Codelco es la minera estatal chilena que ha contado, desde la nacionalización del cobre en 1971, con una defensa corporativa que ha venido solapado un tremendo daño ambiental en extensas porciones del territorio, afectando gravemente a diversas comunidades y a la flora y fauna, lo que liquidó la actividad productiva local, por ejemplo de pesca artesanal o pequeña agricultura.
El slogan de la empresa es “Orgullo de Chile”. Sin embargo, con un accionar negligente, insustentable y por lo bajo descriteriado, inclusive con sus propios trabajadores -un gran grupo subcontratado y otros tanto con una verdadera sentencia de muerte por las enfermedades asociadas a la faena– este recurso publicitario y propagandístico resulta indignante.
Como caso emblemático que evidencia el grave impacto ambiental que provoca Codelco, tenemos el ecocidio en Chañaral causados por su División El Salvador, en donde por 52 años vertió más de 320 millones de toneladas de sólidos residuales mineros y 850 millones de toneladas de aguas servidas del proceso industrial de la minería intensiva, directamente a la bahía, lugar que fue calificado por el PNUMA como la zona de contaminación más crítica del Pacífico Sur.
A pesar de todo esto, Lagos Escobar durante su gobierno y para señalar que Chañaral se encontraba descontaminado, fue hasta la playa grande y se bañó en sus aguas en una escandalosa muestra de indolencia frente a la evidencia científica de aumento del cáncer en la población y la pérdida total de sus recursos marinos y acuíferos, contaminados irremediablemente.
Si bien estamos lejos de lo retratado por el escritor Baldomero Lillo en Subsole y Subterra dado a aquellos suculentos cheques de “término de conflicto”, muchas veces otorgados sin necesidad de movilización, mermando la capacidad crítica de sus obreros; el resto de nosotros ya se plantea si realmente es el cobre de Codelco el sueldo de Chile, otro de los eslogan que se utilizan históricamente para hacer oídos sordos respecto al tema medio ambiental.
¿Seremos víctimas o beneficiarios? ¿Protagonistas de la bonanza o espectadores de la caída de una suerte de “imperio” mundial del cobre?
Es así como, lejano a la alegría, es recibido el proyecto Andina 244, la expansión de Andina que conformará la mina a rajo abierto más grande del mundo, 20% superior a Chuquicamata, situada a 45 kilómetros de Santiago de Chile, con dos relaves mineros: uno en Til Til y otro en Colina y que afectará a 13 comunas; más o menos unos 6 millones de personas.
El impacto ambiental en el mismo lugar de las faenas es lo que más preocupa. Amenaza 73 hectáreas de glaciares “blancos”, 68,6 de glaciares cubiertos de detritos, y más de 600 hectáreas de los llamados glaciares de roca , poniendo en grave riesgo las reservas de agua de la región Metropolitana.
Para colmo de males, contaminará por acidificación y residuos tóxicos los ríos Volcán y Yeso, todos afluentes del río Maipo y el río Mapocho que surten de agua potable por medio de Aguas Andinas, sanitaria privada que tiene ya un contrato con AES Gener para realizar la central de pasada Alto Maipo, la cual a motivo de su construcción ya tuvo como saldo el corte de suministro por tres días dado a la turbiedad del vital elemento por derrumbes en su construcción. Tan grave y conocido mundialmente es el asunto que Anonymous para el Día de la Tierra denunció el tráfico de intereses con la denominada OpAltoMaipo.
Por otro lado, se prevé que las detonaciones aumentarán la polución de la ya contaminada ciudad de Santiago. Y claro, el lado que menos importa, pero que es tan trascendental para la conservación del medio ambiente y la memoria geográfica. En este lugar hay 67 sitios de interés patrimonial por su valor arqueológico y también se han identificado 92 especies animales, de las cuales 55% son vulnerables y 10% se encuentran en peligro, de acuerdo a las categorías establecidas en la ley de caza.
¿Qué beneficios le da la minería a los ciudadanos de Chile?
La ausencia de cobertura de los servicios básicos como salud, vivienda y educación a coste de materias primas tan importantes como el cobre, mientras por medio de la Ley Reservada del Cobre, Codelco destina el 10% de sus utilidades a las Fuerzas Armadas, ha comenzado a modelar una crítica que ya no puede argumentar las consignas engañosas (Orgullo y Sueldo de Chile) que utiliza para mantenernos creyendo en lo positivo que resulta para el desarrollo de la nación.
La minería, lejos de todo imaginario, aporta 1/4 del tesoro fiscal. Esto dado a que, como dice la investigación de Ciper, Royalty: Los millones de dólares que Chile regala a las empresas mineras, su impuesto es muy bajo considerando que éstas tienen estratosféricas utilidades, similares a las del narcotráfico. Además, por si fuera poco, cuenta con invariabilidad tributaria hasta 2025.
Es importante que los compatriotas sepamos que más del 50% de los ingresos al Fisco en Chile se generan gracias al IVA, ese impuesto que pagamos todos los hijos de vecino en la compra de cualquier producto gravado, ya sea leche, papas, pan, libros o cualquier otro artículo, con un 19%.
Sumado a esto, se encuentra el impacto ambiental que producen las faenas en relación al agua y a la tremenda cantidad de energía que se necesitan para extirparle a la madre tierra sus minerales, lo que mantiene al país con su matriz carbonizada (63%) por medio del funcionamiento de termoeléctricas, cuestión que nos ha valido determinar cada vez más “Zonas de Sacrificio”.
Ahora, si la cuestión es ser prácticos y postular como los chinos o los rusos que debemos crecer a costa de los recursos para dotar al pueblo de herramientas para su desarrollo, tampoco nos va demasiado bien. Seguimos sin percibir el mentado “sueldo” de Chile.
Los 65 años de minería intensiva que se pronostican en Andina 244, que corresponden en la extracción de aproximadamente 8.000 millones de toneladas de cobre (hasta que se acabe ¡qué barbaridad! ) no se sabe o no se transparenta cómo serán traducidos en ingresos para el fisco dado que, y ponga mucha atención, el proyecto más anhelado por la minera “ESTATAL” Codelco, corresponde a una confusa ampliación de Andina pasando por Los Bronces de propiedad de Anglo American Sur(AAS), una minera privada.
¿Y cuanto “cortaremos” los ciudadanos de Chile, a razón de la producción de Andina 244?
Las claves para entender esta operación radican en la polémica venta en US$ 1.700 millones del 24,5% de AAS a la cuprífera estatal, equivalente a US$1.800 millones, pues el otro 10% fue vendido a la japonesa Mitsubishi y a la británica Mitsui, por lo cual no hay claridad de cómo se realizarán los tributos de Andina 244 y a quienes irán las utilidades. De lo que sí hay claridad es que la inversión va a coste de Codelco, la minera estatal.
Un tremendo principio del fin, en donde todo lo que queda parece ser comenzar a armar las maletas…porque como decía el Inspector J. Lee, Policía de Nova en la novela de Williams Burroughs “Han vendido el suelo bajo los pies de los que nunca nacerán. Traidores de todas las almas en todas partes. ¿Necesitan el nombre de Hassan i Sabbah para sus inmundos negociados? ¿Para vender a los no nacidos?” la única pregunta posible, frente a este destino apocalíptico donde los pueblos de la Tierra pareciera quedarles sólo esperar el éxodo final hacia otro planeta.