La permanencia de la base estadounidense en territorio cubano de Guantánamo es un ataque frontal contra el derecho internacional y la dignidad humana, afirmó hoy aquí el académico y experto en el tema Alfred Mauricio de Zayas.
El profesor del instituto Geneva School of Diplomacy habla de los tratados que dieron origen a ese enclave, las violaciones norteamericanas a los convenios constitutivos y el derecho de Cuba a recuperar esa parte de su territorio.
“La base es un vestigio del colonialismo, no fue el resultado de un trato entre iguales”, recordó de Zayas y explicó que Estados Unidos ocupó la isla en 1898 e impuso la Enmienda Platt, amparada en la cual se estableció ese enclave.
Se trata de un área de 117 kilómetros cuadrados, que es más grande que el puerto de Manhattan, y está ubicado en el extremo sureste de Cuba, dijo.
El tratado de 1903, modificado en 1934, estipula que Cuba conserva la soberanía de ese territorio y que la base solo puede utilizarse con fines navales y carboneros, sin embargo, Estados Unidos ha hecho un uso no autorizado de ella.
“Eso constituye una violación material del contrato, lo cual justifica cancelarlo, si se aplica el artículo 60 de la Convención de Viena sobre el derecho de tratados”, explicó el experto.
“Pero ni siquiera hace falta invocar esa Convención porque hay otros argumentos más contundentes. Un país soberano que da un arrendamiento siempre puede retirarlo porque la soberanía es más importante que un tratado, si no el país no sería soberano”, aseguró. El profesor, quien obtuvo su doctorado en la Universidad de Harvard y ha sido docente en centros de altos estudios de varios países, recuerda que “no existe un derecho internacional a la carta, los principios son universales y de obligatorio cumplimiento para toda la comunidad”.
“Los principios de la autodeterminación de los pueblos, integridad del territorio y disposición de los propios recursos constituyen lo que se denomina jus cogens, o derecho obligatorio y prioritario a cualquier acuerdo comercial”.
Esa es la esencia de la extinción de tantos tratados desiguales que los países colonialistas habían impuesto en África y Asia, afirmó.
Eso quiere decir que el pueblo de Cuba puede decidir qué tipo de gobierno quiere y cómo usar su territorio y sus riquezas. Eso es parte de su autodeterminación, explicó.
Durante años ese enclave se ha utilizado para diversos fines, lejos de los acuerdos constitutivos. Durante la I y II Guerra Mundiales allí entraban y salían los barcos de guerra norteamericanos y también se usó para la invasión a Granada, en 1983, y a Panamá, en 1989.
Desde hace más de 10 años se instaló allí una prisión, que ha sido condenada por tres altas comisionadas de la ONU, por el Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria y por un sinnúmero de relatores especiales, porque ahí se violan con impunidad el pacto de los derechos civiles y políticos y toda una serie de tratados vigentes.
“A través de la prensa internacional es importante seguirla condenando porque este es un ataque frontal contra el derecho internacional y contra la dignidad humana”, afirmó.
Recordó que en Guantánamo hay ahora 166 detenidos, pero en 2002-2003 había 700 personas de 44 nacionalidades, incluso niños de 12, 14 y 16 años, cosa que viola gravemente el artículo 24 del pacto de los derechos civiles y políticos.
“Yo entrevisté a un señor que estuvo allí seis años. Era un periodista de Al Jazzera, él no tenía nada que ver con los talibanes, sin embargo, estuvo preso, e incluso, lo torturaron”, dijo.
El profesor afirma que en Guantánamo se vulneran toda una serie de artículos de las Convenciones de Ginebra de 1949, los cuales estipulan las garantías de combatientes y civiles detenidos durante conflictos armados, el respeto de la religión y el derecho a un juicio por tribunales competentes, y prohíben torturas, malos tratos y la detención indefinida.
Uno de los casos más escandalosos fue la profanación del Corán, dijo el profesor del instituto Geneva School of Diplomacy, quien ha publicado varios artículos sobre el tema, entre ellos “Guantánamo Naval Base”, en la Encyclopedia of Public International Law de Oxford.
De acuerdo con de Zayas, el tema pudiera ser llevado ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, y las consecuencias jurídicas de la ocupación ilegal del territorio serían un asunto propicio para una opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia en la Haya.
“Creo que se debe hacer. No podemos olvidar que son seres humanos que están sufriendo y en 11 años no se ha creado un tribunal competente para juzgarlos”, dijo.
El profesor de derecho internacional considera bochornoso que no se haya clausurado esa prisión, a pesar de las promesas hechas por el presidente norteamericano, Barack Obama.
“Pero no solo debe cerrarse la cárcel, dijo, sino también desocupar la base porque no hay ninguna razón para que Estados Unidos mantenga ese enclave en territorio soberano de Cuba y en contra de la voluntad de su pueblo”.