y jefes de información, y los textos se basaban en la experiencia de los represores brasileños y en el combate contra guerrillas rurales locales.

 

El diario O Globo no tuvo acceso a los nombres de los instructores de los cursos, pues la Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin) no entregó los datos y alegó que la información está clasificada como secreta por cuestiones de seguridad nacional.

 

Empero, se conoció que entre los promotores de la ESNI figura el brigadier Joao Paulo Burnier, excomandante de la base aérea del aeropuerto internacional de Rio de Janeiro acusado por la desaparición de Stuar Angel Jones, militante del grupo armado MR-8, organización que luchó contra la dictadura militar de 1964 a 1985.

 

Se espera que la Comisión Nacional de la Verdad, creada por la presidenta Dilma Rousseff, saque a luz pública a los responsables de crímenes y desapariciones durante la dictadura militar en Brasil y obligue al levantamiento de la Ley de Amnistía, que impide la apertura de procesos contra violadores de los derechos humanos.

 

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