La tesis del 1% ha tenido una especial recepción dentro de los sectores críticos al modelo capitalista chileno. “La desigualdad de verdad (…) es entre el 99 por ciento de la población que representa la CASEN y el uno por ciento verdaderamente rico que ni siquiera se digna en responderla” decía Manuel Riesco hace no mucho tiempo, cuestión con la que estarían de acuerdo amplios sectores, como la Izquierda Autónoma y el Partido Igualdad.
La investigación recientemente publicada de los economistas Ramón López, Eugenio Figueroa y Pablo Gutiérrez reafirma el punto al analizar la distribución del ingreso a partir de los datos del Servicio de Impuestos Internos. Si bien el nivel de acumulación es sorprendente y habla del modelo imperante en Chile, esta idea puede adquirir ribetes peligrosos para el movimiento popular si es que con ella pretendemos reemplazar una concepción clasista de la sociedad.
La idea de la lucha de grandes mayorías contra una minoría monopólica no es nueva. Es posible encontrarla en los “treinta años dorados” donde se planteaba la idea de una “clase salarial”, donde la gran mayoría estaba constituida tanto por los trabajadores manuales más precarizados como por las altas cúspides tecnoburocráticas de la estructura social. Otras vertientes pusieron el énfasis en los monopolios y en cómo éstos desfavorecían a la clase obrera y a la pequeñaburguesía, pero también al pequeño y mediano capital. Aquí la distinción central se realiza sobre la base de los ingresos de las personas, pudiendo observar grandes diferencias de un grupo a otro. La tesis del 1% se asentaría en que el salto en ingresos de este 1% más rico con respecto al otro 99% es mucho mayor que el salto de cualquier otro porcentaje. Una posible conclusión sería pensar que ese 99% tendría incentivos a transformar las condiciones a las que se enfrenta en tanto hay un 1% que los mantiene en ingresos que debieran ser mayores. Sin embargo, ¿es posible pensar a pequeños y medianos empresarios en alianza con las organizaciones sindicales y con el proyecto de superar el capitalismo? El problema de los intereses de los distintos grupos parece ser más complejo, por lo que esta distinción entre el 1% y 99% nada nos dice de si esos grupos tienen o no incentivos materiales para la transformación del modelo. Claramente el 1% tiene interés de mantenerlo, pero la heterogeneidad del otro 99% no nos permite llegar a respuestas satisfactorias.
El peligro de este tipo de lecturas es que nos puede llevar a una visión errada de cuáles son las características de la lucha de clases hoy en Chile. Si bien es un dato alarmante y que puede tener ciertos rendimientos para la construcción del movimiento popular, un uso errado del mismo podría resultar contraproducente. Lo peligroso de la tesis es que puede llevarnos lejos de una pregunta que resulta central a la hora de la construcción del movimiento popular: ¿qué intereses poseen los distintos grupos en relación a la mantención o transformación del sistema capitalista? Si bien es una pregunta que adquiere mayor complejidad, el marxismo ha desarrollado un instrumental analítico que permite abordarla y, con ello, desarrollar prácticas y alianzas políticas más eficaces a la luz del objetivo final, la construcción de una sociedad que supere la injusticia intrínseca del capitalismo.
A continuación puede leer la columna de Manuel Salgado sobre los antecedentes históricos (primera parte: http://www.proyectofragua.cl/fragua/?p=83) y estructurales (segunda parte, pronto en nuestra página web) de esta tesis.
*Autor: Fragua – www.proyectofragua.cl