Los niveles de radiactividad en la dañada planta nuclear de Fukushima se incrementaron notablemente en las últimas horas, mientras oficialmente se anunció la posible contaminación del suelo y el agua de mar.
Los expertos dijeron que las fugas de radiación continúan desde el reactor número dos de la instalación, ubicada a 220 kilómetros al noreste de esta capital y con graves daños desde el terremoto de nueve grados del 11 de marzo último.
Funcionarios de la Tokyo Electric Company (TEPCO), compañía operadora de Fukushima, admitieron la situación, así como los deficientes cálculos en los niveles de radiación, lo cual dificulta la labor de los trabajadores empeñados en atenuar los desperfectos.
Según los estimados, cientos de toneladas de agua radiactiva están acumulados en los seis reactores de la planta y el drenaje al respecto se hace muy difícil para evitar la contaminación.
La confusión en los informes emitidos se une a la no confirmada fusión parcial del núcleo del mencionado reactor, lo cual de ser cierto implicaría un peligro mucho mayor.
Ayer, en tanto, la radiación en el agua del reactor dos de la central nuclear de Fukushima superó 100 mil veces los niveles normales, informó hoy la compañía operadora de la planta Tokio Electric Power Co (Tepco), en momentos en que varios cientos de personas se manifestaron en Tokio y en Nagoya para pedir que se abandone el empleo de las centrales nucleares.
Según las más recientes lecturas, durante este fin de semana se registró contaminación 100 mil veces superior a la normal en el agua del reactor dos y mil 850 veces lo considerado normal en el mar cerca de la planta.
Funcionarios de Tepco indicaron que la contaminación del agua tiene origen probablemente dentro de los reactores, más que en las piscinas de barras de combustible.
Inicialmente se reportó que la radiactividad fue 10 millones de veces superior a lo normal, pero Tepco corrigió más tarde la cifra y la ubicó en 100 mil.
Ante los fracasos para controlar la situación en la planta, una solución a largo plazo sería enterrar los reactores de Fukushima bajo arena y concreto, como ocurrió en Chernobil, Ucrania, en 1986.
Además, Tepco pidió a especialistas independientes la realización de pruebas en el suelo del terreno de la planta respecto de la presencia de plutonio, altamente venenoso. Se espera que los resultados se den a conocer durante los próximos días.