Washington.- En los últimos años, periodo en que los gobiernos de países avanzados han canalizado miles de millones de dólares para sanear el sistema financiero, la inequidad no ha dejado de crecer. Joseph Stiglitz, profesor de la Universidad Columbia de Nueva York y premio Nobel de Economía, puso sobre la mesa un ejemplo este lunes: la fortuna de la familia propietaria de la cadena minorista Walmart equivale a la riqueza de 40 por ciento de los estadunidenses que se ubican en la parte baja del ingreso.
Discusiones sobre inequidad y pobreza marcaron el comienzo de la reunión de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), que se desarrolla esta semana en la capital estadunidense. Este martes será presentado el Informe semestral de perspectivas económicas del Fondo.
Stiglitz participó en una discusión convocada por el Banco Mundial, titulada Causas y consecuencias de la creciente desigualdad. El premio Nobel de Economía 2001 aseguró que en los últimos años la inequidad ha crecido en todo el mundo. Sin embargo, acotó que en algunos países ha disminuido, por ejemplo en Brasil. Mientras las fuerzas económicas que están en juego tienen una actuación global, algunos países todavía son capaces de reducir la desigualdad entre su población, añadió.
Para sustentar su afirmación sobre el crecimiento de la desigualdad en los años posteriores a la crisis, citó cifras relacionadas con Estados Unidos, la principal economía del planeta.
En ese país, donde se gestó y estalló –en el otoño de 2008– la actual crisis financiera, 121 por ciento del incremento en el ingreso entre 2009 y 2011 se concentró en el uno por ciento de la población que está en la punta de la pirámide de la riqueza, dijo. Para el restante 99 por ciento no ha habido recuperación económica, toda la recuperación ha ido a parar al uno por ciento de la población más rica, sostuvo Stiglitz.
La riqueza promedio en los hogares estadunidenses, sostuvo, ha caído en 40 por ciento desde el estallido de la crisis, dato que, abundó, no debe sorprender dado que para las familias de este país la vivienda representa la mayor parte de su riqueza y los precios de los bienes raíces se han desplomado dramáticamente durante este periodo.
El ingreso promedio de un trabajador masculino de tiempo completo está ahora al nivel de hace 40 años. No es necesariamente cierto que las siguientes generaciones van a vivir mejor que sus padres, advirtió.
Existen, planteó, diferentes dimensiones de la desigualdad: en el ingreso, la riqueza, salud o exposición a desastres naturales. Algunas de esas desigualdades, sostuvo, tienen consecuencias más graves para la población que la relacionada sólo con el ingreso.
Una vez planteada la situación de desigualdad creciente en los años post crisis, Stiglitz dijo que la globalización asimétrica que se vive actualmente, “donde el capital se puede desplazar con mayor facilidad que los trabajadores, puede tener grandes consecuencias sobre la distribución de la riqueza, tanto dentro de los países como entre las diferentes naciones.
“La gente que está en la punta de la pirámide del ingreso se encuentra allí porque aprovecha las ventajas de un sistema de gobierno influido por las corporaciones. Los presidentes de las grandes compañías no están interesados en cambiar el sistema de gobierno influido por las corporaciones; claramente ellos se benefician de ese sistema.
¿Qué pasa si se incrementan los impuestos a la parte más alta de la pirámide del ingreso? Impuestos más altos a quienes están en la parte superior de la pirámide del ingreso pueden desalentar la búsqueda de rentas y, además, pueden ayudar a reducir la desigualdad, planteó.
En otro foro, el presidente del organismo, Jim Yong Kim, aseguró que la pobreza se ha reducido en varias regiones del mundo, en especial en Asia, aunque consideró que el tema sigue siendo un desafío.
Mientras, Bruce MacMaster, administrador del departamento de protección social de Colombia, consideró que la pobreza es el mayor desafío que enfrenta América Latina.